EL ENCUENTRO HISTORICO DE DOS GIGANTES.
Este
14 de diciembre se cumplen 22 años de la primera visita a Cuba de Hugo Chávez y
su encuentro con el líder de la Revolución Fidel Castro, el cual trascendió la
mera amistad entre dos hombres para transformar de golpe la fisonomía de todo un
continente.
«Cuando
me asomo a la puerta del avión lo veo a él, a Fidel, al Caballo, allá parado
esperándome en la puerta de la escalerilla. Fidel entendió rápido lo que había
ocurrido y entendió rápido lo que estaba aquí comenzando a ocurrir», contó el
líder bolivariano, quien llamó al instante en que conoció a Fidel como «El
encuentro».
«Yo
no merezco este honor, aspiro a merecerlo algún día en los meses y en los años
por venir», dijo Chávez ese día de 1994 sorprendido aún porque, después de todo,
él era el militar «golpista», el «rechazado» en América Latina y el
Caribe.
El
venezolano aceptó la invitación del historiador Eusebio Leal y vino con los
sueños cual Libertador de la nueva etapa que ya se gestaba. Encontró en Fidel
la motivación para impulsar el proyecto de los próceres independentistas y
cambiar de esa forma la fisonomía de la América Nuestra.
Del
otro lado, un Fidel previsor y adelantado a su tiempo, percibió en el joven
revolucionario sus dotes de excelente orador, hombre comprometido con sus
raíces, sus ideas, pero sobre todo su pasión por la Historia y por
Bolívar.
Con
su verbo encendido Chávez deslumbró al auditorio que se congregó en el Aula
Magna de la Universidad de La Habana horas más tarde. En ese histórico recinto
confesó que era la primera vez que venía físicamente, «porque en sueños, a Cuba
había venido muchas veces».
Chávez
conmovió cuando calificó a la Isla como a un «bastión de la dignidad
latinoamericana». El «hereje» prometió volver y hacer la Revolución en su
Venezuela natal, y así lo hizo. Cuatro años después, Chávez ganó las elecciones
e impulsó un proceso de transformaciones en la sociedad, la economía, la
política y la cultura de su país que se mantiene en la actualidad: la Revolución
Bolivariana.
En
todo ese proceso, la visión compartida con Fidel de que un mundo mejor era
posible se tradujo en proyectos de solidaridad con otras naciones, como es el
caso de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de
Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), con 12 años de
existencia.
En
el 2004, siendo presidente de Venezuela, Chávez visitó Cuba nuevamente. En
esa ocasión el líder de la Revolución cubana expresó: «Prometiste volver un día
con propósitos y sueños realizados. Volviste y volviste gigante, ya no solo como
líder del proceso revolucionario victorioso de tu pueblo, sino también como una
personalidad internacional relevante, querida, admirada y respetada por muchos
millones de personas en el mundo, y de modo especial por nuestro pueblo».
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