martes, 10 de noviembre de 2015

Quien espera lo mucho aguarda por lo poco


Organizan jornada de conciertos para la reapertura de la Sala de Conciertos José White, centro insigne de la cultura matancera
Sala de Conciertos José White, de Matanzas. Foto: Yenli Lemus Domínguez (ACN)
MATANZAS.—Luego de 16 años sin prestar ser­vicios, y de padecer de múltiples problemas en el intento de su restauración, la reapertura de la Sala de Conciertos José White pa­re­ce una noticia posible.
El edificio de estilo neoclásico, se­de del antiguo Liceo Artístico y Lite­rario de Matanzas, ha sido uno de los más prestigiosos centros culturales de la pequeña urbe, con el mérito adicional de ser el escenario donde el músico Miguel Faílde estrenó el primero de enero de 1879 su danzón Las Altu­ras de Simpson, modalidad musical devenida baile nacio­nal.
Aunque no es todavía un pronóstico definitivo, todo hace pensar que antes de concluir el año se consumará el anhelado y añejo sueño de los yu­­­murinos de disfrutar nue­va­men­­­­te de las funcio­nes en esta institución, si­tua­da en el más céntrico pun­­to de la ciu­dad. Es el cálculo que sos­tie­ne Arián Cruz Estévez, sub­direc­­tor ad­mi­­­nistrativo del legendario in­mue­ble.
Ya está casi lista, faltan apenas al­gunos detalles de terminación así co­mo unos pocos dispositivos que se en­­cuentran en el país, básicamente un en­lace del sistema de aire acondicionado, notificó tras acentuar que la prontitud con que estos lleguen a la ciudad está en manos del Minis­terio de Cultura.
Interior de la sala White, de Matanzas. Foto: Yenli Lemus Domínguez (ACN)
La sala de conciertos José White se beneficia ahora con nuevos ca­me­rinos dotados de las condiciones exigidas en plazas cerradas para con­­cier­tos, estudio de grabación, ca­fete­­ría y un es­pacioso patio, en uno de cu­yos flan­cos está grabada en ma­­dera la partitura de Las Alturas de Simp­son. Todo el mobiliario, tan­to de la orquesta como de la sala, las áreas de estar y oficinas, ya se en­cuentran en el interior del edificio.
Esta alargada rehabilitación concede al salón principal una capacidad para acomodar a 198 personas, agrupaciones corales y or­questas de hasta cien músicos, un espacio don­de junto a los techos, pa­redes y todo el interior resalta además el diseño acústico del licenciado Abel Fundora y el rigor ar­tístico de Sergio Roque Ruano.
De acuerdo con la información ofre­cida por Cruz Estévez se conservan los amplios espejos, el cuadro de Jo­sé White, las cuatro lámparas ori­ginales del salón principal y una mampara, piezas de valor que con­siguieron preservarse pese a la vulnerabilidad a la cual estuvo expues­ta esta inversión. La obra estuvo en ma­­nos de va­rias brigadas constructoras, pero no fue hasta hace unos tres años que se vieron los progresos tras la contratación de los servicios de Ser­gio Ro­que Ruano, artista de la plás­tica y Premio Nacional de Reha­bi­li­tación, mérito ganado gracias a las acciones de re­habilitación en el Mu­seo Far­ma­céutico.
Él y los demás restauradores que lo acompañan han desarrollado un ejercicio creador, de alto nivel profesional, para devolverle a esta institución su antiguo esplendor, al estilo neoclásico, pero sin renunciar a los elementos de modernidad.
Aunque la reinauguración no tie­ne todavía una fecha exacta, los ma­tanceros sienten renacer el embrujo cultural que tradicionalmente ofrecía al corazón de la ciudad esta sala de conciertos y que era más encantador en el horario nocturno.
Una excelente noticia además pa­ra los grupos sinfónicos y vocales de pequeño y gran formato, que procedentes de otras regiones del país so­lían presentarse aquí y disfrutar además del efecto alentador de las aguas de la bahía.
Un estremecimiento de alegría pa­­­ra los integrantes de la Orquesta Sin­fónica de Ma­tan­zas, quienes a par­tir de la apertura dispondrán de una se­de permanente para sus habituales pre­sentaciones y ensayos. Na­da, el me­­­jor regalo para esta agrupación en el aniversario 65 de su fun­dación.

No hay comentarios.: