A escasos días de la celebración de los 325 años de la Atenas de Cuba, el próximo 12 de octubre, el interés está concentrado en concluir las obras que se levantan para distinguir la fecha
Por primera vez en muchos años los matanceros están viviendo una verdadera reanimación de su ciudad.
Han sido largos meses de trabajo diario, y a medida que pasan los días se va definiendo mejor el cambio. Cada quien, por motivos similares o distintos, se alegra de la rehabilitación de la urbe.
La llamada Atenas de Cuba está a punto de cumplir sus 325 años. Refugio de poetas, símbolo de la cultura, la ciudad donde Carilda Oliver Labra y José Jacinto Milanés sintetizaron su aventura por la vida y por la poesía, procura estar a la altura de sus más de tres siglos.
A escasos días de la celebración, el próximo 12 de octubre, el interés está concentrado en concluir las obras que se levantan para distinguir la fecha. Con buen tino se insiste en que la premura no interfiera en la calidad, según autoridades locales.
Por momentos da la impresión de que el tiempo no alcanzará para finalizar todos y cada uno de los proyectos constructivos en marcha.
Los trabajos se ven a simple vista por todas partes, y en algunos espacios como La Vigía, sitio fundacional de la ciudad, y el Parque de la Libertad denotan un esfuerzo singular.
Es alentador de manera muy particular lo que acontece en ese último sitio, uno de los emblemas de la ciudad, un lugar que ha sido testigo de sucesos trascendentales y donde en enero de 1959, a escasas horas del triunfo revolucionario, el pueblo matancero se congregó para saludar a la Caravana de la Libertad y escuchar a Fidel.
Como en cualquier otro lugar del país, este céntrico parque es parte de la historia del pueblo. En sus espacios públicos se fueron acumulando los recuerdos de muchas personas ilustres y corrientes. Un sitio que recoge infinidad de vivencias a través del tiempo.
Pero el mayor atributo del parque, sin dudas, es el conjunto escultórico que comprende dos espléndidas esculturas. Una representa la Estatua de la Libertad, y la otra la figura de José Martí, a más de cuatro metros de altura.
Por estos días los transeúntes se fijan en las labores que se acometen en ese entorno, trabajos a cargo de varios profesionales especializados.
El albañil Yordanis Mendoza precisó que ya falta muy poco para concluir la rehabilitación del sitio, que incluye el enchape de la base del conjunto escultórico con mármol de Carrara y la limpieza con los más altos estándares de calidad de los distintos elementos.
Dijo que están organizados en dos brigadas y trabajan indistintamente en el horario del día y la noche. Todo va a quedar muy bonito, la ciudad lo necesita para la celebración de sus 325, comentó tras agradecer la acogida de los matanceros
.
El peso de las acciones de rehabilitación está en manos de la Cooperativa No Agropecuaria Comixvar, encargada de sustituir toda la losa, sostuvo René Luis Baute Miranda, jefe de grupo.
Agregó que el plan de restauración abarca el área de hormigonado, incluido el cambio de aceras y contenes. Leonel Pérez Orozco, conservador de la Ciudad, aclaró que una buena idea fue bajar las cotas de los árboles, lo cual facilita la imagen visual de los inmuebles que circundan el parque.
Otros elementos en favor del proyecto serán la incorporación de una jardinería baja con flores blancas y rojas que florecen al mismo tiempo, y una pequeña reja para protegerla, así como el cambio de todas las luminarias.
Al parque le dará un aire de época la restitución de la escultura de la fuente de Leda y el Cisne del país, obra del escultor Juan López Conde, que recrea una leyenda de la mitología griega.
Para librarse de las continuas irreverencias e indisciplinas, alrededor del conjunto escultórico se ubicó una reja artística de 80 centímetros de altura, con dos escudos de bronce en sus puertas. Se trata de una solución que ha suscitado recelos, pero por lo visto no quedaba más remedio que delimitar el espacio, un argumento convincente para defender el emblemático sitio.
En el Parque de la Libertad han dejado recuerdos decenas de generaciones de matanceros. Los niños traviesos, los enamorados, aquellos que conspiraron contra el gobierno español y los sucesivos gobiernos de turno, y más acá en el tiempo los que se enfrentaron a la dictadura batistiana.
Todos se alegrarían de ver ahora un parque nuevo, más cómodo y bello, donde no muy lejos en el tiempo habrá de nuevo sombras frescas, con flores delirantes en su jardinería y un entorno apacible para recrearse.
La dicha llega hasta otros matanceros ausentes, como la misma poetisa Carilda Oliver, que no alcanzó a ver terminado el parque donde dejó huellas indelebles, ni los últimos trazos de la ciudad en su cumpleaños 325.
Pero de seguro estaría muy contenta por todo lo bueno que se ha venido haciendo, por el rescate del patrimonio y por cada énfasis en la reanimación de la ciudad donde ella pasó la totalidad de sus 96 años y, al igual que otros ilustres poetas, escribió con placer y fue feliz.
Han sido largos meses de trabajo diario, y a medida que pasan los días se va definiendo mejor el cambio. Cada quien, por motivos similares o distintos, se alegra de la rehabilitación de la urbe.
La llamada Atenas de Cuba está a punto de cumplir sus 325 años. Refugio de poetas, símbolo de la cultura, la ciudad donde Carilda Oliver Labra y José Jacinto Milanés sintetizaron su aventura por la vida y por la poesía, procura estar a la altura de sus más de tres siglos.
A escasos días de la celebración, el próximo 12 de octubre, el interés está concentrado en concluir las obras que se levantan para distinguir la fecha. Con buen tino se insiste en que la premura no interfiera en la calidad, según autoridades locales.
Por momentos da la impresión de que el tiempo no alcanzará para finalizar todos y cada uno de los proyectos constructivos en marcha.
Los trabajos se ven a simple vista por todas partes, y en algunos espacios como La Vigía, sitio fundacional de la ciudad, y el Parque de la Libertad denotan un esfuerzo singular.
Es alentador de manera muy particular lo que acontece en ese último sitio, uno de los emblemas de la ciudad, un lugar que ha sido testigo de sucesos trascendentales y donde en enero de 1959, a escasas horas del triunfo revolucionario, el pueblo matancero se congregó para saludar a la Caravana de la Libertad y escuchar a Fidel.
Como en cualquier otro lugar del país, este céntrico parque es parte de la historia del pueblo. En sus espacios públicos se fueron acumulando los recuerdos de muchas personas ilustres y corrientes. Un sitio que recoge infinidad de vivencias a través del tiempo.
Pero el mayor atributo del parque, sin dudas, es el conjunto escultórico que comprende dos espléndidas esculturas. Una representa la Estatua de la Libertad, y la otra la figura de José Martí, a más de cuatro metros de altura.
Por estos días los transeúntes se fijan en las labores que se acometen en ese entorno, trabajos a cargo de varios profesionales especializados.
El albañil Yordanis Mendoza precisó que ya falta muy poco para concluir la rehabilitación del sitio, que incluye el enchape de la base del conjunto escultórico con mármol de Carrara y la limpieza con los más altos estándares de calidad de los distintos elementos.
Dijo que están organizados en dos brigadas y trabajan indistintamente en el horario del día y la noche. Todo va a quedar muy bonito, la ciudad lo necesita para la celebración de sus 325, comentó tras agradecer la acogida de los matanceros
.
El peso de las acciones de rehabilitación está en manos de la Cooperativa No Agropecuaria Comixvar, encargada de sustituir toda la losa, sostuvo René Luis Baute Miranda, jefe de grupo.
Agregó que el plan de restauración abarca el área de hormigonado, incluido el cambio de aceras y contenes. Leonel Pérez Orozco, conservador de la Ciudad, aclaró que una buena idea fue bajar las cotas de los árboles, lo cual facilita la imagen visual de los inmuebles que circundan el parque.
Otros elementos en favor del proyecto serán la incorporación de una jardinería baja con flores blancas y rojas que florecen al mismo tiempo, y una pequeña reja para protegerla, así como el cambio de todas las luminarias.
Al parque le dará un aire de época la restitución de la escultura de la fuente de Leda y el Cisne del país, obra del escultor Juan López Conde, que recrea una leyenda de la mitología griega.
Para librarse de las continuas irreverencias e indisciplinas, alrededor del conjunto escultórico se ubicó una reja artística de 80 centímetros de altura, con dos escudos de bronce en sus puertas. Se trata de una solución que ha suscitado recelos, pero por lo visto no quedaba más remedio que delimitar el espacio, un argumento convincente para defender el emblemático sitio.
En el Parque de la Libertad han dejado recuerdos decenas de generaciones de matanceros. Los niños traviesos, los enamorados, aquellos que conspiraron contra el gobierno español y los sucesivos gobiernos de turno, y más acá en el tiempo los que se enfrentaron a la dictadura batistiana.
Todos se alegrarían de ver ahora un parque nuevo, más cómodo y bello, donde no muy lejos en el tiempo habrá de nuevo sombras frescas, con flores delirantes en su jardinería y un entorno apacible para recrearse.
La dicha llega hasta otros matanceros ausentes, como la misma poetisa Carilda Oliver, que no alcanzó a ver terminado el parque donde dejó huellas indelebles, ni los últimos trazos de la ciudad en su cumpleaños 325.
Pero de seguro estaría muy contenta por todo lo bueno que se ha venido haciendo, por el rescate del patrimonio y por cada énfasis en la reanimación de la ciudad donde ella pasó la totalidad de sus 96 años y, al igual que otros ilustres poetas, escribió con placer y fue feliz.
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