En una carta dirigida a miembros de la “oposición” en Cuba y fechada en Madrid el 29 de julio de 1991, el conocido agente de la CIA Carlos Alberto Montaner orientaba a sus colaboradores en la Isla “transformarse súbitamente en liberales, socialdemócratas o democristianos”, para así ganar resonancia en el exterior y lograr el apoyo económico y político de las respectivas Internacionales de esas tendencias ideológicas, a la vez que coordinaban en la Isla una “Plataforma” unitaria.
Veinte años después, los amigos de Montaner en Cuba están muy lejos de haber cumplido con aquellos objetivos y su historia se aleja bastante de la novela homónima, basada en el valor de la amistad, escrita por Alejandro Dumas como segunda parte de Los Tres Mosqueteros, en la que los valerosos militares conservaban la capacidad de lograr objetivos comunes a pesar de pertenecer a partidos distintos.
Según las apreciaciones de los diplomáticos norteamericanos acreditados en La Habana, reveladas por Wikileaks, los llamados disidentes “dirigen sus mayores esfuerzos a obtener recursos suficientes para solventar las necesidades del día a día de los principales organizadores y sus seguidores claves” y “sus agendas son prácticamente desconocidas” entre los cubanos. En cuanto a la añorada unidad, los propios estadounideses piden que los freedom fighters “dejen de gastar tanta energía en serrucharse el piso los unos a los otros”. Ante tal situación, en el mismo documento, se apuesta por lo que denominan ‘disidentes no tradicionales’ y se afirma que “blogueros, músicos y artistas plásticos, no pertenecen a organizaciones de disidentes”, y adoptan ”mucho mejor, posiciones rebeldes de gran impacto”.
Más allá del nivel de apreciación de los funcionarios estadounidenses, que subordinan a sus objetivos políticos cualquier criterio cualitativo, una reciente encuesta de la Oficina de Intereses de EE.UU. en Cuba plantea que Yoani Sánchez, el personaje más promovido entre los “disidentes no tradicionales” y al que llegaron a construirle una falsa entrevista con Barack Obama, es conocida sólo por el 2% de los cubanos consultados por esa sede. Aún así, los esfuerzos propagandísticos y recursos financieros invertidos en crear “disidentes no tradicionales” se justificarían si al menos fuera de la Isla se lograra un apoyo real de las personas, descartando las desprestigiadas maquinarias políticas y mediáticas involucradas en el cerco contra Cuba.
Lo ocurrido a inicios de este mes en el evento “Fuera censura”, en la ciudad de Bilbao, España, donde una muy promocionada videoconferenCIA con la “bloguera disidente” logró reunir apenas veinte personas, doce de las cuales eran miembros de una organización de solidaridad con la Revolución cubana, es una señal inequívoca de que ni en el país donde quizás más espacio han dedicado los grandes medios a presentar la nueva marioneta -incluyendo el poderoso grupo PRISA y Radio Nacional de España-, el público se traga el gastado espectáculo con el que sigue estafando el ya veterano Montaner. Me pregunto además si, para colmo de males, el bombardeo de disparates de la señora Sánchez sobre los españoles ha terminado en un efecto boomerang, provocando el rechazo de las audiencias.
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