Tomado de Cuba Si
La visita en días recientes de Kurt Tidd, jefe del Comando Sur de
Estados Unidos, a Colombia, despierta suspicacias y lleva a algunos a
opinar que la orden de atacar a Venezuela ya está dada.
Tidd aseguró que Bogotá y Washington deben seguir trabajando para
vencer 'amenazas en seguridad' que requieren un trabajo mutuo para
doblegarlas, según informes del diario El Espectador, de Colombia.
El alto oficial estadounidense indicó que 'los colombianos tienen mucho de qué estar orgullosos y nos unimos a otras naciones democráticas en expresar admiración por su firme compromiso con los valores que compartimos', afirmación que al parecer se refiere a que ese país se convirtió en un gran 'portaviones' para el despliegue de medios de Washington.
Comentaristas internacionales opinan que el combate contra el narcotráfico esconde los planes contra Venezuela, algo tal vez detrás del despliegue de la operación Atlas, la más grande de años recientes, que sumó casi 10 mil hombres de las fuerzas militares y policial con las cuales se enfrentan las redes de narcotraficantes en Tumaco y sus zonas aledañas.
Durante la mañana del 10 de febrero el almirante estadounidense se reunió a puerta cerrada con el ministro de Defensa colombiano, Luis Carlos Villegas y con otros altos funcionarios, con quienes trata de concertar esfuerzos en la 'construcción de la paz y seguridad' en la región, según las autoridades un feudo del narcotráfico.
El general Tidd llegó a Colombia apenas dos días después de que el Secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, se reuniera con el presidente Juan Manuel Santos en tierras neogranadinas, para ajustar planes contra las autoridades de Caracas, entre ellos ordenar el fracaso del diálogo que debía concluir con la firma de un acuerdo de convivencia pacífica en Santo Domingo.
En dicho encuentro, el mandatario colombiano enfatizó en la importancia que tiene para la región 'restaurar el cauce democrático en Venezuela', por lo que la visita del comandante del Comando Sur de Estados Unidos podría estar vinculada con planes para proseguir la desestabilización del gobierno de Nicolás Maduro.
Es evidente que algo se cocina contra el pueblo venezolano y detrás de la lucha contra las drogas hay una amenaza en la que pudiera participar, entre otros medios, 'una fuerza naval conjunta entre Estados Unidos, Colombia y México' para presuntamente bloquear la salida de drogas desde la costa pacífica colombiana.
Al respecto de esta situación, el académico y analista venezolano Sergio Rodríguez Gelfestein escribió: Si aceptamos la conocida máxima de Von Clausewitz de que 'la guerra es la continuación de la política por otros medios', a la que Lenin le agregara '...por medios violentos', tendríamos que afirmar que como se dice en términos militares: 'la orden de combate fue dada'.
Afirma el estudioso venezolano que 'la preparación de la guerra ya comenzó. En el Catatumbo, región del Departamento del Norte de Santander, fronterizo con Venezuela, específicamente en las poblaciones de Tibú y el Tarra, los grupos armados ilegales han tomado el control de la seguridad, un adelanto de lo que puede estar en marcha contra Caracas.
Precisa que en Villa del Rosario, en el mismo departamento, el grupo armado 'Los Pelusos' y las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) combaten en la búsqueda de tomar el control de seis barrios (Galán, La Palmita, Pueblito Español, Montevideo, Primero de Mayo y San José) de esta ciudad de 90 mil habitantes, en donde se han desplegado para preparar la invasión a Venezuela a ojos vista del ejército y las autoridades de Bogotá.
En área de Cúcuta, en la frontera con Venezuela, operan paramilitares bajo el mando de 'Cochas', alias de Luis Jesús Escamilla Melo, jefe del Ejército Paramilitar del Norte de Santander (EPN) y en Venezuela ya tiene representación en Llano Jorge y San Antonio del Táchira, señala la fuente.
Junto a ello, denuncia Rodríguez, se observan movilizaciones en las bases militares estadounidenses en Colombia y la llegada de un contingente de 415 miembros de la fuerza aérea de Estados Unidos a Panamá, que arribaron de manera ilegal al país, aún antes de que ese gobierno autorizara su presencia.
Asimismo, se debe considerar como parte de estos preparativos la realización de las maniobras navales Tradewinds 2017 en junio del año pasado en Barbados, a menos de mil 100 kilómetros del litoral venezolano y los ejercicios militares AmazonLog17, en la Amazonía brasileña, con participación de tropas de ese país, además de Colombia y Perú, en noviembre del año pasado, a tan solo 700 kilómetros de la frontera con Venezuela.
Por otra parte, resulta llamativa la presencia de militares estadounidenses en Tumaco, según Tidd para 'contrarrestar las amenazas de seguridad' aunque evidentemente son parte del plan de agresión contra Venezuela.
También la llegada a Panamá de los 415 miembros de las Fuerzas Armadas estadounidenses es vista como parte de la creación de puntos de apoyo y logística para la operación emprendida contra Venezuela, con vistas a dar fin al Gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Sin dudas, en estos aprestos participa en primer lugar el Comando Sur de los Estados Unidos, una fuerza militar conjunta de más de mil 201 personas, entre militares y civiles, con personal del Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea, los Marines, la Guardia Costera y de otras agencias federales.
Un lugar destacado parece asignado a dos bases militares estadounidenses de acción rápida instaladas en las comunidades de Vichada y Leticia, en el departamento colombiano de Amazonas, limítrofe con Venezuela por el suroeste del país, según denuncias.
Estas bases que vienen a sumarse a las ya existentes, significan un paso importante en la ocupación militar de Colombia, considerada por el difunto senador estadounidense Paul Coverdell como una acción previa necesaria para invadir a Venezuela.
También el acuerdo militar de 2009 entre Washington y Bogotá permite a los estadounidenses mayor acceso a bases militares, incluyendo la de Palanquero, considerada estratégica por su posición en el continente americano.
En el cerco a Venezuela, además, se integran las tropas de asalto norteamericanas acantonadas en las bases de 'control y monitoreo' Reina Sofía, de Aruba, y Hato Rey, de Curazao, y el centro de operaciones tendría asiento en la base de Palmerola, en Honduras, la mayor instalación extrajera de esa naturaleza en territorio latinoamericano.
Las alertas expresadas por diferentes medios y expertos no parecen infundadas, y de dar certeza se encargan las visitas de Tillerson y Tidd a la región, y especialmente a Colombia, sin duda la punta de lanza contra sus libertadores de siglos atrás.
El alto oficial estadounidense indicó que 'los colombianos tienen mucho de qué estar orgullosos y nos unimos a otras naciones democráticas en expresar admiración por su firme compromiso con los valores que compartimos', afirmación que al parecer se refiere a que ese país se convirtió en un gran 'portaviones' para el despliegue de medios de Washington.
Comentaristas internacionales opinan que el combate contra el narcotráfico esconde los planes contra Venezuela, algo tal vez detrás del despliegue de la operación Atlas, la más grande de años recientes, que sumó casi 10 mil hombres de las fuerzas militares y policial con las cuales se enfrentan las redes de narcotraficantes en Tumaco y sus zonas aledañas.
Durante la mañana del 10 de febrero el almirante estadounidense se reunió a puerta cerrada con el ministro de Defensa colombiano, Luis Carlos Villegas y con otros altos funcionarios, con quienes trata de concertar esfuerzos en la 'construcción de la paz y seguridad' en la región, según las autoridades un feudo del narcotráfico.
El general Tidd llegó a Colombia apenas dos días después de que el Secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, se reuniera con el presidente Juan Manuel Santos en tierras neogranadinas, para ajustar planes contra las autoridades de Caracas, entre ellos ordenar el fracaso del diálogo que debía concluir con la firma de un acuerdo de convivencia pacífica en Santo Domingo.
En dicho encuentro, el mandatario colombiano enfatizó en la importancia que tiene para la región 'restaurar el cauce democrático en Venezuela', por lo que la visita del comandante del Comando Sur de Estados Unidos podría estar vinculada con planes para proseguir la desestabilización del gobierno de Nicolás Maduro.
Es evidente que algo se cocina contra el pueblo venezolano y detrás de la lucha contra las drogas hay una amenaza en la que pudiera participar, entre otros medios, 'una fuerza naval conjunta entre Estados Unidos, Colombia y México' para presuntamente bloquear la salida de drogas desde la costa pacífica colombiana.
Al respecto de esta situación, el académico y analista venezolano Sergio Rodríguez Gelfestein escribió: Si aceptamos la conocida máxima de Von Clausewitz de que 'la guerra es la continuación de la política por otros medios', a la que Lenin le agregara '...por medios violentos', tendríamos que afirmar que como se dice en términos militares: 'la orden de combate fue dada'.
Afirma el estudioso venezolano que 'la preparación de la guerra ya comenzó. En el Catatumbo, región del Departamento del Norte de Santander, fronterizo con Venezuela, específicamente en las poblaciones de Tibú y el Tarra, los grupos armados ilegales han tomado el control de la seguridad, un adelanto de lo que puede estar en marcha contra Caracas.
Precisa que en Villa del Rosario, en el mismo departamento, el grupo armado 'Los Pelusos' y las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) combaten en la búsqueda de tomar el control de seis barrios (Galán, La Palmita, Pueblito Español, Montevideo, Primero de Mayo y San José) de esta ciudad de 90 mil habitantes, en donde se han desplegado para preparar la invasión a Venezuela a ojos vista del ejército y las autoridades de Bogotá.
En área de Cúcuta, en la frontera con Venezuela, operan paramilitares bajo el mando de 'Cochas', alias de Luis Jesús Escamilla Melo, jefe del Ejército Paramilitar del Norte de Santander (EPN) y en Venezuela ya tiene representación en Llano Jorge y San Antonio del Táchira, señala la fuente.
Junto a ello, denuncia Rodríguez, se observan movilizaciones en las bases militares estadounidenses en Colombia y la llegada de un contingente de 415 miembros de la fuerza aérea de Estados Unidos a Panamá, que arribaron de manera ilegal al país, aún antes de que ese gobierno autorizara su presencia.
Asimismo, se debe considerar como parte de estos preparativos la realización de las maniobras navales Tradewinds 2017 en junio del año pasado en Barbados, a menos de mil 100 kilómetros del litoral venezolano y los ejercicios militares AmazonLog17, en la Amazonía brasileña, con participación de tropas de ese país, además de Colombia y Perú, en noviembre del año pasado, a tan solo 700 kilómetros de la frontera con Venezuela.
Por otra parte, resulta llamativa la presencia de militares estadounidenses en Tumaco, según Tidd para 'contrarrestar las amenazas de seguridad' aunque evidentemente son parte del plan de agresión contra Venezuela.
También la llegada a Panamá de los 415 miembros de las Fuerzas Armadas estadounidenses es vista como parte de la creación de puntos de apoyo y logística para la operación emprendida contra Venezuela, con vistas a dar fin al Gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Sin dudas, en estos aprestos participa en primer lugar el Comando Sur de los Estados Unidos, una fuerza militar conjunta de más de mil 201 personas, entre militares y civiles, con personal del Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea, los Marines, la Guardia Costera y de otras agencias federales.
Un lugar destacado parece asignado a dos bases militares estadounidenses de acción rápida instaladas en las comunidades de Vichada y Leticia, en el departamento colombiano de Amazonas, limítrofe con Venezuela por el suroeste del país, según denuncias.
Estas bases que vienen a sumarse a las ya existentes, significan un paso importante en la ocupación militar de Colombia, considerada por el difunto senador estadounidense Paul Coverdell como una acción previa necesaria para invadir a Venezuela.
También el acuerdo militar de 2009 entre Washington y Bogotá permite a los estadounidenses mayor acceso a bases militares, incluyendo la de Palanquero, considerada estratégica por su posición en el continente americano.
En el cerco a Venezuela, además, se integran las tropas de asalto norteamericanas acantonadas en las bases de 'control y monitoreo' Reina Sofía, de Aruba, y Hato Rey, de Curazao, y el centro de operaciones tendría asiento en la base de Palmerola, en Honduras, la mayor instalación extrajera de esa naturaleza en territorio latinoamericano.
Las alertas expresadas por diferentes medios y expertos no parecen infundadas, y de dar certeza se encargan las visitas de Tillerson y Tidd a la región, y especialmente a Colombia, sin duda la punta de lanza contra sus libertadores de siglos atrás.
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