Es un hecho importante la visita que realiza a Cuba el presidente de Francia Francois Hollande, en primer lugar porque se trata del mandatario de unos de los paises más desarrollados del mundo, que constituye al mismo tiempo una potencia militar, hasta el punto de que forma parte del selecto grupo de naciones con posesión del arma nuclear y con un gran peso en europa.
Recuerdo a otro presidente francés ya fallecido, Miterrand, gran amigo de Cuba y de nuestra Revolución, que siendo presidente abogó por el fin del bloqueo de EEUU, pero no pudo hacer mucho en este sentido pues se trataba de una época en que la política norteamericana hacia Cuba estaba al rojo vivo con gobiernos republicanos cerrados a la idea de mejorar sus relaciones con nuestra isla.
Asi las cosas y en otra situación, nos llega la visita de Hollande, que siempre ha mantenido su total apoyo a que cesen las medidas unilaterales del gobierno de los Estados Unidos, y que nos puede ser de gran ayuda para alcanzar éste propósito.
Por eso me parece muy a tiempo su visita, que puede por otro lado dar lugar a que se desarrollen aún más las relaciones económicas y culturales entre nuestros dos paises.
Recibimos entonces con la hospitalidad que nos caracteriza la visita del presidente francés, expresión de que Cuba se abre al mundo, más allá de ideologías y credos políticos.
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