La
recién sancionada Ley de Presupuesto del 2016 no incluye varias medidas
que pretendían bloquear el acercamiento entre Washington y La Habana,
pero quedaron fuera también otras que buscaban estrechar los lazos
Las facciones contrarias al acercamiento entre
Washington y La Habana en el Congreso norteamericano fracasaron en su
intento de bloquear las últimas medidas ejecutivas del gobierno de
Barack Obama a través de la Ley de Presupuesto del 2016, sancionada
recientemente por el presidente. Pero tampoco lograron pasar varios
proyectos a favor de ampliar los nexos que propusieron otros
legisladores.
Dentro del sistema legislativo norteamericano es común la práctica de
incluir acápites específicos dentro de leyes más trascendentes,
especialmente las que otorgan los presupuestos del gobierno para su
funcionamiento. Resulta un subterfugio efectivo “colar” determinados
proyectos en un paquete compuesto por miles de millones de dólares en
asignaciones, cuyo veto sería extremadamente costoso para el Ejecutivo.
Una parte de la bancada de legisladores cubanoamericanos y algunos
republicanos opuestos a los últimos pasos de Obama, tanto en la Cámara
de Representantes como en el Senado, vieron en la ley de presupuesto de
este año una oportunidad para poner palos en la rueda del cambio de
política de la Casa Blanca hacia Cuba.
Sin embargo, sus principales objetivos no lograron concretarse.
Entre los acápites que fueron sacados de la letra final, una vez
hecho el proceso de unificación entre ambas cámaras legislativas, está
el relacionado con restringir los viajes de estadounidenses a Cuba, lo
cual hubiese echado por tierra la reciente flexibilización en esa
materia.
Durante los últimos meses se ha disparado el número de visitantes
norteamericanos a la Isla y las cifras oficiales hablan de un aumento
del 50 % en el primer semestre del actual año en relación con el 2014.
El alza en el número de viajeros ocurre a pesar de que se mantiene la
prohibición para los estadounidenses de hacer turismo y solo pueden
visitar la Isla si se incluyen dentro de las 12 categorías aprobadas con
licencias generales.
Asimismo, el proyecto de Ley de Asignación de Fondos a Transporte,
Vivienda y Desarrollo Urbano que la Cámara de Representantes había
aprobado en junio, por un margen mínimo, establecía la prohibición de
nuevos servicios de transporte aéreo y el otorgamiento de licencias a
embarcaciones que pudieran tocar en puertos cercanos (siete millas) o
que atravesaran propiedades de compañías estadounidenses nacionalizadas
por el gobierno de Cuba.
La medida, que fue bloqueada en el Senado, hubiera afectado el
acuerdo de vuelos directos entre ambos países que se viene negociando y
fue acordado preliminarmente, así como la posibilidad de ampliar la
transportación por vía marítima.
Otros proyectos, también ausentes del texto final, eran el bloqueo de
fondos para la nueva Embajada estadounidense en La Habana,
prohibiciones para comerciar con determinadas empresas cubanas
vinculadas con las Fuerzas Armadas y la restricción de los viajes
educacionales y el intercambio pueblo a pueblo.
PROHIBICIONES Y ESTRATEGIAS NUEVAS
Si bien el grueso de las medidas contra Cuba incluidas en la Ley de
Presupuestos del 2016, fueron excluidas, la legislación contiene varios
acápites de prohibiciones en los que Cuba está incluida.
El texto recoge restricciones para utilizar fondos gubernamentales
para la asistencia o el pago de reparaciones al Gobierno de Cuba, entre
otros, que incluye préstamos directos, créditos, aseguramientos y
garantías.
Prohíbe también el uso de dinero público para cerrar la ilegal Base
Naval de Guantánamo o sucesión a otro país, así como la transferencia
de prisioneros hacia Estados Unidos u otra nación.
La medida fue introducida por la Cámara de Representantes en abril
del 2015 y aunque fue repelida por el Senado en mayo, volvió a aparecer
en la letra final de la ley del presupuesto, la cual solo tiene vigencia
hasta septiembre del 2016.
Por otra parte, fueron aprobados fondos para construir una nueva
instalación en la Embajada estadounidense en La Habana para manejar
información y comunicación clasificadas.
Asimismo, se estipuló que todo el personal clave de la misión
diplomática norteamericana debe estar compuesto por ciudadanos
estadounidenses en un lapso inferior a un año, y aquellas plazas que
continúen ocupados por cubanos deberán ser informadas al Congreso con
una evaluación detallada de su pertinencia.
Igualmente, otorga casi cinco millones de dólares para
reparaciones y compra de nuevos equipos en la Junta de Gobernadores de
Radiodifusión (BBG por sus siglas en inglés), que funciona como
paraguas de Radio y TV Martí.
El cese de las transmisiones ilegales de radio y televisión,
constituye uno de los puntos imprescindibles para la normalización de
las relaciones, según han reiterado las autoridades cubanas desde el
propio 17 de diciembre del 2014.
OPORTUNIDADES DESAPROVECHADAS
Algunas de las medidas que finalmente dejaron de aparecer en el texto
final iban, por el contrario, dirigidas a ampliar los intercambios
entre Cuba y Estados Unidos.
Entre las propuestas incluidas por el Senado estaba la autorización
del financiamiento privado a las ventas de productos agrícolas a Cuba,
que fueron aprobadas en el año 2000 bajo la condición de pago en
efectivo y por adelantado.
De igual manera se estipulaba el fin de la prohibición que establece
que los barcos que toquen puertos cubanos no pueden entrar a EE.UU.
hasta 180 días después
.
En la actualidad esa medida no se aplica a aquellos navíos que
transporten mercancías humanitarias o autorizadas por las licencias del
Ejecutivo, pero en la práctica del transporte marítimo es casi imposible
cumplir con esos requisitos lo cual frena el aumento del comercio entre
ambos países.
Más allá de lo estipulado en esta amplia Ley de más de 2 000 páginas,
que otorga un presupuesto superior al billón de dólares al gobierno, en
el órgano legislativo norteamericano hay varios proyectos de ley
independientes respecto a Cuba.
Buscan, entre otros aspectos, eliminar las restricciones a los
viajes, permitir el otorgamiento de créditos y las inversiones en el
sector agrícola y levantar las restricciones al comercio.
Varios analistas coinciden que la aprobación de esos instrumentos
conllevará una dura lucha entre las facciones a favor y en contra del
acercamiento entre Cuba y Estados Unidos
.
De cualquier manera, el tema está cada vez más presente al interior
del Congreso, y el propio mandatario estadounidense reconoció en una
reciente entrevista con Yahoo News que es creciente el apoyo
bipartidista al cambio de política anunciado el 17 de diciembre del
2014.
Por ahora, el resultado se parece mucho a la suma cero, en la que no
avanzan ni uno ni otros, pero el saldo final es positivo en cuanto no
fueron bloqueadas la mayoría de las iniciativas del presidente, quien
conserva amplias prerrogativas para seguir modificando la aplicación
del bloqueo contra Cuba, el principal obstáculo para la ampliación de
los nexos entre La Habana y Washington.
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