El Gobierno de Estados Unidos anunció ayer, 15 de
enero, que a partir de hoy viernes entrarán en vigor las medidas
anunciadas por el presidente Barack Obama el pasado 17 de diciembre del
2014, que eliminan algunas restricciones al comercio y los viajes de
ciertas categorías de estadounidenses a Cuba.
Una lectura preliminar de las regulaciones emitidas por los Departamentos del Tesoro y Comercio, indican que estas modifican la aplicación de algunos aspectos del bloqueo contra Cuba.
Aunque no se suprime la prohibición total de viajar a Cuba, lo cual requiere aprobación del Congreso, se eliminan algunas restricciones para los viajes de los ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes en ese país que califiquen dentro de las 12 categorías autorizadas. Entre otros, elimina los límites de los gastos que los viajeros de EE.UU. pueden realizar en Cuba y les permite usar tarjetas de crédito y débito, y autoriza a las líneas aéreas y a las agencias de viajes organizar visitas y contratar servicios de compañías de seguros. Sin embargo, no se aprobó que los norteamericanos viajen a Cuba por la vía marítima.
Por otra parte, entre las medidas que se anuncian está que el límite en el envío de remesas aumentará de los 500 a los 2 000 dólares trimestrales.
Se mantienen las restricciones a las exportaciones de Estados Unidos a Cuba, especialmente de productos de alta tecnología, con excepción de limitadas ventas de materiales de construcción, equipos e implementos agrícolas que se permitirán realizar a particulares, al parecer a través de empresas cubanas.
Continúan prohibidas las exportaciones de productos cubanos al mercado estadounidense, excepto un limitado número que los visitantes norteamericanos podrán llevar consigo de regreso a su país, por un valor que no exceda los 400 dólares, de ellos 100 dólares en tabaco y ron.
Las telecomunicaciones fueron abordadas con amplitud en las regulaciones, en correspondencia con los objetivos de la política de Estados Unidos de tratar de incrementar su influencia en la sociedad cubana. Sobre esta base, al sector de las infocomunicaciones es al único que se le autoriza hacer inversiones en infraestructura y vender a empresas del estado servicios, software, dispositivos y equipos, aunque no de alta tecnología.
Por otro lado, se permite a instituciones financieras norteamericanas abrir cuentas en bancos cubanos para las transacciones que sean autorizadas entre ambos países. Pero no hay un tratamiento recíproco; nuestros bancos no podrán hacer lo mismo en Estados Unidos.
Las regulaciones no modifican las fuertes restricciones existentes para la transportación marítima, aunque a partir de este momento, barcos que transporten alimentos, medicinas, equipos médicos y materiales para situaciones de emergencia desde terceros países con destino a Cuba, no tendrán que esperar 180 días para tocar puertos estadounidenses, como hasta ahora.
Aspectos medulares de la política de bloqueo que afectan a Cuba no fueron modificados, entre ellos, el uso del dólar en nuestras transacciones financieras internacionales, la adquisición en otros mercados de equipos y tecnología que contengan más de 10 % de componentes norteamericanos, la posibilidad de comerciar con subsidiarias de empresas estadounidenses en terceros países y las importaciones por EE.UU. de mercancías que contengan materias primas cubanas
.
Las medidas anunciadas constituyen un paso en la dirección correcta, pero aún queda un largo camino que recorrer para desmontar muchos otros aspectos del bloqueo económico, comercial y financiero mediante el uso de las prerrogativas ejecutivas del Presidente, y para que el Congreso de EE.UU. ponga fin a esta política de una vez. (AIN)
Una lectura preliminar de las regulaciones emitidas por los Departamentos del Tesoro y Comercio, indican que estas modifican la aplicación de algunos aspectos del bloqueo contra Cuba.
Aunque no se suprime la prohibición total de viajar a Cuba, lo cual requiere aprobación del Congreso, se eliminan algunas restricciones para los viajes de los ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes en ese país que califiquen dentro de las 12 categorías autorizadas. Entre otros, elimina los límites de los gastos que los viajeros de EE.UU. pueden realizar en Cuba y les permite usar tarjetas de crédito y débito, y autoriza a las líneas aéreas y a las agencias de viajes organizar visitas y contratar servicios de compañías de seguros. Sin embargo, no se aprobó que los norteamericanos viajen a Cuba por la vía marítima.
Por otra parte, entre las medidas que se anuncian está que el límite en el envío de remesas aumentará de los 500 a los 2 000 dólares trimestrales.
Se mantienen las restricciones a las exportaciones de Estados Unidos a Cuba, especialmente de productos de alta tecnología, con excepción de limitadas ventas de materiales de construcción, equipos e implementos agrícolas que se permitirán realizar a particulares, al parecer a través de empresas cubanas.
Continúan prohibidas las exportaciones de productos cubanos al mercado estadounidense, excepto un limitado número que los visitantes norteamericanos podrán llevar consigo de regreso a su país, por un valor que no exceda los 400 dólares, de ellos 100 dólares en tabaco y ron.
Las telecomunicaciones fueron abordadas con amplitud en las regulaciones, en correspondencia con los objetivos de la política de Estados Unidos de tratar de incrementar su influencia en la sociedad cubana. Sobre esta base, al sector de las infocomunicaciones es al único que se le autoriza hacer inversiones en infraestructura y vender a empresas del estado servicios, software, dispositivos y equipos, aunque no de alta tecnología.
Por otro lado, se permite a instituciones financieras norteamericanas abrir cuentas en bancos cubanos para las transacciones que sean autorizadas entre ambos países. Pero no hay un tratamiento recíproco; nuestros bancos no podrán hacer lo mismo en Estados Unidos.
Las regulaciones no modifican las fuertes restricciones existentes para la transportación marítima, aunque a partir de este momento, barcos que transporten alimentos, medicinas, equipos médicos y materiales para situaciones de emergencia desde terceros países con destino a Cuba, no tendrán que esperar 180 días para tocar puertos estadounidenses, como hasta ahora.
Aspectos medulares de la política de bloqueo que afectan a Cuba no fueron modificados, entre ellos, el uso del dólar en nuestras transacciones financieras internacionales, la adquisición en otros mercados de equipos y tecnología que contengan más de 10 % de componentes norteamericanos, la posibilidad de comerciar con subsidiarias de empresas estadounidenses en terceros países y las importaciones por EE.UU. de mercancías que contengan materias primas cubanas
.
Las medidas anunciadas constituyen un paso en la dirección correcta, pero aún queda un largo camino que recorrer para desmontar muchos otros aspectos del bloqueo económico, comercial y financiero mediante el uso de las prerrogativas ejecutivas del Presidente, y para que el Congreso de EE.UU. ponga fin a esta política de una vez. (AIN)
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