domingo, 9 de agosto de 2009

El Megaconcierto de Juanes. Un comentario.


Por: José Miguel Vázquez.

La intolerancia de lo más reaccionario, retrogrado, antisocial, y rencoroso de la gusanera de origen cubano radicada en Miami, se ha hecho patente una vez más ante el anuncio del próximo concierto que el afamado cantante Juanes, ofrecerá en la Habana el próximo mes de septiembre.
Y es que de esta gente, no se podía esperar otra cosa. Sus abanderados nada más y nada menos que Ninoska Pérez Castelló, que le ha sacado jugosas ganancias al negocio de la contrarrevolución, y a la congresista “ Loba Feroz”, Illeana Ross, que NO acepta nada que pudiera significar un acercamiento a Cuba.
De todas maneras, les guste o no, todo parece indicar que el concierto “ va”, porque su principal protagonista Juanes, está interesado en realizarlo, como una vía según su criterio de que este espectáculo sea un marco propicio para lograr un entendimiento que traiga un clima de paz y armonía entre los pueblos.
Según se ha podido conocer, éste se realizará en la Plaza de la Revolución, junto a la estatua de nuestro Héroe Nacional José Martí, a cielo abierto, para que todos los cubanos puedan ir y apreciarlo en vivo.
Contará con la participación de otros artistas invitados de Latinoamérica y de Cuba, de manera que su título de “Megaconcierto” se haga efectivo.
Por lo pronto ya se ha reconocido que las autoridades culturales cubanas, han expresado su apoyo a este espectáculo, que de hecho contribuirá a una mayor comprensión de la realidad cubana, una realidad de 50 años, que nadie puede soslayar, por mucho que les pese a las Ninoska y comparsa.
Y si alguien me lee, que le recuerde a esta “indeseable”, que las avionetas derribadas por la Fuerza Aérea Cubana, fue el resultado de una burda provocación de la gusanera, que pese a reiteradas advertencias, violó con sus avionetas sistemáticamente nuestro espacio aéreo, hasta el punto de hacerlo un día en la Habana, y eso a nadie en el mundo se le permite.
Lo que sucede es que el Señor Basulto, sabía que ese iba a ser el desenlace de la provocación, y supo ponerse a buen resguardo para aparecer después como héroe y acusador. Señora Ninoska, el cuento de las avionetas, ya nadie se lo cree.

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