Por: José Miguel Vázquez.
Para mi el Día de las Madres siempre ha tenido una connotación especial, al margen de la cuestión comercial o los regalos que se dan en esta fecha, la motivación de los sentimientos y el homenaje que uno ofrece a su ser más querido es lo principal.
Yo perdí a mi mamá hace 11 años, por cierto, influenciado por el aquello de los cambios que experimentaría el mundo en el año 2000, siempre añoré que mi madre llegara viva a ese nuevo siglo, y después de todo tuve suerte, aunque el destino me la llevó el 18 de junio del 2000, cuando falleció, me dije para adentro, a modo de consuelo,---Bueno al menos pudo ver el año 2000.
Sin embargo ni esto ni nada es suficiente para mi, mi madre querida, murió a los 87 años de edad, a veces algún que otro amigo me dice---no te aflijas, al menos tuvo una larga vida---pero ¡Cuanto hubiera deseado tenerla a mi lado mas viejecita…pero viva !
Y es .que uno no se conforma con perder al ser más maravilloso que ha dado la vida, porque sepan ustedes que para mi, mi madre… es lo más grande que uno tiene en la vida.
Por eso siempre les estoy recordando a mis compañeros y amigos que tienen la dicha de tener a su madre viva que la atiendan, que se preocupen por ella, que la visiten si es que viven lejos de ella, en una palabra: que la disfruten porque tener a la madre de uno viva es un verdadero disfrute y regalo que te da la vida.
Por eso, en un día como hoy Día de las Madres, cuando felicito y le doy un beso a una compañera, o la madre de alguno de mis compañeros y amigos, estoy felicitando y besando a mi propia madre, porque veo en ellas, toda la ternura y el amor que siempre encontré en la mía.
Las felicito a todas y recuerdo a mi madre con los ojos anegados en lágrimas, pero feliz, porque mientras vivió, le di todo el cariño que un hijo puede dar al ser que le dio la vida.
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