jueves, 28 de octubre de 2010

El Inolvidable Camilo.












Por: José Miguel Vázquez.

Nuestro pueblo todo recuerda a Camilo, ese hombre sencillo, de sonrisa amplia, dotado de un valor extraordinario, que se distinguió por su fidelidad infinita al Comandante en Jefe, al cumplirse hoy 28 de octubre el 51 Aniversario de su desaparición física cuando regresaba de Camaguey tras cumplir una importante misión de la Revolución.
La inquietud revolucionaria del Héroes de Yaguajay, nació en sus años jóvenes, cuando comenzaron sus vínculos con los estudiantes universitarios, y comenzó a conocer la triste realidad que imperaba en Cuba.
Después, tras los hechos del Moncada en 1953, conoció del ejemplo de aquellos revolucionarios y estudió con profundidad “ La Historia me Absolverá”, el impactante alegato legal expuesto por el propio jefe de aquél movimiento.
Durante su estancia en Estados Unidos, pudo percatarse de las condiciones de desigualdad que imperaba entre los latinoamericanos allí, en ese país comenzaron sus actividades de solidaridad, y se propuso hacer todo lo necesario por contribuir con su propio esfuerzo personal a la lucha revolucionaria en Cuba.
Así lo materializó a venir en el Granma y comenzar la lucha guerrillera en la Sierra Maestra que lo marcó como un potencial jefe al que todos seguirían.
En la Sierra se destacó por su arrojo sin límites, protagonizaba las más peligrosas acciones combativas, y poco a poco fue tejiendo una leyenda que trascendería hasta llegar a conocimiento de todo el pueblo.
con sus grados de Comandante, junto al Ché reeditó la invasión a Occidente con el fin de dar el puntillazo final a la dictadura de Batista, ocasión en que libro importantes batallas para liberar a los cubanos definitivamente.
Distinguido por su sombrero alón, comenzó a ser identificado entre todos los que veían en él, a un indiscutible jefe.
Así fue Camilo, en la lucha guerrillera y después del triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959.
El pueblo nunca quiso reconocer su desaparición aquél 28 de octubre de 1959, cuando fue víctima de un lamentable accidente aéreo tras regresar de Camaguey después de haber abortado la traición de Huber Matos.
Desde entonces, el pueblo lo recuerda con especial devoción cada 28 de octubre, cuando niños, jóvenes, estudiantes de todas las enseñanzas, y trabajadores, depositan una flor en ríos y mares en recordación a su indeleble ejemplo de combatiente ejemplar.
Así es Camilo, porque hombres como él nunca mueren, pues su legado se materializa en las acciones de otros cubanos que han seguido su ejemplo y laboriosidad..

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