miércoles, 22 de febrero de 2017

Quien conspira contra Cuba junto a la FNCA, no es tan santo, Señor Calderón.

TOMADO DE DESCUBRIENDO VERDADES



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Una histérica alharaca ha levantado el señor Felipe Calderón como resultado de la decisión soberana de Cuba de negarle la visa para participar en un show mediático en La Habana en la mañana de hoy, a instancias de la contrarrevolucionaria Rosa María Paya y el señor Luis Almagro, secretario General de la OEA.
 
No quiero detenerme a cuestionar su rol como mandatario y figura pública en México, pues son los propios mexicanos quienes le han criticado vehementemente por sus tropelías, tramoyas y mala práctica política. En mi caso, pretendo dejar claro que el señor Calderón ha formado parte deliberadamente de una maniobra anticubana, resultado de una nueva estrategia de los enemigos de Cuba interesados en dejar atrás la guerra mediática en otras latitudes y ponerla en práctica dentro de la Isla. Ya desde hace meses esta estrategia se ha puesto en desarrollo y, tanto Calderón como Almagro, se han unido a ella. Desde luego, esa adhesión a tratar de inmiscuirse descaradamente en los asuntos internos cubanos –llegando incluso a sumarse a provocaciones in situ– es el resultado de los viejos compromisos de estos personajillos con la extrema derecha anticubana radicada en USA. Se han convertido, de facto, en las nuevas divas de la guerra sucia.
 
Calderón es claro ejemplo de cómo esos malsanos compromisos no afectaron su pudor al establecer lazos estrechos con la cuestionada Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), incluso cuando fungió como presidente de México entre los años 2006 a 2012 y eran evidentes los vínculos de la misma con actividades terroristas contra Cuba. Vamos pues al asunto: Tiempo atrás tuve acceso a un acta del Congreso Anual de la FNCA, realizado entre el 21 y el 23 de julio de 2007, en la cual la misma se empeña en establecer vínculos con gobiernos latinoamericanos afines a su ideología, como parte de su interés por limpiar su criticada y dudosa imagen.
 
Todo fue haciéndose claro desde un tiempo antes, cuando el difunto Chairman de la FNCA, Jorge Mas Canosa, viajó a México para ejercer presiones sobre el gobierno de turno con vistas a impedir las inversiones mexicanas en Cuba, particularmente las telefónicas y cementeras, en concordancia con las acciones del departamento de Estado USA. El escogido México les sirvió de plataforma para promover la absurda idea de un cambio hacia “la democracia” en Cuba. Es Omar López Montenegro, directivo de la FNCA, quien maniobra en esa dirección, buscando crear un lobby entre los partidos de derecha latinoamericanos, particularmente en México, Chile y Argentina. Bajo la manga, y para el distorsionado uso de su finalidad, la FNCA apostó por un proyecto subversivo denominado “Proyecto Varela”, impulsado por el ya fallecido Oswaldo Payá. Hoy su hija, Rosa María Payá, usa un clon del mismo con otro nombre, pero con la coincidencia de que ambos han recibido total financiamiento por parte de las agencias gubernamentales de Estados Unidos para desestabilizar a Cuba.
 
La FNCA tuvo entonces la suerte de haber empezado a contar desde entonces, en el citado Congreso Anual de la FNCA, con el apoyo de Felipe Calderón Hinojosa y de un grupo de legisladores mexicanos del PAN, quienes se convirtieron en sus incondicionales aliados. La OEA también se prestó en dicho evento –en alianza con la Asociación de Abogados Cubanoamericanos (CABA) – para presentar una demanda anticubana ante la Comisión Interamericana de derechos Humanos en defensa de 75 contrarrevolucionarios arrestado en marzo del 2003, sumándose a realizar esta labor ante el Parlamento Europeo. Este concierto de enemigos de Cuba priorizaba el objetivo de la FNCA de “globalizar la causa de la libertad de Cuba”, para lo cual es necesario a toda costa lograr visibilidad mediática de la exigua oposición cubana
 
El viejo objetivo de la FNCA, casi estancado durante el mandato de José Miguel Insulza, cobró nuevos aires con la prestancia de Luis Almagro parabién de sus amigos de la FNCA y la extrema derecha anticubana. Cobran actualidad las declaraciones de otro directivo de la FNCA en ese evento, Tony Costa, quien abogó por llevar la actividad subversiva a las calles de Cuba, acción que ha retomado vanamente Rosa María Payá y otros de los 1718 contrarrevolucionarios que actúan contra nuestro orden institucional.


Felipe Calderón halagado en ese evento del 2007, regresaría a Miami en octubre de 2009 para recibir un “premio” otorgado por su gestión en el enfrentamiento al virus de la influenza H1N1 y contra el narcotráfico. Allí se reunió con el connotado terrorista Francisco José Hernández Calvo, presidente de la FNCA –hombre fuerte de la misma entre la generación del terrorismo y el soft power y la guerra sucia– donde conspiraron secretamente sobre una pretendida democratización para Cuba. Amigos desde hace años, Calderón no dudó en prestarse a favor de la guerra sucia contra Cuba a cambio de financiamiento para sus campañas políticas.
 
La decisión de Cuba de negar la visa a Calderón para participar en el show anticubano del día de hoy tiene sobrada justificación.

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