Por: José Miguel.
Las efemérides matanceras del mes recogen que un día como ayer 12 de noviembre pero del año 1886, nació en Matanzas Agustín Acosta Bello, abogado e intelectual de fama internacional, considerado en su época como el Poeta Nacional.
Se dice que desde el punto de vista cronológico y de formación intelectual, Agustín Acosta (1886-1979), pertenece a la generación que abrió el siglo XX cubano.
Aquí en Matanzas, Agustín Acosta organiza tertulias como la llamada “El areópago del Chocolate”, funda el semanario Vista Nueva, colabora desde muy joven en varias publicaciones y mantiene una activa vida cultural.
En el libro “La Zafra” de la investigadora Denia García Ronda, se dice que uno de sus más conocidos poemas de Ala es “A la Bandera Cubana”, que fue premiado en un concurso del periódico El Fígaro, como el mejor canto a nuestra enseña nacional.
Comparado con otras reflexiones sobre ella como las de Bonifacio Byrne, Enrique Hernández Miyares o José Manuel Poveda, el poema de Acosta peca de abstracto, aséptico, intemporal, Sin embargo es el que más ha calado en la sensibilidad del cubano, aprendido por muchas generaciones desde los anos escolares.
Gallarda, hermosa triunfal
Tras de múltiples afrentas
De la patria representas
El romántico ideal
Cuando agitas tu cendal
Sueño eterno de Martí
Tal emoción siento en mí
Que indago al celeste velo
Si en ti se prolonga el cielo
O el cielo surge de ti.
De todas sus obras “La Zafra”, (1926), reivindicó el diálogo del matancero con la poesía social. La publicación de este poema le valió el reconocimiento de la intelectualidad y contribuyó a su entrada a la turbia vida política de su época.
El triunfo de la Revolución lo sorprendió ya con 73 años, aunque recibió algunos reconocimientos, en general su actitud fue de escepticismo y distanciamientos y su mayor pecado consistió en no comprender la grandeza de la Revolución Cubana.
En 1973 emigra hacia Estados Unidos, y allí muere el 12 de marzo de 1979.
De su figura Julio Antonio Mella, ya exilado en México, tuvo frases elogiosas al considerar que “La Zafra”, fue el primer poema político de la última etapa de la República., aunque difería de él por su vinculación con la vida política que lo envolvió.
“La Zafra” por tanto, se considera un libro paradigmático, no solo en cuanto al tema sino al tratamiento de lo cubano, desde un punto de vista nacionalista.
Al cumplirse 122 años de su natalicio se le recuerda como un hombre que desde el punto de vista literario contribuyó a engrandecer la cultura cubana.
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Las efemérides matanceras del mes recogen que un día como ayer 12 de noviembre pero del año 1886, nació en Matanzas Agustín Acosta Bello, abogado e intelectual de fama internacional, considerado en su época como el Poeta Nacional.
Se dice que desde el punto de vista cronológico y de formación intelectual, Agustín Acosta (1886-1979), pertenece a la generación que abrió el siglo XX cubano.
Aquí en Matanzas, Agustín Acosta organiza tertulias como la llamada “El areópago del Chocolate”, funda el semanario Vista Nueva, colabora desde muy joven en varias publicaciones y mantiene una activa vida cultural.
En el libro “La Zafra” de la investigadora Denia García Ronda, se dice que uno de sus más conocidos poemas de Ala es “A la Bandera Cubana”, que fue premiado en un concurso del periódico El Fígaro, como el mejor canto a nuestra enseña nacional.
Comparado con otras reflexiones sobre ella como las de Bonifacio Byrne, Enrique Hernández Miyares o José Manuel Poveda, el poema de Acosta peca de abstracto, aséptico, intemporal, Sin embargo es el que más ha calado en la sensibilidad del cubano, aprendido por muchas generaciones desde los anos escolares.
Gallarda, hermosa triunfal
Tras de múltiples afrentas
De la patria representas
El romántico ideal
Cuando agitas tu cendal
Sueño eterno de Martí
Tal emoción siento en mí
Que indago al celeste velo
Si en ti se prolonga el cielo
O el cielo surge de ti.
De todas sus obras “La Zafra”, (1926), reivindicó el diálogo del matancero con la poesía social. La publicación de este poema le valió el reconocimiento de la intelectualidad y contribuyó a su entrada a la turbia vida política de su época.
El triunfo de la Revolución lo sorprendió ya con 73 años, aunque recibió algunos reconocimientos, en general su actitud fue de escepticismo y distanciamientos y su mayor pecado consistió en no comprender la grandeza de la Revolución Cubana.
En 1973 emigra hacia Estados Unidos, y allí muere el 12 de marzo de 1979.
De su figura Julio Antonio Mella, ya exilado en México, tuvo frases elogiosas al considerar que “La Zafra”, fue el primer poema político de la última etapa de la República., aunque difería de él por su vinculación con la vida política que lo envolvió.
“La Zafra” por tanto, se considera un libro paradigmático, no solo en cuanto al tema sino al tratamiento de lo cubano, desde un punto de vista nacionalista.
Al cumplirse 122 años de su natalicio se le recuerda como un hombre que desde el punto de vista literario contribuyó a engrandecer la cultura cubana.
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