Por Flor de Paz y Jorge Pérez Ávila *
En la unión sexual desprotegida entre dos personas seropositivas,
portadora cada una de distintos subtipos del Virus de la
Inmunodeficiencia Humana (A, B, C, D… o la combinación de algunos de
ellos), se halla la génesis de las Formas Circulantes Recombinantes
(CRF) asociadas al VIH.
Una de estas es el CRF-19, motivo de noticias y distorsiones en días anteriores, tras la publicación en la revista EBioMedicine de los resultados
de un estudio realizado por científicos de las universidades de Liege y
Católica de Leuven, Bélgica, y del Instituto de Medicina Tropical Pedro
Kourí (IPK), Cuba.
La investigación, originada en la observación clínica de algunos
pacientes atendidos en el IPK que presentaron importantes índices de
aumento en su carga viral y de disminución de sus células de defensa
(CD4) poco tiempo después del diagnóstico de VIH, demostró por primera
vez una asociación significativa entre el recombinante CRF19 y una
rápida progresión a SIDA.
A partir de esta correspondencia, dada a conocer a los medios de
prensa, algunos titulares han reiterado la idea del descubrimiento de
una nueva cepa de VIH más letal que la original. Sin embargo, es
conocido que esta variante viral representa entre el 17% y el 20% de los
subtipos del patógeno circulantes en el país y fue detectada por
primera vez en 1997 en pacientes cubanos.
Artículos científicos publicados posteriormente dieron cuenta de ese
hallazgo, ocurrido en el Instituto Carlos III, España, a donde fueron
llevadas muestras procedentes del Laboratorio Nacional de Referencia de
VIH-SIDA, de Cuba. En aquellos momentos no se contaba en la Isla con la
tecnología necesaria para secuenciar el genoma del virus.
Otro detalle a aclarar acerca de lo reiterado en el entorno mediático
es lo referido a los términos “virus cubano”. Aunque CRF19 tiene alta
frecuencia en la Isla, también ha sido hallado en Camerún, África, en
el continente donde surgió la infección por VIH.
Pero la evolución genética del patógeno ha sido muy compleja y, a
pesar de que existen subtipos predominantes en las distintas regiones
del mundo –el B en Norteamérica, el C en África y el A o el E en Asia–,
la recombinación es un fenómeno universal.
Condicionantes como la alta viremia existente, la práctica de sexo
desprotegido y el desconocimiento (lógico) de los afectados acerca de
cuál es el subtipo de VIH que padecen, han provocado que estos mutantes
virales hayan avanzado en la humanidad al mismo ritmo que la epidemia.
De esa manera también se ha generado el fenómeno de la resistencia a
los antirretrovirales. Sin embargo, es válido afirmar que el estudio
realizado ofrece la certeza de que el CRF19 es susceptible a los
medicamentos antirretrovirales y que el riesgo potencial de enfermar
rápidamente al portar dicha variante de VIH no es mayor si el paciente
es debidamente tratado.
En este sentido, las instancias sanitarias del país facilitan el
acceso a diagnóstico temprano y a las terapéuticas antirretrovirales,
de la misma manera que siguen un comportamiento ético en las
investigaciones científicas. Para el citado estudio, se partió del
consentimiento informado, escrito y firmado por los pacientes, en cuyas
historias clínicas consta su conformidad en cuanto a la secuenciación
del genoma del virus que portan y a la publicación de los resultados.
Aunque los pacientes objeto de esta investigación no habían recibido
terapia antirretroviral en el momento en que les fue tomada la muestra,
ello no significa que hayan sido privados de ese beneficio. Razones
personales de diversa índole hacen que los afectados muchas veces se
alejen de la supervisión médica y dejen de chequearse cuando están
asintomáticos.
Según los parámetros establecidos, hasta hace muy poco en Cuba eran
tratadas las personas que tuvieran sus células de defensa por debajo de
las 350 y una carga viral superior a las 55 mil copias. Actualmente son
medicados con los antirretrovirales todos los pacientes que requieran de
esos fármacos aunque su conteo de células resulte por debajo de las
500.
También son objeto de estas prescripciones aquellos que padezcan de
alguna enfermedad oportunista marcadora de SIDA de aquellas que
clasifican por la entidad y no por el conteo celular, ya que este
podría
ser incluso mayor de las 500 células/mm3; entre ellas, la
tuberculosis, el sarcoma de Kaposi, los linfomas y las hepatitis B y C.
También son tratados los portadores de VIH que superen los 50 años,
debido a que en esta etapa de la vida el sistema inmunológico comienza a
declinar.
En el laboratorio
La presencia de una elevada carga viral, característica de esta
variante de VIH, parece explicar en parte la rápida progresión a SIDA
descrita y asociada al CRF19. Así lo argumenta la Doctora en Ciencias
Vivian Kourí, del departamento de Virología del IPK y autora principal
del citado estudio, quien puntualiza que otros ensayos han demostrado
que la replicación de esta variante de VIH es mucho más eficiente que la
observada en otras cepas del patógeno.
Los altos niveles de presencia del virus —señala— producen la
elevación de una proteína celular denominada RANTES, relacionada con la
activación de la respuesta inmune. Esta, se une de manera natural al
ligando CCR5 (uno de los correceptores de entrada a la célula que el VIH
utiliza cuando la infección es reciente), pero en la medida que se
incrementan las cantidades de RANTES, se bloquea el CCR5 y el virus
recurre a otro correceptor, el CXCR4 (empleado por virus altamente
citopáticos o que causan mayores daños a la célula). “El estudio
demostró que el virus CRF19 realiza esta transición en el uso de
co-receptores más rápidamente y acude al CXCR4 de manera temprana. Así,
acorta la fase asintomática de la infección por VIH y conduce a una
rápida progresión a SIDA”.
Otros reportes científicos también han dado cuenta anteriormente de
la asociación entre este fenómeno y la presencia de recombinantes
diferentes. “En África ha sido notificado un virus del subtipo D
(presente en la composición del CFR19) con rápida progresión a SIDA.
Además, en estudios del CRF 01AE, en el sudeste asiático, también se
plantea la constatación de dicha coincidencia. En todo caso, el fenómeno
de los progresores rápidos está descrito desde el inicio de la
epidemia”, explica Kourí.
En Cuba, desde el 2009, han sido realizadas unas 1000 secuenciaciones
de genomas virales en los pacientes, la mayoría de ellas procesadas en
el IPK y otra parte en el Centro de Referencia para el Diagnóstico de
SIDA. “Estos estudios han demostrado que en el país predomina el subtipo
B (30-32%), le sigue el recombinante BG (22-24 %) y luego está el CRF19
con 17-19 %”.
La secuenciación es imprescindible además en la vigilancia de la
resistencia del virus a los antirretrovirales. Su indicación al paciente
es recomendada ante un primer fallo de la terapia, al constituir una
guía en la prescripción de la siguiente alternativa medicamentosa.
Asimismo permite atender al fenómeno de la resistencia trasmitida,
mediante la realización del test a quienes nunca han recibido estos
tratamientos, pero pueden haber adquirido un virus resistente.
* El doctor Jorge Pérez Ávila es uno de los autores de la investigación objeto de las noticias sobre el CRF19, además de ser el director del IPK y el principal conductor de la atención a la epidemia de VIH en Cuba desde su surgimiento.
(Tomado de Juventud Técnica)
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