Una
nueva especie de cocodrilo prolifera en playas, ríos, piscinas y todo
sitio donde se congreguen bañistas. Basado en el nombre, pertenecen a la
genealogía Lacoste, pero en realidad son hijos bastardos de la compañía
francesa, nacidos en fábricas latinoamericanas —ecuatorianas en su
mayoría—, que convirtieron enguatadas y abrigos de tela gruesa en su
casa de lujo, donde se exhiben rodeados de brillos, e invadieron la isla
amontonados en la barriga de los aviones.
De a poco, dichas prendas han devenido especie de armadura ante las
temperaturas estivales. Por eso confundir el paisaje cubano con el Nilo o
el Amazonas no resulta una idea loca del todo, a juzgar por la cantidad
de cocodrilos “sumergidos” desde el amanecer hasta la puesta de sol en
aguas dulces y saladas.
¿Es cierto que semejante indumentaria resulta más efectiva que los
bloqueadores solares, que los colores claros intensifican la protección,
que son ideales para bañarse en la playa? Con semejantes inquietudes, Escambray tocó
la puerta de la consulta de Yuneisy Gómez Díaz, especialista de primer
grado en Dermatología y jefa de servicio en el Hospital General
Universitario Camilo Cienfuegos.
“Es verdad que las prendas de mangas largas protegen la piel de la
incidencia directa de las radiaciones solares, más intensas en julio y
agosto, causantes de quemaduras en las zonas expuestas, presencia de
efélides o pecas, como se conoce, queratosis y otras lesiones
pre-malignas, las cuales pueden desencadenar o acelerar patologías más
graves como el cáncer de piel”, explica la también máster en Ciencias.
¿Y respecto al uso en playas y ríos?
Eso es un asunto diferente. Desde el punto de vista del tejido, este
tipo de ropa está diseñada para los meses de invierno. En el caso de la
playa, por ejemplo, interviene el agua salada, entre otros factores
propios del ambiente que producen daños a la piel con mayor rapidez como
aumento de la sudoración, elevación del nivel de humedad en diferentes
sitios, presencia de micosis, o sea, enfermedades producidas por hongos,
candidiasis en los pliegues de la piel, miliaria (conocida como
salpullido) y dermatitis por exposición al sol.
Entonces, ¿cuáles son las recomendaciones a seguir?
Estamos a favor de la tendencia de protegerse de las radiaciones
ultravioletas, pero se recomiendan prendas de algodón porque un tejido
inadecuado provoca la oclusión de la piel.
Vemos a muchas personas con enguatadas de colores oscuros. ¿Es cierto que atraen más el calor?
Es algo contradictorio: el color negro atrae más el calor, pero
sugerimos el uso de ropas oscuras porque al absorber las radiaciones
solares disminuyen la intensidad cuando estas llegan a la piel, lo cual
significa más protección. Lo mismo sucede con sombrillas, paraguas y
gafas de sol: orientamos sean de colores oscuros.
¿El uso de esta ropa es más efectivo que los protectores solares?
Ambos lo son. Lo perfecto sería el uso de una prenda de algodón de
mangas largas, de color oscuro, y utilizar el protector o el bloqueador
solar en el momento de la exposición al sol, sobre todo en las zonas que
quedan desprotegidas como las manos, la cara, el cuello y las piernas.
Así disminuyen las afecciones dermatológicas inducidas por la influencia
del sol.
También vemos como hábito bañarse con shorts de mezclilla…
La ropa de mezclilla crea más humedad y provoca mayores daños a la piel.
Hay quienes insisten en usar dichas prendas cuando están a la sombra para protegerse del resplandor de sol en la playa…
El resplandor es tan dañino como exponerse a las radiaciones solares
de forma directa. Aunque aparentemente estés a la sombra, las
radiaciones solares también llegan, y si encima tienes prendas
inadecuadas, las consecuencias aumentan.
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