Por: José Miguel Vázquez.
A decir verdad desde que Maduro asumió la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela en elecciones libres y democráticas, prácticamente no ha podido gobernar con tranquilidad, simplemente porque no lo han dejado.
La oposición como era de esperar no reconoció su victoria aunque tuvo que acatarla legalmente, pero desde ese momento comenzó en ese país todo un movimiento de oposición violenta expresada en guarimbas, sabotajes y asesinatos, y de una guerra económica que afectó el abastecimiento doméstico del día a día, que no se ha interrumpido y aún persiste en estos dias.
Así transcurrieron las cosas hasta estas elecciones parlamentarias, donde la derecha fue creando condiciones subjetivas en los ciudadanos, a los fines de llevar a su siquis lo difícil de vivir en un país con orientacion socialista, pero sin decirle ni admitir que la gran culpa de los actuales problemas económicos habián sido fabricados artificialmente.
Unido a ello, los bajos precios del petróleo en el mercado internacional también un hecho provocado con malévola intención por Estados Unidos con su franking petrolero, contribuyó a deprimir más la economía venezolana.
Aún así el gobierno de Maduro continuó desarrollándo sus planes sociales en beneficio de la población que incluyó la entrega de más de 900 mil viviendas , y otras medidas de beneficio popular, pero para ser sincero,. esto no fue suficiente para hacer ver de que lado estaba la verdad y la razón,.
Los enemigos del Chavismo bien apuntalados financieramente desde el exterior, realizaron una inteligente campaña para comprar conciencias y lograr los votos a su favor.
Pero del lado chavista a mi juicio, se cometieron errores de táctica y estrategia a la hora de diseñar una campaña que excedió en un trinfalismo erróneo que a la postre les trajo una derrota quizá no esperada.
En lo adelante y en lo que resta para el 2018, con vistas a las presidenciales, el PSUV deberá rectificar todos los posibles errores en que incurrió, y por supuesto enfrentarse resueltamente a las maniobras y tenebrosos planes que saldrán de la nueva Asamblea Nacional ahora dominada por la oposición.
Pero en medio de este adverso panorama, esta derrota puede llegar a convertirse en una sonada victoria, si los opositores comienzan a afectar a las grandes masas de trabajadores y al pueblo de menores recursos económicos con leyes y medidas antipopulares.
Esperemos entonces para ver los próximos enfrentamientos entre un parlamento adverso al Chavismo y un gobierno que lucha por hacer ver a la inmensa mayoría del pueblo venezolano que su política es para engrandecer al país y trabajar cada día por elevar la calidad de vida de la sociedad venezolana.
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