lunes, 5 de febrero de 2018

César Valdés: “Aquí estoy para seguir ayudando a la pelota cubana”

UNA ENTREVISTA QUE TODOS DEBEN LEER.

La autoridad de César Valdés fue reconocida a lo largo de toda su carrera. /Foto: Internet
La figura de Luis César Valdés Magrán está estrechamente vinculada al béisbol. Su nombre es referente del arbitraje cubano, profesión donde impuso respeto, no solo por su imponente anatomía, sino a base de seguridad, seriedad y profesionalidad, virtudes que lo distinguieron siempre sobre el diamante. Tengo ante mí a un hombre sencillo, pero enérgico y sincero, de criterios fuertes y decisión a toda prueba, el mismo que hace unos años asombró a todos con su repentino retiro.

Quiso la vida que ahora César resida en la Perla del Sur, y lógicamente, 5 de Septiembre fue tras la entrevista, a la cual accedió sin reparos.

Se impone una pregunta inicial. ¿Por qué el traslado hacia Cienfuegos?

“Desde que comencé en el arbitraje venía mucho acá, y siempre me gustó Cienfuegos como provincia. Quizás el Período Especial, con su impacto en la transportación, hizo que, por la cercanía con Villa Clara, me tocara trabajar aquí en más ocasiones. En segundo lugar, soy religioso gracias a Cienfuegos, pues tengo ‘santo hecho’ ahí en Palmira. Y la tercera cosa consiste en que mi papá tuvo grandes amigos en este territorio, todos vinculados a la pelota, como es el caso de Antonio Muñoz. Pienso que resulta un buen lugar para la estancia, es muy linda y decidí venir”.

Mucho se habló, así, en pasado, de su inesperado retiro, luego de tanto tiempo impartiendo justicia dentro y fuera de Cuba, con el aval de un Clásico Mundial, dos Juegos Olímpicos, cinco Mundiales, el rango de mejor árbitro del país… A unos años de esa decisión, ¿considera que la causa fue solo el poco entendimiento co la Comisión Nacional?

“En gran medida, sí. El resto fue la enfermedad de mi padre. Hay un momento en mi carrera que me exige poner en una balanza el trabajo y él. Y no hubo discusión, primero estaba mi papá. Al inicio logré llevar las dos cosas, con el consentimiento de la Comisión Nacional. Reconozco que tuvieron la gentileza de darme la posibilidad de continuar, aunque no a tiempo completo. En verdad hacía falta que yo les decidiera los campeonatos en Cuba. No solo, porque es un trabajo en equipo, y siempre les demostré que, cuando faltaba alguien, aparecía otro para hacer el trabajo, bien, regular o mal. 

Pero realmente tenía muchas cosas encima y no podía ocuparme de todo. Cuando perdí a mi papá comenzaron los problemas de mi madre, que enfermó de los nervios, algo lógico luego de 50 años de matrimonio. Todo eso te va enredando la vida, y pensé que incluso no había ni participado en la crianza de mis dos hijos. Tengo uno de 16 que está ahora en la Eide, y prácticamente los últimos tres años es que he estado a su lado. A la hembra no la pude guiar, hizo su vida en Italia, aunque estudió en la Escuela de Arte, se hizo de una carrera, un título. Esos fueron los factores que incidieron en la decisión”.

En una ocasión expresó lo siguiente: “hay muchas cosas que no se pueden echar por tierra, ni permitírselas a nadie. Más vale decir adiós, y con honores, que aguantarlas. Porque el arbitraje estuvo mal en los play off, pero hay muchas otras cosas de las que no se habla y también le están haciendo daño a la pelota”. Esas “muchas otras cosas”, ¿se han superado o, al contrario, se han agudizado hoy?

“Pienso que se han agudizado, para seguir hundiendo el arbitraje en el fondo del océano. Para continuar faltándole el respeto al pueblo y a las personas que tienen que ver con lo que fue el arbitraje, profesión de mucho prestigio a nivel internacional. Un ejemplo fácil: nosotros hemos llevado, en los últimos tres años, seis árbitros a la Serie del Caribe, y a ninguno lo han  puesto a trabajar en bases. Si a mí me dicen, con 52 años que acabo de cumplir y tres separado de mi labor, que voy a ir a ese certamen para estar en las ‘rayas’, puedes jugarte la vida que no voy. Nos hemos degradado tanto que por ahí andamos. Y es que si no nos respetan nacionalmente, qué podemos esperar fuera de fronteras.

“Hablamos de Escuela de Béisbol, y eso no existe. Fidel dijo que el béisbol sería uno antes del I Clásico Mundial y otro después. ‘Esta medalla de plata sabe a oro, y ahora tendremos que ponerle al béisbol todo lo que merece’. Y apenas hace unos días, el propio Miguel Díaz-Canel Bermúdez inauguró el primer gimnasio propio que tienen los peloteros. Las palmas para eso, se concretó un sueño. Pero, ¿dónde están los campos de entrenamiento que dijimos íbamos a construir? Sabemos que tenemos problemas económicos, pero transitamos 80 kilómetros desde Las Yagrumas hasta el Latinoamericano para entrenar, y después 80 para el regreso, y luego 80 para hacer las pesas, dónde, en la ‘Policía Nacional’, en ‘Patrulla’, en La Habana. Ahí hicimos las pesas durante muchos años.

“No hemos querido celebrar nunca más una Reunión Nacional con gente que va a decirte la verdad. Muñoz, Kindelán, toda esa constelación de estrellas que tú no oyes y no conoces, o no quieres conocer, sus criterios. Gastamos en libros y cosas que hacen falta, pero dejamos atrás lo más importante, que son los implementos, los estadios, los niños, las escuelas de iniciación deportiva… Estamos dando campeonatos nacionales de 10-12 años en par de semanas. ¿Cuántos juegos de pelota enfrentan nuestros pequeños?

“Hace 20 años existe una Escuela Nacional que cuenta con su nómina, que se paga, y que no funciona. ¿Dónde está, además de en el papel? La de nosotros los árbitros no existía en papeles, pero físicamente estuvimos 12 años trabajando y haciendo cosas”
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Luego del retiro, sorprendió a muchos al aparecer como comentarista tras los micrófonos de CMHW. ¿Cómo resultó la experiencia?

“Gigantesca. Lo mejor que me ha pasado después de transitar por una carrera limpia, de logros, con insatisfacciones ya al final. Fue una escuela trabajar con Normando Hernández. Realmente me entregó el corazón, me ‘haló’ en un momento en que me hacía mucha falta, y fue una manera de ‘refrescar’ la radio. No es nada inédito, eso existe en el mundo entero. Los primeros en hacerlo fueron los norteamericanos, que incorporaron a las transmisiones a figuras que habían desarrollado fructíferas carreras en las Grandes Ligas. Lógicamente, a la vez que pones ante el micrófono a una persona conocedora de lo que está hablando, enriquece el espacio. En nuestra propia televisión vemos como los principales comentaristas desconocen las reglas. Y quiero aclarar que es complejo el reglamento del béisbol, por lo que hay que esforzarse para aprenderlo.

 La experiencia en CMHW permitió acercarnos al público y enseñarle, para que luego vaya al estadio y le grite menos a los árbitros. Además, la radio tiene gran alcance, y te llegaban muchas llamadas para felicitarte, y también para que las cosas salieran mejor al día siguiente. Desde mi posición respeté mucho al arbitraje y lo seguiré haciendo. Jamás me voy a parar en ningún lado a hablar mal de los árbitros nuestros. Quisiera repetirla porque sinceramente me dejó fascinado. Reitero que tuve las mejores relaciones con Normando, un persona polémica, pero es que yo siempre he estado rodeado de gente polémica”.
En la emisora villaclareña CMHW vivió una experiencia que quisiera repetir. /Foto: Internet
Luego aparece otra responsabilidad, al frente del Grupo Multidisciplinario que pretendió el rescate del béisbol villaclareño. ¿Logro o fracaso?

“Después de que Ramón Moré conduce a Villa Clara al título, el próximo año el equipo no clasifica, y se desajusta un poco la disciplina, no solo a nivel de la Serie Nacional, sino en el resto de las categorías. Se hizo un plan por parte de las principales autoridades de la provincia, con el objetivo de trazar estrategias, pero siempre nos dijeron que Eduardo Paret estaría al frente del conjunto

. Me une a él una tremenda amistad, le tengo un gran respeto y lo quiero personalmente. Te juro que si me llamaban para trabajar con otro en ese momento no hubiera aceptado, pero a Eduardo no podía decirle que no. Se personó en mi casa para pedir mi colaboración, preocupado por estar al frente de muchos que vistieron traje junto a él. Luego no fue el escogido para dirigir, pero me quedó la satisfacción de laborar con un excelente grupo y encarrilar la disciplina en el territorio.

“Y aquí es bueno aclarar algo: cualquiera no dirige un equipo de pelota, aunque esté repleto de estrellas. Nosotros hemos salido con selecciones nacionales durísimas y hemos perdido, mientras que con otras de nivel inferior hemos ganado. Y sí tiene que ver la dirección, sobre todo si es capaz de extraer el máximo de las posibilidades de sus pupilos”
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En varias ocasiones criticó la desaparición de la Escuela de Arbitraje Rafael de la Paz…

“Primero te diré que comencé con profesores que no tenían el nivel académico, pero mis respetos para esos señores, porque sin tener esa ‘Academia’, fueron capaces de contribuir al inicio de las Series Nacionales y darle un enorme apoyo a una pelota que había que respetar. Nuestros campeonatos fueron aumentando su nivel a un ritmo vertiginoso, y ellos supieron encontrar el equilibrio necesario en el arbitraje.

“Creo que la escuela cierra por un problema de irme en contra, algo totalmente absurdo, porque no fue solo obra de César Valdés la creación de ese centro. Ahí hay nombres que tenemos que respetar, como Alfredo Paz, Iván Davis, Nelson Díaz, Raúl Hernández, Noel Rodríguez, Omar Lucero, Melchor Fonseca y otros muchos que prestigiaron esta profesión. Todos abogábamos por un lugar donde pudiéramos estudiar las reglas en conjunto, saber cómo ir a una mesa a comer, cómo hablar con un grupo de muchachos que hoy son universitarios, pero que no saben las reglas. Este es el único deporte que se juega sin conocer las reglas. No se sabe cómo reclamar ni qué hacer dentro del terreno. No van a la par sus conocimientos técnicos del deporte, con la parte que dirige el juego de pelota, que es su reglamentación.

“Por ello fue injusto cerrar una escuela que llevaba una década funcionado en Villa Clara, con la inauguración a cargo de Díaz-Canel en la Plaza de la Revolución Ernesto Guevara, con la aprobación de Fidel, con el visto bueno de Ramiro Valdés, que varias veces la visitó y vio a la gente corriendo, entrenando, luchando por llegar a ser árbitro nacional. Siempre nos preocupamos porque no existiera un monopolio y primara la representatividad de todos los territorios. Cuando yo comencé había cinco árbitros de provincia, y 32 de La Habana. Pocos saben cuánto hubo que batallar para desbaratar eso. Nos llegaron a decir ‘los guajiros han invadido la capital’, cuando lo que invadimos fue el arbitraje.

 Los de la capital tenían en la escuela el mismo derecho que los de otras zonas del país. Los profesores tampoco eran todos de La Habana, y en verdad eran imparciales y honestos. El que mejor lo hiciera se ganaba el grado. Y eran entre cuatro y seis meses de pruebas. Fue duro para nosotros los organizadores, pues había que garantizar la comida, transportación, condiciones de alojamiento. Todo eso ya lo teníamos resuelto. Y después que ese árbol creció, que tú lo veas perderse, secarse así, por decisión de una o de dos personas, sin que nadie se llame a capítulo o reflexión para poder salvar eso, es doloroso”.

Peloteros cubanos triunfan en diferentes ligas internacionales, incluso al mayor nivel. ¿Es de los que apoya la unificación para representar al país?

“Ciento por ciento, y a lo mejor estoy vetado hasta por eso mismo, ya que he abogado por ello toda la vida. Decimos que estamos abiertos al mundo y preparados para lidiar con este fenómeno.

Demostrémoslo, y que demuestren nuestros atletas si son capaces de defender a Cuba o no, sin dinero de por medio. Estoy convencido de que muchos van a venir, van a jugar, y van a hacer un tremendo papel, bien distinto a lo que venimos haciendo hace ya bastante tiempo. Llevamos diez años sin ganar un torneo de ninguna categoría. Ni siquiera el béisbol sale reconocido nacionalmente.

 Se nos han ido los atletas por un problema exclusivamente económico y ya son varios los que hemos recibido para disfrutar de su país. Este es su país y en el mundo entero existe la emigración. La última palabra la tienen ellos, y soy testigo de que están abogando por ello, han hecho cartas a las Grandes Ligas pidiendo que se resuelva la situación para representar a Cuba. ¿Por qué entonces las trabas, si son atletas formados por nosotros, por la Revolución? Eso no nos resta, sino nos hace grandes.

 Y hay talento innegable entre los mejores del mundo. El año anterior teníamos cinco torpederos que jugaban regulares en Grandes Ligas, tres primeras bases, tres terceras, cinco jardineros. José Dariel Abreu lleva tres años como una de las estrellas más grandes de ese certamen, con números que bien pocos han podido igualar. Para mí es un orgullo decir que es cubano. Y estoy seguro de que muchos piensan como yo. El mismo Antonio Castro ha dedicado grandes esfuerzos para tratar de solucionar ese tema”.
¿Pudiéramos ver a César Valdés vinculado al béisbol de Cienfuegos?

“Por qué no. El año anterior expresé que el béisbol cienfueguero tiene muchísimas cosas que ofrecer, lo que debe primar la disciplina y todo el mundo hablar el mismo idioma. Lo hicimos en Santa Clara y se vieron los frutos. Y ahora con Paret, te puedes jugar la vida que discute las primeras plazas. 

Porque es un problema de entrega, de dedicación, de capacidad y amor al deporte. Todos esos atributos los tiene Eduardo, que ha sido ejemplo para la afición, además de como amigo, hombre y padre. Estoy totalmente seguro de que le va a dedicar todo el tiempo del mundo a esta tarea”.

¿Qué opinión le merece la Serie Nacional que acaba de concluir?

“Es nuestra Serie y tenemos que verlo así. Es el béisbol que tenemos y son los peloteros que tenemos. Considero que es competitiva y el ejemplo está en esa final. Muchos se anticiparon, y al no estar Industriales y Matanzas, pronosticaron un desastre. Y ha sido todo lo contrario, pues esos equipos hicieron lo que no pudieron los llamados favoritos. Granma y Las Tunas derrocharon amor y cariño dentro del terreno. Esta pelota nuestra, si la acabamos de ordenar y respetar, y le vamos poniendo todas estas otras cositas, tiene que seguir mejorando. 

 Si hoy tenemos una Serie competitiva, es gracias a que viene surgiendo otra cantera y los peloteros se han estabilizado en cada provincia, además de que los refuerzos han demostrado un team work que a veces no distingues si el atleta es natural o no de ese plantel. El público los acepta y los acoge como suyos. Hay que sentarse a evaluar estrategias entre muchos factores, y creo que la prensa tiene gran responsabilidad en ello, en aras de que todo se ordene. Por ejemplo, nosotros le dábamos a la prensa todos los árbitros sancionados en cada mes. Porque había un grupo que evaluaba el trabajo, y cuando alguien cometía una serie de errores hay que sancionar, porque no anda bien. Al pelotero lo ‘tumban para el banco’ y al árbitro lo ‘levantábamos en peso’, lo dejábamos ‘refrescar’ un tiempo y luego lo volvíamos a incorporar.

“Por eso abogamos porque los entrenadores tienen que capacitarse en las reglas, los atletas tienen que recibir un mínimo técnico acerca de ellas, nuestros periodistas deben conocer lo fundamental de las reglas. Y los mismos árbitros acercarse más a los medios de difusión para ahondar en estos temas y también contar interioridades de este trabajo, experiencias, días en que han salido al terreno con fiebre alta, a pesar de que ese mismo juez gana 30 pesos por el juego que va a enfrentar en un estadio repleto. 

Se trata de un dólar con 20 centavos, con los cuales no te puedes tomar ni una cerveza cuando sales del choque. Ahí tienes a Yanet Moreno, una mujer que es fruto del arbitraje cubano. Y no es lo mismo trabajar en Europa que en Cuba. Aquí el atleta te dice hasta alma mía, sin respetar tu sexo. Y ese es el béisbol nuestro, el que tenemos que cuidar. Podemos ir ahora a la Serie del Caribe y ganarla, pero seguro no seremos más felices que los granmenses hoy. Como mismo una cerveza en Las Tunas en este momento sabe amarga, con todo su buen papel. Y creo que no se merecía ese final. Luego de que Danel Castro, en el fin de su brillante carrera deportiva, diera jonrón y llevara la serie a siete juegos, no podía pasar lo que pasó, por un error de un pelotero de equipo nacional”.

Para muchos será inolvidable aquella acción suya en el “Camden Yard”, cuando enfrentó enérgicamente a un provocador durante el segundo choque entre Cuba y los Orioles de Baltimore en 1999. ¿Grato recuerdo?

“Te voy a contar algo que sucedió luego de ese juego. El ambiente estaba caldeado y nos quedamos en el estadio a esperar a que las aguas tomaran su nivel. Afuera estaba el FBI previendo cualquier situación. Los árbitros y otras personalidades estuvimos allí como dos horas. Al salir, cuando nos dirigíamos al hotel, enseguida tengo arriba de mí a la CNN, lógicamente con su carga de veneno. La periodista, Lucia Newman, me presenta como el autor del hecho que dio la vuelta al mundo. Y yo le respondo: ‘estás totalmente confundida. La noticia pasó hace rato. ¿No viste la mano de palos que Cuba le dio a los Orioles de Baltimore aquí en su patio? Esa es la noticia’.

“Incluso se dijo que yo me iba a quedar, luego de que no había recibido visa para ese viaje y por intermedio del propio Fidel pude asistir. Alguien, anónimamente, había confeccionado una carta declarando que yo desertaría, pero el Comandante en Jefe se encargó personalmente de desmentirlo. 30 días estuvimos preparándonos para ese enfrentamiento, y él no se perdió ni una sola de las reuniones de análisis. Se interesaba por todo y comprometió a todos con la victoria.

“Pero más gratas fueron las once veces que Fidel me recibió, su visita al Frank País cuando tuve un accidente, las nueve ocasiones en que trabajé en el juego Cuba-Venezuela, incluido el día en que más feliz lo he visto, cuando ‘engañó’ a Chávez al poner a sus famosos ‘Barbudos’ frente a los visitantes”.
¿Añoranza?

“Imagínate. Fueron 27 Series Nacionales, con 17 finales incluidas. Se trata de 34 años de mi vida dedicados íntegramente a la pelota, con más de diez sin tomar vacaciones. Dirigí 16 años el arbitraje, sin convivencia familiar de ningún tipo. La gente no sabe que hay que renunciar al calor de los tuyos, que tus hijos no pudieron tenerte a su lado ni para llevarlos al parque un domingo. Y que estuvieras ausente en los cumpleaños. Por ejemplo, el pasado sábado me hubiera encontrado en Las Tunas, día de mi cumple.

“Recuerdo un play off Cienfuegos-Villa Clara, en el cual no estaba trabajando por la enfermedad de mi padre. Hubo un lamentable suceso, expulsaron a Iday Abreu y a no sé cuántos más. La afición se ‘puso mala’ y me llaman para el partido siguiente. Mi papá recién operado y asumí. Cuando llegué una hora antes del juego me encuentro en una zona de guerra, con policías, perros, armas, cosas que jamás había visto. Me reuní con las autoridades y dije ‘me sacan todos esos perros y soldados del terreno. Vamos a arrancar, si yo no puedo controlar la situación, los mando a entrar’. ¡Tremendo juego de pelota, con seis pelotazos incluidos entre Freddy Asiel y Noelvis Entenza! En el quinto inning los llamé a los dos y les dije: ya dieron tres bolazos cada uno, se acabó, el próximo en golpear a alguien se va. Y todo concluyó bien, con un gran fildeo de Edilse Silva tras batazo de Darián González con bases llenas que de seguro aquí no se le ha olvidado a nadie.

“Entonces, ¿pueden decir que no amo al béisbol? Pero hay cosas que no pueden ser y en determinados momentos hay que dar prioridad a las que consideras más importantes. Me tildaron de negociador y eso no fue así. Reconozco que se han dado pasos. Ya ponemos imágenes de peloteros que se han ido de Cuba. Ya se habla de ‘Pito’. Ya transmitimos la Serie Mundial, con Yulieski Gurriel y Yasiel Puig de protagonistas. Mira, en la final Granma-Las Tunas se cometió una infracción de la regla, al reconocer el jonrón de Danel cuando no completó la vuelta al cuadro. Lo establecido aclara que solo si el público invade el terreno e impide al bateador-corredor avanzar, se declara el cuadrangular, algo que no sucedió. Lo decidieron a su favor, y lo aplaudo, debido al respeto que tengo por Danel, toda una leyenda. Esa está bien decidida, pero otras muchas no, como que los propios árbitros sean los que revisen la repetición ante las reclamaciones, cuando tenemos a un millón de supervisores. Los árbitros tienen que cuidarse unos a otros y apoyarse. Tampoco estuvo bien lo de los tres hijos de Gurriel en Industriales de la noche a la mañana, ni peloteros de toda Cuba en Matanzas por el ‘championismo’, ni que Samón todos los años juegue en un equipo distinto, cuando existen reglamentos que obligan a cumplir ciertos requisitos.

“El béisbol cubano necesita de todas las inyecciones posibles y de gente que lo quiera. ¿Yo voy a decir que no lo amo? Si es algo que tengo en la sangre. Pero si no puedes hablar y permites que la indisciplina te trague, no puedo estar de acuerdo. Aquí estoy para seguir ayudando a la pelota cubana, creo que con entrevistas como esta lo ayudo más”.
“Estamos dando campeonatos nacionales de 10-12 años en par de semanas. ¿Cuántos juegos de pelota enfrentan nuestros pequeños?”. /Foto: Ildefonso Igorra
n.

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