Algo de Historia sobre Karla María Pérez González.
Ingresó tal y como se demostró en su momento a la carrera de Periodismo en la Universidad Central de Villa Clara, «Marta Abreu» (UCLV), mediante un proceso en que se cometieron violaciones de los procedimientos establecidos, incluyendo fraudes, dinero mediante, por el presidente de la Comisión de Ingresos el cual fue separado de esa Universidad por conducta no ética.
Fue expulsada de la UCLV no por sus ideas políticas, sino por hacer contrarrevolución dentro de ese centro de altos estudios. La propuesta partió de la FEU del mismo, ante las abiertas actividades de ese tipo que desarrollaba. La prueba de que en Cuba no se priva a nadie de una carrera universitaria por su pensamiento político es que, el hijo de la connotada contrarrevolucionaria Yoani Sánchez estudió en la Universidad de La Habana sin ser molestado.
Su madre Lizet González (expulsada de ETECSA en 2012 al detectarse que vendía ilegalmente conexiones a internet) por mezquinos intereses económicos facilitó sus vínculos con el cabecilla Eliecer Ávila a cuya organización contrarrevolucionaria Somos+ (dirigida y financiada desde los Estados Unidos y países europeos aliados) ella pertenecía, creándose una relación de dependencia emocional de la joven con Ávila que este aprovechó para reclutarla para su engendro subversivo, lo que aceleró el proceso de deterioro político ideológico y de destrucción de los valores patrios de Karla, iniciado en su ambiente sociofamiliar por la influencia nociva de su progenitora.
Así fue como dio sus primeros pasos en las actividades contrarrevolucionarias que, en aquella etapa inicial fueron estimuladas y orientadas por Eliecer Ávila, el cual con la pretensión de penetrar en el ambiente de la UCLV le dio la “tarea” de captar estudiantes de la misma para su organización, empeño en que fracasó, generándole esto un estado de frustración que incrementó la agresividad de sus actividades y de su lenguaje contrarrevolucionario, así llegó a tildar de asesino al Che e insultar a Martí. En 2016 inició un reforzamiento de su presencia en el ciberespacio y comenzó a escribir en el blog del engendro de Ávila, bajo el seudónimo de Oriana.
Ahora gente acostumbrada a creerle a cualquiera, menos a las instituciones estatales, trata de presentar un video donde Karla dice haber roto con “Somos +” como la prueba de su arrepentimiento, inocencia y de la inexistencia de vínculos con la contrarrevolución; ¡falso!, ella rompió con Eliecer Ávila sentimentalmente y se apartó de su “organización” por esa razón, además de no necesitarla y de que sus aspiraciones dentro del inframundo del mercenarismo en estos momentos son otras.
Resumiendo, Karla cambió es cierto, pero no de ideas, ni de bando; sus publicaciones en los medios anticubanos al servicio de la mafia miamense y de otros de la derecha regional, sus vínculos y actividades actuales, así lo demuestran. No pretendo convencer a quienes en el show inicial de este caso en 2017 dijeron que, “aunque me digan que es de la CIA no lo creo”. A confesión de partes, relevo de pruebas.
La llegada, asentamiento y otorgamiento de la beca para estudiar periodismo en Costa Rica no es fruto de la casualidad ni del filantropismo de nadie. El cubano residente en Alemania Justo Cruz en su artículo, “Lo que “El Mundo” no dice y todo el mundo aplaude” publicado en el blog La pupila insomne en mayo de 2017, desmonta con sólidos argumentos la hipocresía de la directora del periódico costarricense “El Mundo” la cual planteo que, por ser un medio muy comprometido con la libertad de expresión le habían extendido la mano a Karla. Cínico argumento.
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