Lo que sucede realmente en Siria.
Escrito por Arnaldo Musa/ Cubasi
Mientras se trata de condenar a Siria y Rusia por luchar contra el
terrorismo, Estados Unidos sigue atacando con sus aviones a amplias
zonas del país árabe.
La moda de trasladar terroristas a territorio sirio ha vuelto a intensificarse en los últimos tiempos, destacando Estados Unidos e Israel como principales vectores del malhadado periplo, así como la incorporación de Turquía para tratar de cercenar la resistencia kurda en el nordeste.
Tres frentes del terror, dos de ellos combatidos firmemente por el ejército sirio que, apoyado por el Hezbollah libanés, logró importantes victorias en el Golán ocupado, en tanto ya se está logrando dominar a los terroristas ahijados de la coalición liderada por Estados Unidos en la región de Guta Oriental, muy cercana a Damasco, la capital, cuyos habitantes han sido víctimas de ataques con obuses de mortero.
Cerca de 10 000 hombres armados y extremistas se encuentran en dicha zona, en la que viven al menos 430 000 civiles, haciendo que sea sumamente difícil llevar a cabo operaciones en ella.
En esta zona los agentes del terror mantienen como rehenes a más de mil civiles, a quienes impiden salir por un corredor humanitario instalado para ese fin, a instancias del presidente ruso, Vladimir Putin, en tanto trascurre una tambalean tregua de 30 días, casi inexistente, incoada por Naciones Unidas a instancias de Washington, la cual, como tantas otras, podrán servir para el avituallamiento de los mercenarios.
Pero no solo EE.UU. ha trasladado a miembros del Estado Islámico a Guta Oriental, sino que Turquía se ha valido de ellos, así como los del también terrorista Frente Al Nusra para atacar la región de Afrín, aunque en circunstancias diferentes.
En Guta Oriental, el Pentágono busca utilizar a los terroristas para impedir que se repita lo que pasó en la ciudad de Alepo y que las fuerzas sirias consiguieran liberar esta estratégica zona desde donde los grupos armados atacan casi a diario las zonas residenciales de Damasco y objetivos del Ejército local .
El director de la Red Siria de Derechos Humanos, Fadel Abdul Qani, ha condenado la labor de los principales medios de comunicación occidentales y otros que responden a las satrapías del Golfo acerca de Guta Oriental y su exagerado enfoque sobre supuestos crímenes cometidos por las fuerzas sirias y rusas que ni siquiera toman parte en dicha operación militar, mientras que ignoran las atrocidades que cometen sobre el terreno los grupos extremistas y terroristas, apoyados por algunos de los países de la región.
En concreto, se asegura que los terroristas reunidos provienen de las provincias de Idlib y también de la zona de Al-Tanf, en el sur de Siria —zona ocupada por las tropas estadounidenses y grupos armados afines a Washington— donde también podrían estar recibiendo adiestramiento adicional.
Y mientras se trata de condenar a Siria y Rusia por luchar contra el terrorismo, Estados Unidos sigue atacando con sus aviones a amplias zonas del país árabe.
En este contexto, el representante de Siria ante la ONU, Bashar al-Yafari, criticó a la ONU por hacer la vista gorda ante los salvajes ataques de la coalición liderada por Estados Unidos contra el Ejército sirio, así como las continuas agresiones del régimen de Israel contra su territorio “en pleno apoyo a los grupos terroristas”.
Durante su intervención ofrecida en una sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, señaló que la coalición liderada por Estados Unidos ha pasado de la guerra de poder contra Siria a la agresión directa contra ella para hacer lo que los terroristas no lograron.
Al-Yafari denunció que los terroristas utilizan a civiles como escudos humanos y han transformado las escuelas en bases militares, así como ataques diarios contra Damasco que han provocado la muerte de decenas de personas, incluso niños.
Mientras tanto, en Afrín, Turquía se ha visto obligada a utilizar a terroristas que tenía bajo control en su territorio para apoyar a sus fuerzas regulares que están empantanadas por la fuerte resistencia kurda.
Ahora, cuando el ejército turco comenzó a tener problemas en Afrín, pidieron ayuda a Al Nusra y, especialmente, a los emires del Estado Islámico que estaban arrestados en Jarablus y Azaz, quienes lograron que el muy golpeado grupo denominado Ejército Libre Sirio aceptara que entraran en Afrín, donde empezaron a comandar a las tropas y establecieron su propio sistema en las áreas que terminen controlando.
En este momento, los rangos de mando del Estado turco, que continúa con su intento de invasión en Afrín, están compuestos por el comandante en jefe Tayyip Erdogan; el jefe de gabinete, Marshall Hulusi Akar; y el segundo comandante del ejército, teniente general Ismail Temel, pero en realidad no es así.
Los “mehmetcik” de la nación turca están bajo el mando de emires de los grupos terroristas. Erdogan, Akar y Temel quedaron reducidos a la posición de ayudantes del califa del Estado Islámico, Abu Bakr Al Baghdadi.
Así las cosas, Ankara se ha vuelto un “socio” nada confiable, por el contrario, mientras las fuerzas democráticas expanden la lucha de liberación por diferentes frentes para hacer fracasar los planes imperialistas de dividir Siria, como también lo intentan en Iraq y Yemen.
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