Tomado de Hispantv.
Parece
una idea muy hermosa que la ley de un país establezca que todos los
ciudadanos deban o puedan estar armados, para de esta forma, garantizar
que el pueblo siempre mande. Suena increíble, pues este es el espíritu
de la Constitución de Estados Unidos.
Eso
si su presidente se convierte en un dictador, en un represor, un
violador de derechos humanos, o en un simple mandatario que le guste
robar y que no quiera abandonar el poder, entonces el pueblo esté listo,
armado, bien armado, empoderado para derrocarlo.
Pero no nos hagamos tontos. En caso de que el pueblo estadounidense
“armado” quiera derrocar al Gobierno, sería prácticamente imposible, tan
sólo con el aparato de inteligencia que tiene Estados Unidos, es decir
la CIA (acrónimo en inglés de la Agencia Central de Inteligencia de
EE.UU.), basta para desarticular cualquier intento de rebelión que ponga
en riesgo la integridad del Gobierno.
A eso le aunamos el poder del Buró Federal de Investigaciones de
EE.UU. (FBI, por sus siglas en inglés), más los departamentos de
policías en todo el país, como el de Nueva York o Los Ángeles que están
bien armados con equipos de élite como la unidad de Armas y Tácticas
Especiales (SWAT, por sus siglas en inglés).
Y si faltara poder, entonces el Gobierno usaría al Ejército más
poderoso del mundo para tomar las calles y controlar a la gente. Así que
esto de estar armado para ser libre es más bien un cuentote.
Entonces surge la pregunta ¿Para qué dejar la venta libre de armas?
¿Para qué se maten unos cuantos? ¿Para qué poner en riesgo a la sociedad
por algún loco psicópata? ¿Para qué la venta libre de armas?
Hoy quiero plantear esta hipótesis. Qué tal si la venta de armas en
EE.UU. es libre, no por sus ciudadanos, ni por defender la libertad, ni
democracia, sino para dar alimento a la desestabilización mundial. Es
decir, que las bandas criminales, los carteles de las drogas y los
grupos terroristas que rompen y destruyen a los países, tengan así su
gran bazar para abastecerse de las armas que quieran.
Preguntemos entonces si el problema de los tiroteos en Estados Unidos
es la salud mental de cada persona, la educación civil, los problemas
económicos, la libre compra y venta de pistolas, o la actitud moral o
genética de los estadounidenses.
En Detrás de la Razón, nosotros preguntamos, los analistas
contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que
quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es
detectar las aristas que no nos dicen.
El análisis, las preguntas y respuestas a las nueve treinta de la
noche, desde los estudios de Teherán; Londres, siete y Madrid, ocho de
la tarde; México y Colombia, una de la tarde.
Por: Roberto de la Madrid.
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