Llega nuevamente el momento de responder a las mentiras y
manipulaciones de la información provenientes de medios enemigos de los
pueblos, como es el Nuevo Herald que cual lengua de serpiente venenosa
crea artículos donde no cita la fuente para crear una falsa noticia;
esta no es la primera vez que dedica desagradables y ambivalentes textos
para desanimar a los que leen y crear una imagen de desolación miedo y
terror, dando un espaldarazo a los intereses de los monopolios que esta
vez están detrás de los recursos naturales de nuestro hermano pueblo
venezolano y de paso afecta a Cuba que por demás es salpicada por tales
macabros objetivos, pues es sabido que la oligarquía cubana huyó de Cuba
la noche del 31 de Diciembre de 1958 pensando en regresar en unos meses
y hace ya más de 58 años que somos su piedra en el zapato pues nunca
regresaron ni regresarán jamás a pisotear nuestra patria.
Como
por arte de magia el autor de este articulucho olvida la historia del
internacionalismo cubano que está muy ligada a nuestras luchas por la
independencia de Cuba y el apoyo recibido por muchos hombres y mujeres
del mundo para llegar a ser lo que somos, un país soberano y socialista
opuesto a todo lo que representa el capitalismo para las grandes
mayorías obreras.
El autor del texto plantea que un médico
cubano expresó “anónimamente” su opinión, siendo clara la intención de
dar a entender que será un perseguido de Cuba si declara su nombre, cosa
que no es cierta y para hacer más creíble la historia para los que no
conocen la estirpe valiente de los cubanos.
Es cierto que los
colaboradores cubanos en Venezuela no son militares, pero también es
cierto que Cuba y Venezuela son pueblos hermanos e hijos de la Patria
Grande anhelada por Martí, Bolívar. Fidel y Chávez, por lo que estamos
dispuestos a todo por ayudar a Venezuela que sufre una atroz agresión
por parte de los monopolios imperiales encabezados por los Estados
Unidos.
Parece que quieren borrar de un plumazo con tres palabras
ambiguas y llenas de malas intenciones la verdadera esencia del
internacionalismo cubano que desde sus comienzos, antes y después,
dentro de la Revolución Cubana ha tenido como sustento la solidaridad y
hermandad entre los hombres, el único “capricho” en toda la historia de
los cubanos en Venezuela y el mundo es el de ayudar a quienes más lo
necesitan incluso en las peores condiciones a riesgo de nuestras propias
vidas, así puedo citar la ayuda brindada a Irak cuando cada uno de los
colaboradores cubanos tenía a su cargo un recurso que proteger y cuando
se anunciaban bombardeos cada cual cumplía con la tarea de cuidar algo,
así fuera la bala de gas licuado para cocinar como lo hacía mi estimada
enfermera jubilada pinareña y cubana Carmen Luisa Sánchez Ramos antes de
bajar para el refugio donde ponían a resguardo sus vidas sin dejar
jamás de trabajar para salvar vidas humanas en ese país, hace ya varias
décadas, a finales de los años 80 y comienzos de los 90. Entonces el
fusil al hombro lo tenemos, aunque parezca un simbolismo, si fuera
necesario lo tomaremos.
Las ganancias de Cuba con la misión de
Venezuela es otro tema muy mal enfocado o mejor dicho muy mal
intencionado en este texto, pues hace cuestionamientos para perjudicar a
ambos países, ¿por qué no cuestiona cuantos millones de dólares ha
perdido Cuba por causa del brutal, ilegal y genocida bloqueo de las
diferentes administraciones de los Estados Unidos en detrimento de las
relaciones entre nuestros dos pueblos, y que intenta rendir por hambre
enfermedades a nuestro heroico pueblo?, es evidente que este artículo
solo defiende los intereses imperiales y que poco le importa alertar
sobre el riesgo que pueden correr los cubanos en Venezuela.
La
frase usada por el escritor del artículo y supuestamente emitida por un
profesional cubano bajo anonimato de que “Estamos trabajando bajo mucha
presión porque la Misión Médica se encapricha en seguir insistiendo en
que no se cierren los servicios y que mantengamos nuestra posición aquí
pese a todo”, se la agradecemos pues habla de la esencia de nuestro
internacionalismo que no se trata de un viaje turístico sino de un
esfuerzo humano y revolucionario de quienes comprometidos con su obra
dejan atrás a sus familias en Cuba y van a cumplir dignamente con su
deber al precio que sea necesario.
Sigue la estela de veneno de
este texto que replico, desgastándose en hacer cuentas de lo que gana o
deja de ganar un colaborador cubano en Venezuela y los términos del
contrato de trabajo de ellos con el Ministerio de Salud Pública de Cuba,
tema que solo incumbe a los interesados en aceptarlo o no, y que supera
con creces las ventajas de contratos miserables de médicos y otros
profesionales de la salud de otros países, que muchas veces son
despedidos sin explicaciones o dependen del partido político que está en
el poder para garantizar un trabajo, donde ni siquiera se garantizan
los derechos básicos y los cuidados de salud y atención a sus familiares
en Cuba como sucede en nuestro caso, cuando todo el pueblo y las
instituciones de salud, administrativas, políticas y de masas lo hacen
con nuestros colaboradores.
En condiciones de hacinamiento viven
los pobres de este mundo que muchos no tienen ni un techo para dormir,
mucho menos un salario o un plato de comida.
Olvidó el escritor
de este artículo en el Nuevo Herald mencionar que los colaboradores
cubanos que están en Venezuela y otros países del mundo reciben además
el pago de su salario en Cuba, siendo beneficiados con ese dinero sus
familiares, olvidó también decir que esos familiares se quedaron en Cuba
con la garantía de una vida tranquila, estudio y medicina gratuita que
también es parte de la riqueza de los cubanos. Pero lógicamente no es
interés del medio periodístico enemigo decir estas verdades.
Tomando palabras del texto “El internet está malísimo, muchas veces ni
siquiera te puedes comunicar. Nos han prohibido salir después de las
seis de la tarde, como si fuéramos mano de obra esclava y en la
televisión transmiten noticias que no tienen nada que ver con lo que
estamos viviendo”, es absurdo que digan que parecen mano de obra
esclava, eso no fue dicho por ningún cubano que cumple misión en
Venezuela, eso tiene el puño y la letra de la contrarrevolución que se
dedica a decir que somos esclavos de una dictadura, pues se contradice
con lo planteado anteriormente por ese mismo médico que plantea el
peligro que se corre en la convulsa Venezuela por las constantes
acciones terroristas de la oposición, además hace muchos años que se
toman medidas de seguridad con los colaboradores cubanos y no solo en
Venezuela para cuidar sus vidas, eso nada tiene que ver con esclavitud,
invito al autor de este artículo a revisar el concepto de la palabra
esclavo en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
La otra información manipulada de este artículo hace referencia a que
ha aumentado el éxodo de profesionales cubanos que “huyen” de Venezuela,
como si fuera algo novedoso que existió por muchos años una política
brutal de robo de cerebros y estimulación de salidas ilegales hacia los
Estados Unidos y que ahora trabajan por lograr que continúe beneficiando
a los profesionales cubanos, que en su mayoría engrosan allá las filas
de los trabajadores en servicios básicos de los hospitales por salarios
muy bajos, país en el que la mayoría de los camilleros, auxiliares,
enfermeros y obreros son médicos o licenciados formados en Cuba.
Si de indemnizaciones habla este artículo, pues que empiecen por
indemnizar a Cuba por los muertos que ha cobrado el bloqueo, por los
medicamentos o los marcapasos que no se han podido comprar en el vecino
país del norte, que no está preocupado por indemnizaciones ni por la
vida de ninguno de nosotros ni cubanos ni venezolanos.
Entonces
continúa citando el periodista refiriéndose a la entrevista anónima:
“Salimos de Cuba buscando una mejor vida, pero en Venezuela descubrimos
un verdadero infierno”. No será mejor decir que esa experiencia de salir
de Cuba a realizar una obra de infinito amor, es también una forma de
mejorar económicamente la vida de los colaboradores cubanos y sus
familiares?, que ha habido lugares y momentos aún más difíciles como el
trabajo de combate contra el Ébola, realizado por los miembros de la
Brigada Henry Reeve o los riesgos de enfermedades en Haití y otros
muchos?, pero esa no es la intención de ese artículo que divulgó en
Nuevo Herald, ese que enarbola la libertad de expresión como paladín de
su existencia.
Lo que aprendí en Cuba y asumo por convicción
viene de algo que se llama Fidel y que nos enseñó que el camino de las
revoluciones no es un camino de rosas y que ser internacionalistas es
saldar nuestra deuda con la humanidad!!!
Viva Cuba y Venezuela!!
Vivan Fidel y Chávez!!
Viva la Patria Grande Latinoamericana!!
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