Por: José Ramón González.
Antes de incursionar en el tema que nos ocupa es necesario recordar algunas cuestiones con vistas a la ubicación histórica:
El miércoles 13 de octubre de 1953 fueron conducidos los primeros moncadistas al llamado Presidio Modelo, engendro machadista concebido para delincuentes comunes condenados a más de 180 días, en Isla de Pinos..
Tres días después pronunciaba en Santiago de Cuba su alegato de autodefensa conocido como La Historia de Absolverá
El 17 de octubre Fidel arriba a Isla de Pinos con el lastre de una condena de 15 años de prisión, iniciándose un nuevo capítulo para la lucha revolucionaria en el cual tendrían mucho valor las “trincheras de ideas”.
Como apuntara el escritor Mario Mencía, aquella sería una prisión fecunda, pues desde su celda el líder revolucionario preparó y organizó las condiciones para garantizar un camino exitoso hacia el futuro.
La tiranía batistiana impedía toda información desde y hasta la prisión.Los visitantes eran rechazados sistemáticamente.
Familiares, amigos y otras personas honestas comenzaban a inquietarse por la suerte de los prisioneros, y en especial de Fidel Castro.
Los primeros que visitaron a los combatientes presos fueron Sergio—el padre de Jesús Montané—y el padre de Juan Almeida, acompañado de otro de sus hijos apenas de 11 años, Rubén Eugenio.
Esto ocurrió, no sin que mediaran incomodidades y malos tratos en los inicios de febrero de 1954. Así pudo trascender que Fidel estaba vivo.
En su libro La prisión fecunda, Mencía, afirma: “Solamente una visita más eludiría la malla que envuelve a Fidel en la soledad: el breve momento de conversación con el Juez Waldo Medina que va a conocerlo personalmente”.
¿Quién era Waldo Medina?
Un juez matancero—natural de Cidra—nacido en el ocaso del siglo XIX, de extirpe mambisa, quien adentrado en el medio siglo de vida, exhibía una extensa hoja de servicios defendiendo a los humildes en el ejercicio de su difícil y espinosa labor.Tenía ya fama de justo, de hombre ajeno a las presiones y sobornos actuación en diversos puntos de la geografía cubana daba fe de su recta ejecutoria.Si a estas circunstancias agregamos su labor como profundo defensor de las ideas martianas, se puede entender que haya concebido la visita al hombre que encarnaba los preceptos del maestro.
La estrechez del espacio no permite abundar en detalles, pero haré referencia a los más ilustrativos.
Waldo era conocido en los predios capitalinos—y por los políticos de turno—como un juez que ejercía sus funciones con un derroche de humanismo inimaginable en el seno de una sociedad preñada de injusticias. Los casatenientes y los garroteros salían perdiendo en la lucha contra los más pobres.
En 1947 había publicado un libro titulado “El presidio que estorba”, en alusión clara al de Isla de Pinos. El título hace innecesarias otras valoraciones. A los gobiernos de la época, representantes de una democracia representativa en crisis, con las muletas carcomidas de autenticismo, no les simpatizaba aquél hombre de baja estatura, de dicción perfecta, inquieto, lector incansable, amigo de los pobres y de firmeza proverbial en sus principios.
¿Cómo surgió la idea de la visita?
Realizada el 22 de abril de 1954, en pleno periodo electoral, se produjo a sugerencia de un grupo de profesores del Instituto de la Habana que, al conocer que Medina había sido juez en Isla de Pinos, pidió que éste gestionara la visita a los combatientes encarcelados.
Finalmente el honesto y hacendado jurista logró que se aceptara la solicitud, aunque solamente a él le admitirían ver a Fidel.
Cuenta entonces que el líder revolucionario se encontraba en un recinto pequeño con un servicio sanitario donde hubo un salón de dentista, tras una reja de gruesos barrotes.
…estaba en shorts sin camisa .No me conocía, pero enseguida me conoció y me dio la mano….
Había un catre y muchos libros, era como una isla rodeada de libros por todas partes.
Luego del obligado ritual de la presentación y de ofrecer Waldo los detalles del viaje, hablaron de los libros, de la salud de Fidel y otros temas ajenos a la política.
Fidel le comentó:--“Así que tu eres juez en la Habana. ¡Pues te van a botar por haber venido aquí ¡”.
Y así ocurrió, en 1956 el juez Medina fue separado del poder judicial. La visita influyó en la medida represiva del régimen.,pero también las maniobras de los usureros afectados en sus espurios intereses por los dictámenes del recio jurista, así como el hecho de haber sido Waldo el único presidente de la junta electoral que pidió la nulidad de la farsa electoral de noviembre de 1954.
En 1959, Waldo Medina pasó a encabezar el Departamento legal del Instituto Nacional de la Reforma Agraria, INRA. Junto a Fidel recorrió la isla para hacer patente la Ley de Reforma Agraria. Era todo un símbolo, un canto a la dignidad y al decoro, como es ahora este pequeño recuento que debe servir de estímulo a familiares y amigos, a quienes como el que escribe estos párrafos contaron con su amistad, aliñada con sabios y acertados consejos.
José Ramón González.
Profesor del Instituto Superior Pedagógico “Juan Marinello”
Y de la Sede Universitaria “Medardo Vitier Guanche” de Matanzas.
Antes de incursionar en el tema que nos ocupa es necesario recordar algunas cuestiones con vistas a la ubicación histórica:
El miércoles 13 de octubre de 1953 fueron conducidos los primeros moncadistas al llamado Presidio Modelo, engendro machadista concebido para delincuentes comunes condenados a más de 180 días, en Isla de Pinos..
Tres días después pronunciaba en Santiago de Cuba su alegato de autodefensa conocido como La Historia de Absolverá
El 17 de octubre Fidel arriba a Isla de Pinos con el lastre de una condena de 15 años de prisión, iniciándose un nuevo capítulo para la lucha revolucionaria en el cual tendrían mucho valor las “trincheras de ideas”.
Como apuntara el escritor Mario Mencía, aquella sería una prisión fecunda, pues desde su celda el líder revolucionario preparó y organizó las condiciones para garantizar un camino exitoso hacia el futuro.
La tiranía batistiana impedía toda información desde y hasta la prisión.Los visitantes eran rechazados sistemáticamente.
Familiares, amigos y otras personas honestas comenzaban a inquietarse por la suerte de los prisioneros, y en especial de Fidel Castro.
Los primeros que visitaron a los combatientes presos fueron Sergio—el padre de Jesús Montané—y el padre de Juan Almeida, acompañado de otro de sus hijos apenas de 11 años, Rubén Eugenio.
Esto ocurrió, no sin que mediaran incomodidades y malos tratos en los inicios de febrero de 1954. Así pudo trascender que Fidel estaba vivo.
En su libro La prisión fecunda, Mencía, afirma: “Solamente una visita más eludiría la malla que envuelve a Fidel en la soledad: el breve momento de conversación con el Juez Waldo Medina que va a conocerlo personalmente”.
¿Quién era Waldo Medina?
Un juez matancero—natural de Cidra—nacido en el ocaso del siglo XIX, de extirpe mambisa, quien adentrado en el medio siglo de vida, exhibía una extensa hoja de servicios defendiendo a los humildes en el ejercicio de su difícil y espinosa labor.Tenía ya fama de justo, de hombre ajeno a las presiones y sobornos actuación en diversos puntos de la geografía cubana daba fe de su recta ejecutoria.Si a estas circunstancias agregamos su labor como profundo defensor de las ideas martianas, se puede entender que haya concebido la visita al hombre que encarnaba los preceptos del maestro.
La estrechez del espacio no permite abundar en detalles, pero haré referencia a los más ilustrativos.
Waldo era conocido en los predios capitalinos—y por los políticos de turno—como un juez que ejercía sus funciones con un derroche de humanismo inimaginable en el seno de una sociedad preñada de injusticias. Los casatenientes y los garroteros salían perdiendo en la lucha contra los más pobres.
En 1947 había publicado un libro titulado “El presidio que estorba”, en alusión clara al de Isla de Pinos. El título hace innecesarias otras valoraciones. A los gobiernos de la época, representantes de una democracia representativa en crisis, con las muletas carcomidas de autenticismo, no les simpatizaba aquél hombre de baja estatura, de dicción perfecta, inquieto, lector incansable, amigo de los pobres y de firmeza proverbial en sus principios.
¿Cómo surgió la idea de la visita?
Realizada el 22 de abril de 1954, en pleno periodo electoral, se produjo a sugerencia de un grupo de profesores del Instituto de la Habana que, al conocer que Medina había sido juez en Isla de Pinos, pidió que éste gestionara la visita a los combatientes encarcelados.
Finalmente el honesto y hacendado jurista logró que se aceptara la solicitud, aunque solamente a él le admitirían ver a Fidel.
Cuenta entonces que el líder revolucionario se encontraba en un recinto pequeño con un servicio sanitario donde hubo un salón de dentista, tras una reja de gruesos barrotes.
…estaba en shorts sin camisa .No me conocía, pero enseguida me conoció y me dio la mano….
Había un catre y muchos libros, era como una isla rodeada de libros por todas partes.
Luego del obligado ritual de la presentación y de ofrecer Waldo los detalles del viaje, hablaron de los libros, de la salud de Fidel y otros temas ajenos a la política.
Fidel le comentó:--“Así que tu eres juez en la Habana. ¡Pues te van a botar por haber venido aquí ¡”.
Y así ocurrió, en 1956 el juez Medina fue separado del poder judicial. La visita influyó en la medida represiva del régimen.,pero también las maniobras de los usureros afectados en sus espurios intereses por los dictámenes del recio jurista, así como el hecho de haber sido Waldo el único presidente de la junta electoral que pidió la nulidad de la farsa electoral de noviembre de 1954.
En 1959, Waldo Medina pasó a encabezar el Departamento legal del Instituto Nacional de la Reforma Agraria, INRA. Junto a Fidel recorrió la isla para hacer patente la Ley de Reforma Agraria. Era todo un símbolo, un canto a la dignidad y al decoro, como es ahora este pequeño recuento que debe servir de estímulo a familiares y amigos, a quienes como el que escribe estos párrafos contaron con su amistad, aliñada con sabios y acertados consejos.
José Ramón González.
Profesor del Instituto Superior Pedagógico “Juan Marinello”
Y de la Sede Universitaria “Medardo Vitier Guanche” de Matanzas.
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