Por Razones de Cuba
Ante las nuevas restricciones para los viajes y el comercio con Cuba anunciadas este miércoles por el gobierno estadounidense, las reacciones no se han hecho esperar.
Lea también:
Uno de los primeros en pronunciarse fue el senador estadounidense, promotor del acercamiento bilateral, Patrick Leahy, quien refirió que estas medidas no son más que una reminiscencia de la Guerra Fría.
En un comunicado, Leahy afirmó que existe una evidente hipocresía en los ideólogos de la Casa Blanca, y declaró que estas restricciones “se esperarían de un gobierno totalitario paranoico, no de una democracia como la nuestra”.
Además, este senador demócrata reiteró que Cuba no representa la menor amenaza para Estados Unidos.
Por otra parte, la congresista Barbara Lee, en respuesta al anuncio realizado Washington, escribió en su cuenta de Twitter que esta política es simplemente punitiva, y daña a estadounidenses y cubanos por igual.
El vicepresidente del Consejo Nacional de Comercio Exterior (NFTC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, Jake Colvin, calificó de equivocadas las nuevas restricciones de la administración Trump.
En un comunicado, Colvin agregó que “permitir viajes de persona a persona solo como parte de viajes organizados limitará el contacto que los estadounidenses pueden tener con los cubanos de todos los días en la isla y sacará dinero de los bolsillos de los empresarios cubanos y los anfitriones que se quedan en casa”.
La NFTC también apreció que las restricciones a la participación mientras se viaja con entidades cubanas individuales serán confusas para los viajeros y requerirán recursos significativos del gobierno de EE. UU. para lograr su cumplimiento.
Mientras, la senadora Dianne Feinstein, escribió en el servicio de microblogging que aislar al pueblo cubano no sirvió a los intereses norteamericanos antes, y ciertamente no lo hará ahora.
Otros como el congresista republicano Mark Sanford, consideraron que la prohibición de viajar a Cuba, es anticuada y una limitación injusta de la libertad estadounidense.
El rechazo a las medidas también llegó de la mano de Ben Rhodes, antiguo asesor del expresidente Barack Obama (2009-2017), al expresar en su cuenta de Twitter que las acciones de Trump bajo la influencia del senador Marco Rubio perjudicarán al sector privado cubano, sobre el cual mintieron al decir que pretendían ayudarlo.
Las medidas informadas este miércoles y que entran en vigor hoy 9 de noviembre, implican mayores restricciones para los norteamericanos interesados en hacer negocios con Cuba y viajar a la Mayor de las Antillas.
Asimismo, incluyen vetar a los estadounidenses de hacer transacciones con más de 180 entidades cubanas, entre las que se encuentran tiendas y hoteles. Además, obliga – a que todos los viajes educativos no académicos ‘pueblo a pueblo’ se lleven a cabo bajo los auspicios de una organización que esté sujeta a la jurisdicción norteamericana, y no serán autorizadas las visitas educativas individuales no académicas.
Ante las nuevas restricciones para los viajes y el comercio con Cuba anunciadas este miércoles por el gobierno estadounidense, las reacciones no se han hecho esperar.
Lea también:
Uno de los primeros en pronunciarse fue el senador estadounidense, promotor del acercamiento bilateral, Patrick Leahy, quien refirió que estas medidas no son más que una reminiscencia de la Guerra Fría.
En un comunicado, Leahy afirmó que existe una evidente hipocresía en los ideólogos de la Casa Blanca, y declaró que estas restricciones “se esperarían de un gobierno totalitario paranoico, no de una democracia como la nuestra”.
Además, este senador demócrata reiteró que Cuba no representa la menor amenaza para Estados Unidos.
Por otra parte, la congresista Barbara Lee, en respuesta al anuncio realizado Washington, escribió en su cuenta de Twitter que esta política es simplemente punitiva, y daña a estadounidenses y cubanos por igual.
El vicepresidente del Consejo Nacional de Comercio Exterior (NFTC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, Jake Colvin, calificó de equivocadas las nuevas restricciones de la administración Trump.
En un comunicado, Colvin agregó que “permitir viajes de persona a persona solo como parte de viajes organizados limitará el contacto que los estadounidenses pueden tener con los cubanos de todos los días en la isla y sacará dinero de los bolsillos de los empresarios cubanos y los anfitriones que se quedan en casa”.
La NFTC también apreció que las restricciones a la participación mientras se viaja con entidades cubanas individuales serán confusas para los viajeros y requerirán recursos significativos del gobierno de EE. UU. para lograr su cumplimiento.
Mientras, la senadora Dianne Feinstein, escribió en el servicio de microblogging que aislar al pueblo cubano no sirvió a los intereses norteamericanos antes, y ciertamente no lo hará ahora.
Otros como el congresista republicano Mark Sanford, consideraron que la prohibición de viajar a Cuba, es anticuada y una limitación injusta de la libertad estadounidense.
El rechazo a las medidas también llegó de la mano de Ben Rhodes, antiguo asesor del expresidente Barack Obama (2009-2017), al expresar en su cuenta de Twitter que las acciones de Trump bajo la influencia del senador Marco Rubio perjudicarán al sector privado cubano, sobre el cual mintieron al decir que pretendían ayudarlo.
Las medidas informadas este miércoles y que entran en vigor hoy 9 de noviembre, implican mayores restricciones para los norteamericanos interesados en hacer negocios con Cuba y viajar a la Mayor de las Antillas.
Asimismo, incluyen vetar a los estadounidenses de hacer transacciones con más de 180 entidades cubanas, entre las que se encuentran tiendas y hoteles. Además, obliga – a que todos los viajes educativos no académicos ‘pueblo a pueblo’ se lleven a cabo bajo los auspicios de una organización que esté sujeta a la jurisdicción norteamericana, y no serán autorizadas las visitas educativas individuales no académicas.
Por Razones de Cuba
Ante las nuevas restricciones para los viajes y el comercio con Cuba anunciadas este miércoles por el gobierno estadounidense, las reacciones no se han hecho esperar.
Lea también:
Uno de los primeros en pronunciarse fue el senador estadounidense, promotor del acercamiento bilateral, Patrick Leahy, quien refirió que estas medidas no son más que una reminiscencia de la Guerra Fría.
En un comunicado, Leahy afirmó que existe una evidente hipocresía en los ideólogos de la Casa Blanca, y declaró que estas restricciones “se esperarían de un gobierno totalitario paranoico, no de una democracia como la nuestra”.
Además, este senador demócrata reiteró que Cuba no representa la menor amenaza para Estados Unidos.
Por otra parte, la congresista Barbara Lee, en respuesta al anuncio realizado Washington, escribió en su cuenta de Twitter que esta política es simplemente punitiva, y daña a estadounidenses y cubanos por igual.
El vicepresidente del Consejo Nacional de Comercio Exterior (NFTC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, Jake Colvin, calificó de equivocadas las nuevas restricciones de la administración Trump.
En un comunicado, Colvin agregó que “permitir viajes de persona a persona solo como parte de viajes organizados limitará el contacto que los estadounidenses pueden tener con los cubanos de todos los días en la isla y sacará dinero de los bolsillos de los empresarios cubanos y los anfitriones que se quedan en casa”.
La NFTC también apreció que las restricciones a la participación mientras se viaja con entidades cubanas individuales serán confusas para los viajeros y requerirán recursos significativos del gobierno de EE. UU. para lograr su cumplimiento.
Mientras, la senadora Dianne Feinstein, escribió en el servicio de microblogging que aislar al pueblo cubano no sirvió a los intereses norteamericanos antes, y ciertamente no lo hará ahora.
Otros como el congresista republicano Mark Sanford, consideraron que la prohibición de viajar a Cuba, es anticuada y una limitación injusta de la libertad estadounidense.
El rechazo a las medidas también llegó de la mano de Ben Rhodes, antiguo asesor del expresidente Barack Obama (2009-2017), al expresar en su cuenta de Twitter que las acciones de Trump bajo la influencia del senador Marco Rubio perjudicarán al sector privado cubano, sobre el cual mintieron al decir que pretendían ayudarlo.
Las medidas informadas este miércoles y que entran en vigor hoy 9 de noviembre, implican mayores restricciones para los norteamericanos interesados en hacer negocios con Cuba y viajar a la Mayor de las Antillas.
Asimismo, incluyen vetar a los estadounidenses de hacer transacciones con más de 180 entidades cubanas, entre las que se encuentran tiendas y hoteles. Además, obliga – a que todos los viajes educativos no académicos ‘pueblo a pueblo’ se lleven a cabo bajo los auspicios de una organización que esté sujeta a la jurisdicción norteamericana, y no serán autorizadas las visitas educativas individuales no académicas.
Ante las nuevas restricciones para los viajes y el comercio con Cuba anunciadas este miércoles por el gobierno estadounidense, las reacciones no se han hecho esperar.
Lea también:
Uno de los primeros en pronunciarse fue el senador estadounidense, promotor del acercamiento bilateral, Patrick Leahy, quien refirió que estas medidas no son más que una reminiscencia de la Guerra Fría.
En un comunicado, Leahy afirmó que existe una evidente hipocresía en los ideólogos de la Casa Blanca, y declaró que estas restricciones “se esperarían de un gobierno totalitario paranoico, no de una democracia como la nuestra”.
Además, este senador demócrata reiteró que Cuba no representa la menor amenaza para Estados Unidos.
Por otra parte, la congresista Barbara Lee, en respuesta al anuncio realizado Washington, escribió en su cuenta de Twitter que esta política es simplemente punitiva, y daña a estadounidenses y cubanos por igual.
El vicepresidente del Consejo Nacional de Comercio Exterior (NFTC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, Jake Colvin, calificó de equivocadas las nuevas restricciones de la administración Trump.
En un comunicado, Colvin agregó que “permitir viajes de persona a persona solo como parte de viajes organizados limitará el contacto que los estadounidenses pueden tener con los cubanos de todos los días en la isla y sacará dinero de los bolsillos de los empresarios cubanos y los anfitriones que se quedan en casa”.
La NFTC también apreció que las restricciones a la participación mientras se viaja con entidades cubanas individuales serán confusas para los viajeros y requerirán recursos significativos del gobierno de EE. UU. para lograr su cumplimiento.
Mientras, la senadora Dianne Feinstein, escribió en el servicio de microblogging que aislar al pueblo cubano no sirvió a los intereses norteamericanos antes, y ciertamente no lo hará ahora.
Otros como el congresista republicano Mark Sanford, consideraron que la prohibición de viajar a Cuba, es anticuada y una limitación injusta de la libertad estadounidense.
El rechazo a las medidas también llegó de la mano de Ben Rhodes, antiguo asesor del expresidente Barack Obama (2009-2017), al expresar en su cuenta de Twitter que las acciones de Trump bajo la influencia del senador Marco Rubio perjudicarán al sector privado cubano, sobre el cual mintieron al decir que pretendían ayudarlo.
Las medidas informadas este miércoles y que entran en vigor hoy 9 de noviembre, implican mayores restricciones para los norteamericanos interesados en hacer negocios con Cuba y viajar a la Mayor de las Antillas.
Asimismo, incluyen vetar a los estadounidenses de hacer transacciones con más de 180 entidades cubanas, entre las que se encuentran tiendas y hoteles. Además, obliga – a que todos los viajes educativos no académicos ‘pueblo a pueblo’ se lleven a cabo bajo los auspicios de una organización que esté sujeta a la jurisdicción norteamericana, y no serán autorizadas las visitas educativas individuales no académicas.
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