Por Justo Cruz
Hace unos días me llamaron para preguntarme si yo estaba en la lista
de los fans de Fernando Ravsberg, esos que según el aludido no se cansan de
escribir artículos sobre su persona desde otra página de la blogosfera cubana.
Pregunté por qué me hacían la pregunta, fue entonces que me
recomendaron entrar a su página. Hice una excepción y entré. Digo que hice una
excepción porque desde hace algunos días opté por no leer más las “cartas” que
Fernando nos manda desde Cuba.
Como él al parecer decidió que ya yo no tengo el derecho a escribir
comentarios en su blog, ¿por qué tengo entonces que leer sus cartas? Ya no me
siento “estimulado”. Estoy harto de que sea él el único que conozca los
criterios que tengo sobre lo que allí se publica
.
Y ahora ya se enteraron; a Fernando, el colega que no escatima
esfuerzos para hablarnos sobre las virtudes de la “libre expresión”, también le
gusta censurar. Si hay alguna otra persona por ahí que ha corrido la misma
suerte que yo, pues que salte y lo diga, que pa’ luego es
tarde.
Lo digo sin tapujo porque yo personalmente soy de la opinión que
Fernando Ravsberg es la antítesis del pensamiento y la palabra que el mismo
predica. Fernando no solo miente, Fernando ofende el sentido común de los
cubanos cuando habla de que hace “un periodismo responsable, serio, veraz,
oportuno, atractivo, crítico y elogioso a la vez”. Fernando le está vendiendo a
quienes lo leen una visión falsa de lo que es el periodismo en los países
capitalistas.
Y digo que miente porque el blog al que él mismo de forma
irrespetuosa catalogó somo su “Club de su Fans” lo ha demostrado con creces sin
que él, ni tan siquiera una vez haya podido refutar uno de los argumentos allí
vertidos. El periodismo de Fernando ni es responsable, ni es serio, ni es veraz.
Cualquier cosa menos esos atributos.
No somos nosotros los que la tenemos cogida con Fernando es la
obsesión que este señor tiene con la prensa cubana la que muchas veces lo hace
comportarse de forma tan irracional y demagoga.
Por eso no logro
entender a qué se refiere Harold Cárdenas cuando en su artículo titulado “El debate equivocado”
plantea :
“Los últimos días han sido una vergüenza. Tanto hemos luchado por
alcanzar espacios de pensamiento en el mundo físico y virtual que nos ayuden a
construir un país mejor. Ahora que los vamos logrando, lo empleamos en rencillas
y ajustes de cuentas ante un público que se polariza o divierte como en el
Coliseo romano”.
A mi en el plano personal me interesaría saber a qué se refiere
Harold Cárdenas cuando habla de “vergüenza”, cuando habla de “ajuste de cuentas”
y de un “público que se polariza o divierte como en el Coliseo Romano”. No
pienso se refiera Harold a los intelectuales cubanos que durante años, empezando
por Fidel, han publicado sus puntos de vista sobre las manipulaciones
de Fernando Ravsberg, no solo en La pupila insomne.
Tampoco creo la
intención de Harold sea comparar a La pupila insomne con un Circo
Romano porque entonces lo consideraría una falta de respeto a todos lo que allí
publican, y Harold suele ser respetuoso. También sería una contradicción con lo
que él mismo escribe: “Podemos
convertir las redes sociales, la blogosfera y los medios de prensa en una
universidad colectiva donde se coincida y discrepe a fuerza de pensamiento”.
Pero cuál es el problema cuando vertimos nuestro criterio. ¿Cuál es
el problema cuando discrepamos, o es que acaso no tenemos el derecho de elegir
la forma y el contenido de nuestros criterios cuando se ha mentido de manera
evidente por una persona que constantemente proclama lo mal que está nuestro
periodismo, que dista de ser el que necesitamos pero que no se caracteriza por
mentir?
Si como cubano siento la necesidad de compartir mi opinión, cuando
considero que dejar nuestra bandera tirada en el piso para abrazarse a otra es
una ofensa, ¿quién me lo puede prohibir? Y si considero que vale la pena
discutir una semana sobre eso, pues lo hago y punto.
En su artículo
Harold plantea que conoce a Fernando desde hace 5 años, yo como lo conozco desde
hace un poco más y le puedo asegurar que la carrera periodística de Fernando ha
sido un poco más que darnos “informaciones que deberían estar en nuestros periódicos”(….)
. Análisis que deberían salir en televisión con una mirada de
izquierda y están ausentes. Iniciativas que deberían venir de nuestras
organizaciones y nunca nacieron. Críticas que deberían ser nuestras para
mejorarnos, y nunca llegan”.
Fernando ha llegado mucho más allá y en su obsesión en poner en
ridículo a la “prensa oficialista” cubana, o no llega o se pasa, jugando
constantemente al ser y al no ser y ese es su dilema.
Llega, se va,
regresa, tira la piedra y esconde la mano, enciende llamas, no apaga y se pierde
para aperecer de nuevo en otro lugar con lo mismo. Y como
dijera el bloguero cubano residente en Miami Emilio Eichikawa (y
créenme que ese sí que no es mi amigo), cito:
“Ese
Ravsberg lo mismo le mete mano a un médico internacionalista que a la falta de
libertad… Y cuando parece que lo van a botar de Cuba le pone la difícil a Modig
y Carromero o le baja una guataquería a Raúl… Yo le diera el segundo premio a la
sinuosidad periodística.”
Hay que reconocer
que la caracterización es perfecta, aunque Arnold August en su artículo “Ravsberg, BBC, Shakespeare y Cuba” Arnold
August haya tocado más a fondo cuando afirmaba:
“
Hay
que tener en cuenta que los blogs ‘positivos’ de Ravsberg no son tan positivos.
Por ejemplo en uno reciente de este tipo de ‘buenos blogs’ (12 de mayo del 2011)
sobre los prisioneros políticos, Ravsberg infiltró de una manera muy hábil, sin
que algunos lo destaquen, que los mercenarios encarcelados en Cuba son
‘disidentes’ y en general son ‘pacíficos.’ Además, de una manera muy irónica
(pero que no es un chiste para los cubanos) propone a los ‘disidentes’ que
adopten acciones ‘ desmintiendo a quienes los
acusan de ser mercenarios del imperio. ”
Con el artículo
titulado “
La ultima ratio de Fernando Ravsberg ” su autor Carlos Luque
Zayas Bazán decía refiriéndose a la forma burlona en la que Fernando Ravsberg se
refería a los intelectuales que publicaban en La pupila insomne como a un club
de sus fans:
“Quizás
se pueda afirmar que es el recurso de la imposibilidad y la impotencia de
afrontar la aclaración de las inexactitudes y la última de las
omisiones denunciadas en La Pupila
insomne,
entre otras plataformas, entre otros intelectuales, lo cual sería quizás menos
ingenioso, pero más adecuado a la profesión del que debe conservar incólume su
prestigio por la veracidad de lo que afirma.”
Con esta afirmación el compañero
Carlos Luque da en el clavo. Quizás Fernando Ravsberg finalmente se decida algún
día a dar su punto de vista acerca de todas las denuncias concretas que se han
hecho sobre su trabajo como periodista en vez de aplicar la táctica del
avestruz.
En su artículo Harold, después de
reconocer que el debate entre Iroel Sánchez y Fernando Ravsberg desde sus
respectivas plataformas, en ocasiones es productivo, dice del primero:
“ Iroel representa a un sector de
Cuba que respeto”
para compararlo entonces con su tío a quién quiere un montón
pero que discuten cantidad, porque según él (Harold), “teniendo los mismos objetivos
vemos caminos distintos”, para finalizar con la frase de que
“Quizás sea la diferencia
generacional”
.
Como no estoy muy seguro de lo que
Harold quiso decir con esas palabras me remitiré a citar una frase de una amiga
santiaguera tan joven como él. “
Amigo
, no te preocupes, no estoy con
Ravsberg”. Fue su respuesta a mi estúpida pregunta del por
qué le había dado Like a Cartas desde Cuba en Facebook. Pero más
contundente es la lista de autores representativos de diversas edades, sectores
y procedencias geográficas que
compila Luque, concidentes todos en denunciar manipulaciones de
Ravsberg. No veo yo entonces problema generacional ni sectorial sino una postura
ética que trasciende edades, geografías y convicciones políticas: el rechazo a
la mentira y la manipulación burda que Fernando Ravsberg ha venido practicando
de manera sistemática en sus “cartas” que ya sabemos marcadas. Tampoco me es
posible compartir la equidistancia entre quien falta a la verdad y quien se lo
dice con pelos y señales.
https://lapupilainsomne.wordpress.com/2016/09/02/cronica-sobre-un-debate-equivocado-y-unas-cartas-marcadas-por-justo-cruz/
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