Este verano ha sido una temporada aciaga para Donad Trump.
En el terreno de la economía, el 31 de julio se cumplió el tercer mes
consecutivo en que la curva de interés de los bonos federales de
Estados Unidos tuvo un resultado inverso; es decir, que los intereses a
10 años, son inferiores a los de 2 años, lo que es tomado como un
indicativo de una próxima recesión económica. Esta especulación tiene
como fundamento el efecto negativo en la economía mundial de la guerra de tarifas comerciales
desatada por Donad Trump contra China y también contra otros países
cuyos gobiernos son aliados de Estados Unidos como Japón y la Unión
Europea.
A mediados de agosto el Departamento de Trabajo dio a conocer que en
el mes anterior se habían creado 130 mil nuevos empleos, 30 mil menos de
lo esperado. Ese mismo día, la Junta de la Reserva Federal comunicó que
en julio la producción industrial de Estados Unidos había caído 0,2% y
0,5% en los últimos doce meses.
Representantes de los cosecheros y exportadores norteamericanos de
maíz y soya y de los vendedores al detalle se expresaron críticamente
sobre el manejo de las negociaciones con China por parte de Trump. Hay
que tomar en cuenta que estos sectores son una importante parte de las
fuerzas que respaldan electoralmente a Trump.
El desasosiego causado por esta situación solo menguó cuando se
conoció el acuerdo del 5 de septiembre entre China y Estados Unidos para
reanudar conversiones sobre el tema a un alto nivel en el próximo mes
de octubre, pero los efectos negativos para la economía mundial aún se
mantienen latentes.
Se han reafirmado las contradicciones entre Trump y Jerome Powell,
presidente de la Junta de la Reserva Federal (Banco Central) de los
Estados Unidos en cuanto a las tasas de interés y del circulante
monetario, ya que Trump quiere ver reducidas las primeras y aumentado el
segundo. El asunto será abordado en la reunión de la Junta que se
celebrará del 17 al 18 de septiembre, posiblemente cuando este artículo
esté siendo publicado y es probable que la decisión que se tome no
satisfaga las expectativas de Trump. El mandatario estadunidense está
demandando de la Reserva Federal la reducción de la tasa de interés
primario y un relajamiento de las prácticas de liquidez financiera.
En el ámbito de las acciones políticas internacionales, los
acontecimientos tampoco se han desarrollado de manera favorable a las
posiciones de Trump, ahondando aún más el aislamiento de Tump en el
orden económico provocado por su empecinamiento con la guerra de tarifas
comerciales.
Uno asunto que ha puesto de relieve el rechazo mundial a las acciones
de Trump es la escalada de las tensiones con Irán a partir de mayo 2019
con el anunció del entonces Asesor de Seguridad Nacional, John Bolton
del envío de una fuerza de tarea aeronaval al Medio Oriente como
“fuerza implacable” para enfrentar a Irán. Esta decisión fue reafirmada
al siguiente día por un vocero del Pentágono al anunciar el envió a la
región de cientos de soldados. Después de más de cuatro meses de fuertes
tensiones en el área, Estados Unidos ha ido quedando cada vez más
aislado, aún de sus propios aliados de la Unión Europea, como quedó
demostrado en la reciente reunión del G-7 celebrada en Biarritz,
Francia.
Similar aislamiento sufrió Estados Unidos en esa reunión en sus
posiciones de negación del papel del factor humano con respecto al
cambio climático, lo cual provocó que no se emitiría una declaración
conjunta al concluir la ya citada reunión.
Sin embargo, el conflicto de Estados Unidos con Irán ha subido en
intensidad a partir del ataque efectuado el pasado sábado contra una
refinería (se dice que la mayor del Mundo) y un campo petrolífero en
Arabia Saudita, que el Secretario de Estado de los Estrados Unidos
atribuye a Irán como responsable, aunque rebeldes houthi en Yemen han
asumido la autoría de los ataques. Represalias militares contra Irán por
parte de Estados Unidos o de Arabia Saudita puede desencadenar un
conflicto de incalculables consecuencias. Por el momento, en medio de
posiciones divergentes dentro de las filas gubernamentales. Asi comi
dentro de los republicanos y demócratas, Trump ha optado por amlar las
acciones agresivas financieras y comerciales contra Irán.
Tampoco ha podido Trump alcanzar sus propósitos en otros asuntos de
su política externa, tales como el intento de un acuerdo entre Israel y
Palestina; la firma de un entendimiento con los talibanes para
eventualmente poner fin a las hostilidades en Afganistán; la retirada de
las tropas estadounidenses de Siria; la “desnuclearización de Corea del
Norte”. En fin, un rotundo cero en su gestión exterior, por citar solo
algunas de las áreas en que ha fracasado.
La mala racha lo ha acompañado también en el plano interno. Una encuesta realizada por ABC News y el Washington Post
del 2 al 5 de septiembre a una muestra de 1003 personas, de los cuales
28% demócratas; 24% republicanos; 37% independientes, arrojó que el 38%
aprobaba la gestión presidencial de Trump, un 6% menos que en encuesta
similar efectuada del 28 de junio al 1º de julio. Otra encuesta de Fox News
hecha del 11 al 13 de agosto daba una aprobación del 43% (inferior al
46% marcado por encuesta de esa propia institución en el mes de julio),
de las cuales el 88% eran republicanos mientras que solo el 8%,
demócratas.
Según la encuesta de ABC News/Washington Post de julio, 8 de
cada 10 encuestados consideraba como asuntos más importantes la
economía, la atención a la salud y la inmigración; 7 de cada 10,
consideraban importantes la política exterior, la violencia amada y los
impuestos; unos 6 de cada 10 mencionaron como importante el aborto y 5
de cada 10, el calentamiento global.
Las encuestas no constituyen un recurso infalible para diagnosticar
el resultado de una elección, especialmente tan compleja como las
elecciones presidenciales en Estados Unidos, y en este caso en
cuestiones coyunturales como la situación de la economía (por solo citar
un caso), la opinión de los votantes, puede variar prácticamente de un
día para otro. En este caso, hay un alto grado de coincidencia en las
encuestas sobre la opinión mayoritaria desfavorable a la gestión
presidencial de Trump, así como sobre la polarización de las
preferencias entre votantes republicanos y demócratas, mientras que hay
amplia mayoría del conjunto de votantes republicanos, demócratas e
independientes sobre cuáles son los temas de mayor interés.
En estos momentos, a corto plazo, se presentan para Trump dos
circunstancias que puede aprovechar para apuntarse puntos a favor de su
gestión. Un caso es con el reinicio de las negociaciones comerciales con
China en el mes de octubre, donde ambos países pudieran beneficiarse
con un acuerdo mutuamente beneficioso y que tendría una repercusión
mundial Otro, la posibilidad de influir en las negociaciones entre la
General Motors y el sindicato Unión de Trabajadores Automotores (United
Auto Workers) que ha declarado una huelga desde el pasado domingo 15 de
agosto, ante el fracaso de la negociación para un nuevo contrato por
cuatro años; para ello Trump tendría que poner toda su influencia a
favor del sindicato, lo que sería bien recibido por este sector en
estados vitales para ganar las elecciones presidenciales próximas, tales
como Michigan, Ohio, Pennsylvania.
En el campo demócrata, ya se perfilan tres punteros que deben
disputarse la nominación como candidato a la presidencia: Joseph Biden,
Elizabeth Warren y Bernard Sanders. Biden tiene la preferencia del liderazgo tradicional demócrata,
pero desde el lanzamiento d su candidatura en abril pasado ha sido
perdiendo ventaja en las encuestas, específicamente con respeto a los
otros dos punteros. A diferencia de Trump, que tiene prácticamente
garantizada la nominación como candidato presidencial republicano, a
pesar de los contendientes surgidos a última hora, en el caso del
Partido Demócrata, su dilema es buscar una fórmula aceptable para tres
distintas tendencias, que podemos calificar como la oficialista para la
cual Biden es el preferido; la progresista, que en general se inclina
por Elizabeth Warren; y la social-demócrata que tiene en Bernard Sanders
su exponente más relevante.
Todavía parece haber mucho trecho por andar para alcanzar esa
definición. Los tres debates celebrados hasta el momento, y
especialmente el último que tuvo lugar el jueves 12 de septiembre en
Houston, Texas con solo 10 aspirantes. No han dado lugar a
planteamientos o definiciones sustanciales. Lo más relevante en este
último debate fue que Warren y Sanders evadieron el enfrentamiento entre
ambos, evidentemente reconociendo que Biden es el aspirante a derrotar y
que hay más proximidad entre los seguidores de ellos dos que con los
que apoyan a Biden, quien dirigió sus principales ataques contra Warren.
Los restantes siete aspirantes prefirieron presentar sus propuestas
particulares, diluyendo el debate entre disimiles cuestiones. No hubo
críticas sustanciales a la política exterior de Trump y más bien los
aspirantes optaron por lanzar críticas contra China.
En resumen, el tercer debate tuvo más bien un carácter mediático electoral, sin planteamientos sustanciales.
Ha pesar de la diversidad de aspirantes, el Comité Nacional Demócrata
ha ido perfeccionando dos organizaciones de campaña electoral que deben
jugar un papel decisivo en las elecciones. Una de ellas el PAC
denominado ActBlue, una plataforma de recaudación “on-line” ActBlue
(fundada en 2004) y que ya ha superado la cifra de $420 millones
recaudados con más de 7,620.000 pequeños contribuyentes. El Comité
Nacional Republicano ha organizado un mecanismo similar, al cual bautizó
como WINRED.
El Comité Nacional Demócrata también cuenta con la organización
Mobilize America (no existe contraparte republicana) para realizar
trabajo de alta sofisticación en las bases para captar y organizar
votantes a favor de los candidatos demócratas.
El último cuatrimestre del año será fundamentalmente de organización
de la campaña electoral que a partir de febrero de 2020 entrará en la
importante y definitoria fase de elecciones primarias, pero no se quede
descartar que en estos próximos meses se produzcan desenlaces que tengan
un importante peso en el desarrollo futuro de las elecciones.
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