Por: José Miguel Vázquez.
En el año 1985, un 24 de febrero para más exactitud, un grupo de entusiastas hijos de Matanzas, caracterizados en lo que conocemos como La Tercera Edad, se dieron la mano para fundar El Círculo de Abuelos, que dieron en llamar “Amigos del Deporte y la Cultura”.
Escogieron un lugar para su propósito, El Majestuoso Parque René Fraga Moreno, situado en lo más alto de la ciudad, y apartir de ese momento acordaron reunirse cada lunes. miércoles y viernes en horas de la mañana, y desde entonces han permanecido fieles a este empeño que les ha proporcionado alegría, salud, y bienestar físico y espiritual.
Pero, ¿ Qué hacen allí estas personas ?, pues nada mas y nada menos que ejercicios físicos, matizados al compás de una buena música, en la que combinan los movimientos del cuerpo con el baile, haciendo de esto una sana y total diversión.
Cuentan también con una especie de instructor, que les va guiando con respecto a los distintos movimientos corporales y ejercicios a realizar.
Pero todo no queda ahí, fueron formando una especie de asociación o club como se le llama en otros países, y dieron vida a otras actividades, digamos fiestas en sus respectivas casas, excursiones, visitas a museos y otros lugares de interés, hasta el punto de que han logrado realizar intercambios con círculos de otras localidades.
Han pasado 25 años de aquella bella experiencia que se ha ido enriqueciendo, y al cabo del tiempo transcurrido el Círculo de Abuelos de Liduvina, el alma de ese grupo humano, se ha convertido en un lugar de armonía, donde confluyen todos los caminos, y la arboleda que les rodea, al igual que los transeúntes que le circundan hacen un marco atractivo donde la sincronía que les caracteriza se convierte en surtidores de luz y de vida.
El pensamiento de Martí “ Que luz la que emana de un rostro de años”, es la máxima que anima a estos hombres y mujeres llenos de arrugas pero felices, que logran cada día amanecer con nuevos bríos, que les impulsa a seguir andando por el camino de la vida,.
En el año 1985, un 24 de febrero para más exactitud, un grupo de entusiastas hijos de Matanzas, caracterizados en lo que conocemos como La Tercera Edad, se dieron la mano para fundar El Círculo de Abuelos, que dieron en llamar “Amigos del Deporte y la Cultura”.
Escogieron un lugar para su propósito, El Majestuoso Parque René Fraga Moreno, situado en lo más alto de la ciudad, y apartir de ese momento acordaron reunirse cada lunes. miércoles y viernes en horas de la mañana, y desde entonces han permanecido fieles a este empeño que les ha proporcionado alegría, salud, y bienestar físico y espiritual.
Pero, ¿ Qué hacen allí estas personas ?, pues nada mas y nada menos que ejercicios físicos, matizados al compás de una buena música, en la que combinan los movimientos del cuerpo con el baile, haciendo de esto una sana y total diversión.
Cuentan también con una especie de instructor, que les va guiando con respecto a los distintos movimientos corporales y ejercicios a realizar.
Pero todo no queda ahí, fueron formando una especie de asociación o club como se le llama en otros países, y dieron vida a otras actividades, digamos fiestas en sus respectivas casas, excursiones, visitas a museos y otros lugares de interés, hasta el punto de que han logrado realizar intercambios con círculos de otras localidades.
Han pasado 25 años de aquella bella experiencia que se ha ido enriqueciendo, y al cabo del tiempo transcurrido el Círculo de Abuelos de Liduvina, el alma de ese grupo humano, se ha convertido en un lugar de armonía, donde confluyen todos los caminos, y la arboleda que les rodea, al igual que los transeúntes que le circundan hacen un marco atractivo donde la sincronía que les caracteriza se convierte en surtidores de luz y de vida.
El pensamiento de Martí “ Que luz la que emana de un rostro de años”, es la máxima que anima a estos hombres y mujeres llenos de arrugas pero felices, que logran cada día amanecer con nuevos bríos, que les impulsa a seguir andando por el camino de la vida,.
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