Día del Educador.

Por: José Miguel Vázquez.

Este martes 22 de diciembre celebramos en Cuba, El Día del Educador, fecha que marcó un memorable día en que Cuba fue declarada Territorio Libre de Analfabetismo.
En esta fecha, los cubanos homenajeamos a los maestros, esas figuras ilustres que hacen posible que llegue hasta nosotros desde pequeños, la luz del conocimiento.
Y nada mejor en este día que recordar a un matancero, cuyo ejemplo ha quedado grabado en los corazones de todos los que vivimos en esta tierra, y que con su accionar revolucionario dio vida y nombre a las brigadas de estudiantes y jóvenes que hicieron posible esta gran batalla: Conrado Benítez García.
Conrado nació en Matanzas el 19 de febrero de 1942, hijo de una familia humilde comenzó sus estudios antes de cumplir los cuatro años, por su insistencia en asistir al colegio.
Fue considerado un niño-adulto, como gran parte de los de aquella época, pero la difícil situación económica en que se desenvolvía, lo obligó a la edad de 10 años a limpiar zapatos para ganar algún sustento. Conrado hizo otras cosas, recogió chatarra, para vender, y laboró en una panadería.
En 1957 comenzó el octavo grado en la Escuela Primaria Superior No.3 “Gertrudis Gómez de Avellaneda”, Después matriculó en el Instituto de Segunda Enseñanza No.1 de la Habana, lugar donde concluyó su primer año de bachillerato, ya en el 60 se trasladó a Matanzas y es aquí donde decide interrumpir sus estudios para hacerse maestro.
En una ocasión le manifestó a su familia que había que ayudar al gobierno, porque era el único que se había preocupado por los pobres, y en entonces que marchó a las montañas orientales, recibió clases por tres meses y realizó dos ascensos al pico Turquino.
Volvió a Minas del Frío, allí realizó pruebas teóricas, e incluso impartió clases y aprobó la entrevista individual.
Ya en agosto de 1960 participa en el acto de graduación del Primer Contingente de Maestros Voluntarios.
Ubicado en la antigua provincia de Las Villas, se le alertó sobre la presencia allí de bandas de alzados en ese territorio contra la Revolución, no obstante ubica su escuela en la Finca Sierra Reunión, comunidad colindante con Gavilanes en el barrio de Caracusey, término de Trinidad.
Allí los campesinos lo acogieron como familia, se le ofreció un local para establecer un aula y otro pequeño cuarto para descansar y en la casa de Aurelio Santín recibiría sus alimentos.
Conrado realizó un censo casa por casa, matriculó a los niños para incorporarlos a la escuela en un horario nocturno. En los recesos jugaba con sus alumnos y en sus ratos de ocio se sentaba a leer junto a un árbol.
En las Navidades del 60, viajó a Matanzas, no sin antes prometer a sus pupilos que les traerían juguetes y zapatos para el Día de Reyes.
Regresó el 2 de enero de 1961. Viajó en auto de alquiler, en Santas Clara recogió a su compañera de trabajo, la Maestra Magalys. El siguiente tramo fue hasta Sancti Spíritus, y luego a Trinidad. Al bajarse en Corrales de Fragoso fue advertido de la presencia de alzados que merodeaban por esa zona. Se separó de la maestra y él continuó su viaje solo.
La banda de Osvaldo Ramírez andaba por el Aserradero y sus alrededores allí hicieron prisioneros a varios campesinos. A casi todos los pusieron en libertad bajo amenaza. Pocas horas después capturaron a Conrado cuando iba para su escuela, junto a otro campesino.
Después vendrían los golpes, las torturas, empujones y atropellos, para finalmente ser ahorcados y aún después de muertos, pinchados y ultrajados. Era el 5 de enero de 1961.
Conocido el horrendo crimen la isla se iluminó de un extremo a otro, cuando miles de jóvenes ocuparon el puesto del maestro asesinado vilmente, y con sus faroles llevaron la luz de la enseñanza en el Año de la Educación.Sus asesinos, una vez capturados pagaron con su vida u horrendo crimen.
Por eso, en este Día del Educador nuestro homenaje de reconocimiento a todos los maestros de Cuba, y nuestro recuerdo inolvidable a Conrado Benítez, que dio su preciosa vida como otros tantos jóvenes por hacer posible la educación de nuestro pueblo.
F E L I C I D A D E S M A E S T R O S.