miércoles, 3 de marzo de 2010

Las elecciones de ayer y de hoy.



Por José Miguel Vázquez.,

Me tocó vivir la última etapa del capitalismo en Cuba allá por los años 1940 y 1950 en mis tiempos de juventud. En aquél momento vivía en Colón, tercera población en importancia de la provincia de Matanzas, Cuba, a 200 kilómetros de La Habana.
Eran los tiempos de las elecciones fraudulentas que tenían lugar en la Cuba de entonces, los postes y paredes en las calles llenos de pasquines electorales, con las fotos de los candidatos por los distintos partidos políticos, que aspiraban a su turno en el, poder.
Los colegios electorales, eran locales habilitados en cualquier lugar, y en la puerta custodiándolos, había una pareja de guardias rurales (soldados de uniforme amarillo, con armas largas).
Mis padres, ya fallecidos, eran empleados públicos, amenazados constantemente a que si no votaban por el político tal, o mas cual, o si no entregaban su cédula electoral (documento de identificación para votar), podían quedar cesantes en sus puestos, cuyo salario apenas rebasaba los cien pesos. Y en más de una ocasión cuando triunfaba algún senador o representante con influencia en determinados ministerios u organismos del estado, quitaba y ponía a su antojo al personal que respondía a sus intereses.
Los polítiqueros en sus trajines electorales, se auxiliaban de los llamados “sargentos políticos”, especie de botelleros (cobraban sin trabajar), para buscar las cédulas de los votantes, tenerlas en su poder y así con esos documentos garantizar los votos por el candidato que las poseyera.
Los políticos claro está, en sus campañas, se pasaban todo el tiempo prometiendo cosas que nunca cumplían, y hacían de la demagogia, su habilidad más socorrida.
En muchas ocasiones se dio el caso de que hasta los muertos votaban, pues al fallecer las personas, sus cédulas electorales quedaban en poder de los sargentos políticos, y éstos ni cortos ni perezosos, procedían a votar con esos documentos por el politiquero al cual trabajaban.
¡ Así eran las cosas en Cuba antes del triunfo de la Revolución ¡.
Pero llegó el primero de enero de 1959,llegó el Comandante y mandó a parar, y de golpe y porrazo barrió con esos y otros males sociales que habían invadido la vida del país, y comenzó un proceso de saneamiento institucional que culmino con la instalación del Poder Popular, nueva forma de gobierno en que los representantes a las Asambleas Municipales ( gobiernos locales), son propuestos previamente como candidatos por los propios vecinos de sus áreas de residencia ( circunscripciones), y luego seleccionados mediante elecciones por el voto secreto de cada ciudadano..Desde entonces, los colegios electorales tienen como principales custodios a los pioneros (niños escolares), en vez de soldados con armas largas.
Así ha sido hasta nuestros días, y ahora que estamos nuevamente en un proceso para elegir a los delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular, conviene recordar estas cosas, para que se vea la diferencia entre el ayer y el hoy. Por eso aquí en Cuba, al recordar al nefasto capitalismo que vivimos sí vale eso de que “Cualquier tiempo pasado fue peor”.


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