Lo que se teje en Miami

Por: Javier Ortiz.

A Juan Carlos Tejedor me lo encontraba de vez en cuando en los pasillos del ICRT, cuando iba o venía de alguno de los espacios en los que trabajaba. Siempre cordial, se comportaba como una persona afable y cortés.

 Aunque no me conocía ni trabajaba conmigo, siempre me saludaba. Todos estos años me pareció un buen tipo.

Ahora está en Miami y su nombre se escucha mucho por allá desde hace unos días. Concedió una entrevista a América TeVe, un canal de televisión con una larga experiencia en el asunto de detectar, maquillar y entrevistar a los cubanos medio relevantes que se asoman por primera vez en esa ciudad.

Una nota aclaratoria para quienes se van a dormir temprano: Juan Carlos Tejedor era el presentador y locutor del Noticiero del Cierre, el espacio informativo que sirve de punto final para los espacios nocturnos de Cubavisión, antes de iniciarse la programación de la madrugada.

Al igual que muchos otros cubanos, Tejedor recién decidió fijar su residencia en el exterior, algo que no tiene nada de extraordinario. Lo que asombra es la disposición que tuvo para insertarse dentro de una maquinaria mediática que trabaja a todo motor para calumniar a Cuba.

Así Juan Carlos Tejedor se ha presentado a sí mismo como “la cara pública del sistema” o “la voz y la cara de un gobierno.”

Un estudio de audiencia del Centro de Investigaciones del ICRT refleja que el Noticiero del Cierre tiene entre treinta y cuarenta veces menos público que la Emisión Estelar de las ocho de la noche.

 Naturalmente, es un espacio que se ve a altas horas de la noche o de la madrugada, sin un horario fijo para su salida al aire.

El sobredimensionamiento de la figura de Tejedor y de su trabajo a medianoche forman parte del espectáculo armado por AméricaTeVe. Insultar su carrera y hasta propia integridad profesional también.

Teniendo en cuenta que él no redactaba ni determinada nada de lo que decía ante las cámaras, Juan Carlos Tejedor miente al asumir cualquier responsabilidad por lo que informaba.

El engaño se incrementa al identificar a Tejedor como ‘periodista’, pues era locutor, algo que puede resultar confuso para el público de los medios de prensa estadounidenses, donde los anchors o “anclas” que conducen los espacios informativos son periodistas profesionales, no solo locutores.

La culpa de semejantes papelazos no la tienen quienes deciden emigrar y luego posar como víctimas sufridas, pues solo aprovechan un contexto creado para acogerlos y darles cuerda hasta reciten lo que la derecha en Miami quiere escuchar. Juan Carlos Tejedor es solo otro caso más.

La culpa no cae sobre su persona, sino en el absurdo político miamense que permite que estas payasadas ocurran en vivo y a todo color.

Lo que se teje en Miami tiene huecos. Esperemos que los próximos empleadores y colegas de Juan Carlos Tejedor tengan mejor suerte y no terminen con un cuchillo aleteándoles en la espalda.