por: Yohandry Fontana
Esta situación debe terminar ya. El presidente Obama y su gobierno están cometiendo una injusticia incalculable. Sabe que puede y debe ponerle fin liberando a Los Cinco sin excepción. Hacerlo, sería el primer paso indispensable para poder convencer al mundo de que la decencia, finalmente, ha entrado a la Casa Blanca.
Así aseguró el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba en la conferencia especial que recién acaba de impartir en el Palacio de Convenciones, en La Habana, donde se congregan más de tres mil educadores de casi una treintena de países en Congreso Internacional Pedagogía 2011
El también miembro del Buró Político denunció, junto a la injusta condena a que son sometidos los cinco héroes cubanos, la vergonzosa estratagema que los Estados Unidos han desplegado para proteger al confeso terrorista Posada Carriles, llevando a cabo, dijo, un proceso fraudulento en el que se le acusa de actos menores.
Pese a todo, acotó, para algo ha servido la indecente farsa: “la pasada semana, testificando bajo juramento, Gina Garrett-Jackso, funcionaria del Departamento de Seguridad de Estados Unidos, afirmó que a Posada no se encausa por sus crímenes porque a ello se ha opuesto la fiscal Caroline Heck-Milleri, la misma que es la principal acusadora de nuestro cinco hermanos”
“Esta revelación, aseguró Alarcón, constituye la mejor prueba de la responsabilidad de las autoridades norteamericanas en las acciones terroristas contra Cuba que nuestros compañeros trataron de evitar”.
Desde hace seis años, explicó Alarcón, el gobierno Norteamericano está incurriendo en flagrante violación de sus obligaciones en la lucha internacional contra el terrorismo. Desde marzo del 2005 está violando claramente el convenio de Montreal sobre la Protección a la Aviación Civil y también el Convenio Internacional para Actos Terroristas Cometidos con Bombas.
El orador aseguró que Los Cinco cubanos, quienes llevan más de 12 años en prisiones de Estados Unidos, son también educadores. Lo han sido, argumentó, enseñando a leer y a escribir, a pintar y a dibujar, enseñando matemáticas, computación y literatura; y lo han hecho en dos idiomas y sobre todo han ayudado a sus alumnos a vivir. Su docencia ha sido una hazaña practicada generosamente con altruismo insuperable en algunas de las peores prisiones de EEUU.
Los cinco compatriotas son nuestros mejores educadores. Ellos sufren una enorme arbitrariedad y un trato carcelario especialmente cruel, solo posible por la férrea censura que hace que millones de personas, sobre todo en Estados Unidos, ignoren el caso, aseveró Alarcón.
Sentenció que fueron detenidos, acusados y condenados única y exclusivamente porque a riesgo de sus propias vidas ayudaron a descubrir planes terroristas que contra Cuba y su pueblo se llevan a cabo impunemente desde territorio norteamericano con la anuencia de esas autoridades.
Cumplieron con su misión sin armas, jamás emplearon la violencia, no causaron daño a nadie, ni pusieron en peligro la seguridad de Estados Unidos o de sus ciudadanos. Su única falta fue la de actuar contra los grupos terroristas sin haberse inscrito ante las autoridades norteamericanas
para hacerlo, sentenció el orador.
Esta situación debe terminar ya. El presidente Obama y su gobierno están cometiendo una injusticia incalculable. Sabe que puede y debe ponerle fin liberando a Los Cinco sin excepción. Hacerlo, sería el primer paso indispensable para poder convencer al mundo de que la decencia, finalmente, ha entrado a la Casa Blanca.
Así aseguró el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba en la conferencia especial que recién acaba de impartir en el Palacio de Convenciones, en La Habana, donde se congregan más de tres mil educadores de casi una treintena de países en Congreso Internacional Pedagogía 2011
El también miembro del Buró Político denunció, junto a la injusta condena a que son sometidos los cinco héroes cubanos, la vergonzosa estratagema que los Estados Unidos han desplegado para proteger al confeso terrorista Posada Carriles, llevando a cabo, dijo, un proceso fraudulento en el que se le acusa de actos menores.
Pese a todo, acotó, para algo ha servido la indecente farsa: “la pasada semana, testificando bajo juramento, Gina Garrett-Jackso, funcionaria del Departamento de Seguridad de Estados Unidos, afirmó que a Posada no se encausa por sus crímenes porque a ello se ha opuesto la fiscal Caroline Heck-Milleri, la misma que es la principal acusadora de nuestro cinco hermanos”
“Esta revelación, aseguró Alarcón, constituye la mejor prueba de la responsabilidad de las autoridades norteamericanas en las acciones terroristas contra Cuba que nuestros compañeros trataron de evitar”.
Desde hace seis años, explicó Alarcón, el gobierno Norteamericano está incurriendo en flagrante violación de sus obligaciones en la lucha internacional contra el terrorismo. Desde marzo del 2005 está violando claramente el convenio de Montreal sobre la Protección a la Aviación Civil y también el Convenio Internacional para Actos Terroristas Cometidos con Bombas.
El orador aseguró que Los Cinco cubanos, quienes llevan más de 12 años en prisiones de Estados Unidos, son también educadores. Lo han sido, argumentó, enseñando a leer y a escribir, a pintar y a dibujar, enseñando matemáticas, computación y literatura; y lo han hecho en dos idiomas y sobre todo han ayudado a sus alumnos a vivir. Su docencia ha sido una hazaña practicada generosamente con altruismo insuperable en algunas de las peores prisiones de EEUU.
Los cinco compatriotas son nuestros mejores educadores. Ellos sufren una enorme arbitrariedad y un trato carcelario especialmente cruel, solo posible por la férrea censura que hace que millones de personas, sobre todo en Estados Unidos, ignoren el caso, aseveró Alarcón.
Sentenció que fueron detenidos, acusados y condenados única y exclusivamente porque a riesgo de sus propias vidas ayudaron a descubrir planes terroristas que contra Cuba y su pueblo se llevan a cabo impunemente desde territorio norteamericano con la anuencia de esas autoridades.
Cumplieron con su misión sin armas, jamás emplearon la violencia, no causaron daño a nadie, ni pusieron en peligro la seguridad de Estados Unidos o de sus ciudadanos. Su única falta fue la de actuar contra los grupos terroristas sin haberse inscrito ante las autoridades norteamericanas
para hacerlo, sentenció el orador.
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