- Tomado del Periódico Ahora
- Por Luis Mario Rodríguez Suñol
La
bola comenzó a rodar a la velocidad de las especulaciones. Que si hubo
un tiroteo en el parque, que si le dieron tres disparos a un ladrón, que
si eran tres delincuentes, que si…, que si…, que si… Ante el rumor, ¡ahora! ofrece los hechos.
El martes 29 de septiembre sobre las cuatro y media de la tarde en la
tienda Modas Praga ocurrió un suceso lamentable. Un individuo fue
sorprendido por el agente de seguridad de la puerta cuando intentaba
sustraer una botella de vino marca Tío de la Bota (4.10 cuc) y, para
evadir su responsabilidad, lo apuñaló en el pecho e inmediatamente se
dio a la fuga.
Según explicó el Teniente Coronel Rey Cabrera Rodríguez, jefe de la
Unidad Provincial de Enfrentamiento al Delito: “Este hecho violento lo
comete un individuo de pésima conducta social con varios antecedentes
penales de hechos precisamente agresivos,
entre los que se incluyen atentados a la autoridad, lesiones y portación de armas blancas”.
El agresor hirió al agente de la tienda en el tórax con una chaveta de
fabricación artesanal, confirmaron los oficiales instructores al frente
del caso. Seguidamente, trabajadores de la entidad persiguieron al
delincuente, hasta que un oficial de la PNR, que se encontraba en
servicio portando su arma reglamentaria, interceptó al ciudadano en las
cercanías de la Catedral San Isidoro y en la confrontación recibió una
herida de arma blanca en la pierna derecha.
“Es importante recalcar que se trataba de un ciudadano de alta
peligrosidad social, que estaba arriesgado a todo y no iba a deponer sus
armas. El policía, aún herido, continúa con la persecución y en el
proceso de neutralización efectúa tres disparos al aire, como está
establecido. Al no recibir ninguna muestra de obediencia, realiza un
disparo de neutralización al delincuente en su pierna derecha”,
manifestó el Teniente Coronel Cebrera.
Un video que circula de memoria en memoria confirma como en el momento
del disparo el delincuente aún poseía en sus manos el arma blanca y la
botella sustraída. También refleja al policía cargando al individuo para
trasladarlo en un carro hasta el hospital.
Minerva
Piña Ricardo, testigo presencial de los hechos, ofreció su versión
personal: “El muchacho que traía la botella de ron se le enfrentó al
policía y lo provocaba continuamente; este prácticamente no sabía qué
hacer; realizó unos disparos al aire y en un acto de defensa, porque el
individuo lo estaba agrediendo, le dispara en la pierna. Yo pienso que
si él no toma esa seguridad el individuo hubiese continuado agrediendo a
otras personas del pueblo”.
Hasta la casa de Olmar Domínguez García, el agente de la tienda
agredido, nos dirigimos para conocer sobre su estado de salud y algunos
detalles del suceso. Este joven de solo 23 años de edad vivió una
experiencia que hoy se alegra de poder contar. Su madre, entre lágrimas
intermitentes, intenta asumir que ya lo malo pasó.
“Yo
estaba en mi puesto de trabajo revisando en la puerta y una señora se
me acercó para decirme que un compañero se llevaba una botella; cuando
llega hasta mi lo detengo para revisarlo y él retrocede, saca rápido una
chaveta y me pincha sin que me diera tiempo a nada. Menos mal que me
eché para atrás, si no el cuento lo hubiese contado otro. El pinchazo
fue profundo pero no llegó a afectarme ningún órgano”, confesó Olmar.
En nuestro recorrido por esclarecer los hechos no podía faltar el
contacto con el máximo protagonista, el agresor. En una cama de la sala
de angiología del Hospital Clínico Quirúrgico Lucía Íñiguez se
encontraba acostado Jorge Luis Echavarría Velázquez de 47 años de edad,
un hombre blanco de complexión robusta, quien solo atinó a decir: “Yo no
recuerdo nada, me tomé unas pastillitas y las ligué con ron. Si lo hice
andaría loco, son cosas que pasan”. Sí, él dijo “son cosas que pasan”.
Sobre
su estado de salud actual y los detalles de la atención médica
recibida, el doctor Luis Enrique Góngora, especialista en angiología de
guardia el día del suceso, manifestó: “Este paciente fue remitido del
hospital Lenin en horas de la noche del martes. La atención fue
inmediata. Lo examinamos y determinamos que había que llevarlo de
urgencias al salón porque tenía una herida por un proyectil de arma de
fuego que le atravesó la pierna derecha.
“La cirugía duró tres horas; fue bastante trabajosa porque tenía lesión
de la vena y la arteria poplítea. Se le reparó la vena poplítea y a la
arteria, que estaba en peores condiciones, hubo que seccionarle un
segmento y le pusimos un injerto de 2.5 cm. Todo salió bien y el
paciente hoy (miércoles) está mucho mejor, ya tiene buen color de la
extremidad, buena temperatura y buena movilidad. Evolutivamente el
enfermo, salvo posibles complicaciones, se encuentra bien”.
Las
investigaciones policiales continúan y el caso inmediatamente será
puesto en manos de los tribunales. Hasta la fecha se confirma un solo
implicado en el suceso.
“Este es un hecho lamentable de un individuo que no acata las leyes y
las normas de la sociedad, que altera el orden y la tranquilidad
ciudadana y me parece que la respuesta que se le dio fue la que el
pueblo esperaba”, sentenció el Teniente Coronel Cabrera.
Para Minerva: “Lo sucedido conmovió al pueblo porque es algo que no
estamos acostumbrados a ver en este país, cuyos tesoros son la
tranquilidad, la paz y la soberanía. Para mi estuvo muy bien hecho lo
que se hizo y así es como debe actuar la policía en este país, mano dura
con todos los delincuentes”.
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