Por: José Miguel.Anoche tuvo lugar en el Estadio " Victoria de Girón" de esta ciudad de Matanzas, el primero de los cinco juegos pactados entre una selección universitaria de béisbol de Estados Unidos y un elenco joven de Cuba.
E resultado de este primer encuentro fue favorable para los anfitriones con victoria de 4 carreras por 3, y de esta manera Cuba rompe una racha de cinco derrotas consecutivas frente a equipos norteamericanos algo que constituye un buen síntoma de la recuperación de la calidad de nuestra pelota.
Pero es el caso que no voy a hablarles de las incidencias del juego, les digo que lo vi por la TV ya que no pude ir al estadio por razones de trabajo, pero el rato que vi el partido me satisfizo el buen balance de ambos equipos, que hizo que que el juego fuera bastante peleado hasta el último momento.
Pero, lo que si quiero comentarles fue el impacto que me produjo ver en lo alto de la pizarra del estadio yumurino ondeando en sendos mástiles las banderas de Cuba y Estados Unidos, algo bastante inusual en los tiempos actuales.
Me agradó lo confieso ver como aún en medio de el actual alejamiento entre los dos gobiernos, y la política de bloqueo y subversión que Washington desarrolla contra nuestro país, al menos el deporte y en particular la pelota se ha salvado de esta desagradable situación y ver con satisfacción como atletas de los dos países confraternizan amistosamente a través de este tope bilateral.,
Me puse a pensar cuando vi las dos banderas presidiendo el encuentro, lo bonito que sería que se normalizararn las relaciones entre dos naciones vecinas como las nuestras, lo que permitirían que muchos juegos más de pelota pudieran realizarse allá y aqui, sin la sombra de acciones de bloqueo e intimidación.
Para ello claro está el gobierno de los Estados Unidos debe hacer caso a la creciente corriente imperante en su propio territorio de que es hora ya que cese todo tipo de agresiónes contra Cuba, y poner fin a su política de aislamiento y asfixia económica contra los cubanos que ya data más de 50 años sin resultado alguno.
Pero no solo las actividades deportivas sino también las culturales, académicas, científicas, educacionales y de todo tipo del que podrían beneficiarse tanto los ciudadanos norteamericanos como los cubanos.
Por ello anoche al ver a los peloteros norteamericanos en el Victoria de Girón de Matanzas, me llené de esperanzas de que más pronto que tarde, dos naciones vecinas una de la otra a escasas 90 millas puedan al fin reencontrarse y vivir civilizadamente .
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