martes, 22 de julio de 2008

Un año con el familión.


Por: Giselle Bello


El Familión, espacio que sale al aire de lunes a viernes a través de Radio 26, emisora provincial en Matanzas, y acaba de cumplir un año de creado este 9 de julio, se ha robado la audiencia del territorio.
La clave de su ya rotundo éxito se debe a una singular conjunción de factores: por un lado la profundidad y variedad de los temas (homosexualismo, muerte, autoestima, pareja, sexualidad, educación); por otro, la total falta de convencionalismo a la hora de abordarlos, la soltura y naturalidad de su lenguaje y la coherencia estilística mantenida.
Lo cierto es que desde hace un año, de ocho a nueve y media de la mañana, Matanzas se mantiene pegada a la radio.
Este programa surgió como una idea de Enildo Pérez Castañeda –cuenta Yirmara Torres, su guionista- a él le dieron la tarea de conformar un espacio que levantara la programación de verano del año pasado. Desde los inicios siempre quiso hacer un programa que le diera alegría, ganas de vivir, que le hablara a la gente en el leguaje de la gente.
“Así fue recopilando nociones, criterios hasta conformar el primer proyecto que era más parecido a una revista de variedades, pero por el camino el programa ha ido derivando hacia lo que el público quiere.
Cambiamos nosotros en correspondencia con las demandas que nos hacían y se le dio más protagonismo al diálogo.
“Recuerdo al principio un par de emisiones en que nos costó lograr la participación. Poco a poco se fue creando una confianza basada en que no juzgamos a nadie, propiciamos la democracia y eso funciona.
“Licet Ortiz, la asesora, fue la última en incorporarse. Llegó con ideas nuevas, y en los últimos tres meses ha aportado temas, cuando parecía que se habían agotado. A ella, lo que más la estimula es el espíritu de unidad del colectivo.”
Pero lo que realmente ha distinguido a El familión y lo ha llevado al centro del debate público es su capacidad para abordar casi cualquier tópico desde una perspectiva nunca antes vista en nuestros medios de comunicación, con un discurso desenvuelto y vivo que deja espacio a la contradicción y la discrepancia.
Los temas más difíciles de tratar creo que han sido la igualdad, la realización profesional versus dinero, un familiar en estado terminal, niños huérfanos con padres vivos, ¿Estás preparado para ser padre de tus padres?. También algunos vinculados a la sexualidad como dónde está el punto G en los hombres, asegura Tony Medina, conductor del programa.
“Para opinar sobre muchos de estos asuntos he tenido que documentarme, que leer. El programa me ha dado aire, me ha dado deseos de trabajar y, sobre todo, un reconocimiento social que nunca había sentido en treinta años de labor.”
Como profesional, Tony ha desarrollado un estilo, no exento de histrionismo, que se encamina por los senderos del diálogo, del tú a tú, que tan bien funciona para la radio pero que no está exento de peligros.
Esta tendencia al coloquialismo resulta, desde el punto de vista de la factura, el mayor acierto de El familión y también su talón de Aquiles.
“Pienso que se ha logrado una empatía basada en la comunicación franca, en referirse directamente a la gente con expresiones como `esto es contigo´ o `no le des más vueltas que estoy hablando de ti´. Entre oyente y locutor se han desarrollado códigos, una especie de complicidad que incluye hasta leguaje extraverbal, es cuando digo `oye, tú me entiendes…´. Por supuesto, eso tiene un límite y reconozco que, en ocasiones, me he pasado con el ansia de decir más, de aportar más.”
Qué particularidades tiene la producción de El Familión, le pregunto a su directora, Mercy Anilia Garcés.
“Un programa diario y en vivo de la magnitud de este lleva tiempo, preparación, por parte de todo el colectivo. La música, por ejemplo, se diseña con 15 días de antelación, sin embargo, a veces la propia intensidad del diálogo te exige cambiarla sobre la marcha, y eso lo hace “don” José Oquendo Gurri, nuestro operador de audio.
“Se pone tenso El familión cuando no entran llamadas. A veces las personas no se identifican con un tema desde el primer instante y hay que darles más detalles ir tanteando los niveles de receptividad hasta que comiencen a llamar.
“Los asuntos que tratamos están muy cerca de la familia, conviven en cada hogar, y la población está deseosa de hablar de ellos, de expresar lo que siente. El protagonismo del locutor también es muy importante para lograr que se abran y Tony tiene la facultad de llegar.
En este sentido, el programa es un alivio para los oyentes.”

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