Por: José Miguel.
Considerados como verdaderas reliquias de la farmacopea cubana, un jarabe de hormigas bravas y un aceite de alacranes, se conservan en Matanzas en el Museo Farmacéutico Botica del Doctor Triolet, institución recién declarada Monumento Nacional.
El preparado se hormigas data del siglo 19, el cual se obtenía de la maceración de los insectos a fin de extraer un ácido, al cual se le atribuía la posibilidad de abrir el apetito, se ahí su recomendación para niños pequeños y enfermos.
La otra rareza es un aceite de Alacranes más conocidos como Escorpiones, que se vertían vivos en aceite hirviendo con el propósito de extraerle sus toxinas, indicadas para tratar el reumatismo y estimular la orina.
Ambas formulas médicas, se exhiben en el museo matancero junto a miles de recetas y compuestos empleados por la medicina cubana de otros tiempos.
Considerados como verdaderas reliquias de la farmacopea cubana, un jarabe de hormigas bravas y un aceite de alacranes, se conservan en Matanzas en el Museo Farmacéutico Botica del Doctor Triolet, institución recién declarada Monumento Nacional.
El preparado se hormigas data del siglo 19, el cual se obtenía de la maceración de los insectos a fin de extraer un ácido, al cual se le atribuía la posibilidad de abrir el apetito, se ahí su recomendación para niños pequeños y enfermos.
La otra rareza es un aceite de Alacranes más conocidos como Escorpiones, que se vertían vivos en aceite hirviendo con el propósito de extraerle sus toxinas, indicadas para tratar el reumatismo y estimular la orina.
Ambas formulas médicas, se exhiben en el museo matancero junto a miles de recetas y compuestos empleados por la medicina cubana de otros tiempos.
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