sábado, 13 de octubre de 2018

Matanzas 325: Tu pasado tiene un brillo que no para de crecer




Por el Pompón donde bebo,
por el Canímar que cruza
hacia el mar desde mi blusa;
por esta pena que muevo,
lo juro por Pueblo Nuevo
–que es de rodillas jurar–:
quisiera hacerte un cantar
con versos, con margaritas,
con jarcias y estalactitas
robadas a Bellamar.

Matanzas 325: Ciudad de ríos y puentes. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas 325: En el estudio del pintor Jesús Alberto Mederos. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate


Te quiero porque me asombro
de tu majestad humilde,
y te quiero por la tilde
del nombre con que te nombro;
por esto que bajo el hombro
me defiende y me combate;
por mi corazón, que late
rebeldemente inconforme
como un campanario enorme
sobre el tiempo, en Monserrate.

Matanzas 325: Parque de la Libertad. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas 325: Sede del Gobierno Provincial desde el Parque de la Libertad. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas 325: Banderas en lo alto de la sede del Gobierno. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Pareces sola una palma.
Exhibes en cada esquina
tu acuarela repentina.
Cuando madrugas en calma
mi carne se vuelve alma.
Tus ciegos se sienten mal
pues no ven la Catedral
ni el valle verde y abierto
ni el Ten Cents: frívolo injerto
de muchachas y cristal.

Matanzas 325: La Catedral. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas 325. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas 325. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas: bendigo aquí
tus malecones mojados,
los árboles desterrados
del Paseo de Martí
y el eco en el Yumurí.
Y van mis lágrimas, van
como perlas con imán
o como espejos cobardes
a vaciar todas las tardes
sus aguas en el San Juan.

Matanzas 325. Ciudad de ríos y pescadores. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas 325: Paseo Narváez, a la orilla del río. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas 325: Mural en el Paseo Narváez, del artisto matancero Jesús Alberto Mederos. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Sé quieta, sé solidaria,
sé amiga de la marea;
sueña, sueña que pasea
Plácido con su Plegaria.
Sé buena, sé legendaria;
oye un violín al revés,
oye el silencio; tal vez
cuando suena así la brisa
está llorando por Isa
el alma de Milanés.

Matanzas 325: Teatro Sauto. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas 325: Teatro Sauto. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas 325: Teatro Sauto. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas 325: Teatro Sauto. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas: siempre me curas
después que el amor me enferma.
Si tengo la dicha yerma
y las palomas oscuras
me das tus vendas seguras…
Si me sobra el corazón,
si mis labios besos son
y no le encuentro remedio
voy a la calle del Medio
y me compro una ilusión.

Matanzas 325: Calle de la Independencia o Calle del Medio. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas 325: En la Calle de la Independencia. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas 325.Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas –misa en mis venas–:
beso tus patios con flores,
tus negros estibadores,
tus puentes y tus arenas.
Matanzas –droga en mis venas–:
beso tus mujeres malas,
beso el ruido de las palas
de tus obreros hermanos
y beso tus veteranos
para besarte las alas.

Matanzas 325: Tierra para la artesanía. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas 325: Tierra para la artesanía. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas 325: Tierra para la artesanía. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Te debo, Matanzas, ratos
de bohemia y de locura,
te debo una noche pura
y unos niños sin zapatos
y te debo aquellos gatos
al fondo de mi alegría,
la Plaza de la Vigía,
muchos versos en la frente,
el tedio de ser decente
y este azul de la bahía.

Matanzas 325: La Bahía. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas 325: Monumento al Mambí Desconocido. Plaza de La Vigía. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Matanzas 325. Antiquísmo coche de bomberos en el Museo de Bomberos de la ciudad. Foto: Daylén Vega Muguercia / Cubadebate
Todo te debo, Matanzas:
la Biblioteca, el estero,
tener alma y no dinero…
Te debo las esperanzas.
A mi pecho te abalanzas
con una pasión tan fuerte
que no basta con saberte
en mi sangre, detenida:
ya que te debo la vida
te quiero deber la muerte.

(Con fragmentos del Canto a Matanzas de Carilda Oliver Labra)
Las fotos se pueden descargar en alta resolución en nuestra cuenta en Flickr

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