Tomado de Cuba Si
Los “nuevos revolucionarios” dicen van a vigilar a todo el que trate de retardar los cambios propuestos por el presidente Miguel Díaz Canel. El solo hecho de crear una expectativa sobre la supuesta existencia de sectores dentro de la institucionalidad del Estado opuestos a las políticas del gobierno, los sitúa yendo contra lo que dicen defender. Es como para no tomarlos en serio.
Resulta obvio que, al intrigar, crear desconfianza infundada y acusar sin fundamento, no contribuyen a la unidad tan necesaria para lograr los objetivos que nos hemos propuestos alcanzar en la etapa postcovid-19. Digo que nos hemos propuesto, porque esos objetivos fueron concebidos por un gobierno de pueblo, para beneficio de todos.
Este comportamiento de los “nuevos revolucionarios” es viejo.
Pudiera también verse, Los “modernos revolucionarios” y sus aportes al enemigo.
Cuando se restablecieron las relaciones diplomáticas entre Cuba y EE.UU. se inventaron un núcleo duro que, según ellos se oponía al proceso de normalización de los vínculos entre ambos países, posteriormente, en los momentos próximos a la toma de posesión de Díaz Canel como Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, se imaginaron un grupo que estaba esperando que Raúl se retirara para apoderarse del poder, y ahora se apean con otro de retranqueros. Dan pena.
A estos personajes de ficción los ubican principalmente dentro de las estructuras del gobierno y en alguna medida también en las del partido, asignándoles un papel de oposición. Atribuyen la conducta de estos a una mentalidad retrograda y al deseo de conservar supuestos privilegios. Tienen una “imaginación creadora” que da grima.
Ese escenario solo existe en los afiebrados cerebros de los “nuevos revolucionarios”.
Para conocer un poco mejor a estos personajes recomendamos leer, Los «nuevos revolucionarios» de la internet en Cuba.
En el partido no existe el sectarismo, ni en el gobierno cubano pugnas internas o divisiones, su funcionamiento cohesionado y armónico es una de sus fortalezas y fue un importante factor en el éxito del enfrentamiento a la Covid-19. El presidente Miguel Díaz Canel no es un mandatario aislado, lo acompañan compañeros de lucha e ideales y las estructuras gubernamentales respaldan su gestión.
Si fueran honestos y de verdad desearan apoyar al presidente, los “nuevos revolucionarios” no andarían como andan, publicando o amplificando artículos que generan matrices de opinión contrarias a esos cambios necesarios que nos estamos enfilando a hacer. Tampoco se involucrarían en campañas mediáticas dirigidas a crear situaciones complejas dentro del país, ni compartirían escenario con la contrarrevolución en ellas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario