Se cumple un año del fallecimiento del histórico líder de la Revolución Cubana.
En ese barrio vivió Fidel, en una modesta casa, hasta su último día. Poco antes de su muerte, pasó con su automóvil por una calle donde vio a un grupo de niños jugando y paró a hablar con ellos.
La cancha de Jaimanitas
"¿Cómo es que no hay otro lugar para jugar fútbol?", preguntó, según el relato que brindó a Reuters el vecino Rafael Sierra, veterano cubano de la guerra de Angola en la década de 1980. "Ellos jugaban fútbol en la calle. No había otro lugar. Y él se interesó", explicó Sierra, quien añadió que "ya, al otro día, estaban limpiando el terreno" para hacer la cancha.Uno de los niños de Jaimanitas, Yossiel Calvo, sostuvo en diciembre del año pasado: "Hablé con él hace como un mes. Que iba a hacer un terreno de fútbol para nosotros". "Y lo hizo", sentenció.
Lo mismo expresó Miriam Lavalle, una jubilada: "Los niños dijeron que no tienen dónde jugar. Él dijo pronto lo van a tener. Y así mismo fue. Se cumplió".
El legado de Fidel
Sin duda, el líder cubano fue motivo de controversias a lo largo de su vida. Generó amores y odios, pero difícilmente le haya resultado indiferente a alguien. Estar al frente de la primera revolución socialista triunfante del hemisferio occidental, y a tan solo unos pocos kilómetros de los EE.UU., lo puso en el centro de la escena política mundial durante las casi cinco décadas en que dirigió los destinos de Cuba.Más allá de las opiniones, hoy la isla expone unos índices de desarrollo humano muy importantes, comparables con países europeos y sin duda muy superiores a los del resto de América Latina. Principalmente, se destaca en lo relacionado a la salud y la educación
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En 2016, el país finalizó con una mortalidad infantil de 4,3 por cada mil nacidos vivos lo que, según datos del Banco Mundial, lo ubica al nivel del Reino Unido o Suiza, y por encima de EE.UU.. Asimismo, de acuerdo a un informe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) citado por Telesur, la isla ha erradicado la desnutrición infantil.
En esta perspectiva se inscribe también el incentivo al deporte. Como expresó Mario Torres de Diego, autor del libro 'Fidel y el deporte', en diálogo con Radio Sur, para el histórico dirigente cubano "todo el dinero que se gastaba en construir campos de deporte se ahorraba en salud". Desde su punto de vista, "lo principal" era que "no se tenía que hacer deporte solo para buscar medallas, sino fundamentalmente por la salud".
Y así fue como, en su barrio de La Habana, Fidel dejó como legado la cancha de Jaimanitas, su última obra al servicio del pueblo cubano.
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