Durante 55 minutos –todo un récord para este tipo de encuentros–, el
papa Francisco y Raúl Castro han permanecido reunidos en el Vaticano. Se
ha tratado de una visita “estrictamente privada” en la que el
presidente cubano ha agradecido en persona –ya lo hizo públicamente el
pasado 17 de diciembre— la labor de Jorge Mario Bergoglio en el
acercamiento entre Cuba y Estados Unidos. Un largo apretón de manos ha
sellado un encuentro que ha servido también para preparar la visita del
pontífice a Cuba, prevista para el próximo mes de septiembre, justo
antes del viaje a EE UU que lo llevará a Washington, Nueva York y
Filadelfia. Al salir, el presidente cubano ha asegurado que lee “todos
sus discursos”. “He agradecido al Santo Padre su contribución al
reacercamiento entre Cuba y Estados Unidos”, ha añadido.
Raúl llegó al lugar a las 09.30 horas locales (07.30 GMT) y a continuación comenzó su audiencia privada con el Papa.
El primer encuentro entre el presidente cubano y el primer papa
latinoamericano ha tenido lugar en el estudio y en los salones
adyacentes al Aula Pablo VI, el gran auditorio donde se celebran los
actos vaticanos. Es el lugar elegido por el Papa y el protocolo vaticano
para celebrar las reuniones con mandatarios en visita privada.
La delegación que viajó con Raúl a Roma está compuesta por el
vicepresidente del Consejo de Ministros, Ricardo Cabrisas Ruiz; el
canciller, Bruno Rodríguez Parrilla; y el ministro de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias, Leopoldo Cintra Frías. También se suman a la
audiencia papal los embajadores ante Italia, Alba Soto Pimentel, y ante
el Vaticano, Rodney López.
Como todo jefe de Estado, el presidente cubano fue recibido por un
piquete de honor de la guardia Suiza y el prefecto de la Casa
Pontificia, Georg Gaenswein.
Según medios internacionales la reunión con Raúl fue algo más larga
que la que el pontífice mantuvo en marzo del año pasado con el
presidente estadounidense, Barack Obama, que duró 52 minutos pero que se
realizó con intérprete, mientras que la de este domingo fue una charla
privada en español.
Intercambio de Regalos
Según reseña la corresponsal del diario El País, “que el encuentro en
el pequeño estudio del Papa había sido cordial se notaba ya cuando
ambos pasaron al salón contiguo para que el intercambio de regalos”.
Raúl obsequió al pontífice un cuadro de grandes dimensiones del
artista cubano Alexis Leyva Machado, Kcho, que representa una gran cruz
hecha con varios barcos y un niño que reza ante ella.
El artista, presente en el acto tras la reunión privada de Castro, le
explicó al pontífice que quiso aludir a la tragedia que sufren millares
de personas que intentan llegar a Europa desde el Norte de África.
“¡Qué inspiración!”, respondió Jorge Bergoglio al recibir el regalo, una ceremonia habitual en las visitas al pontífice.
El presidente cubano también regaló al papa una medalla que conmemora
el 200 aniversario de la Catedral de La Habana, de la que solo existen
25 ejemplares.
A su vez, el Santo Padre regaló a Castro un ejemplar de su
exhortación apostólica «La Alegría del Evangelio», animándole a leerla
porque «algunas cosas sociales le gustarán». También le regaló una
medalla grande «de san Martin de Tours y el mendigo al que cubre con el
manto», explicando que le gustaba regalarlo a los mandatarios porque
recuerda la obligación de ayudar a los pobres y, al mismo tiempo,
promover la dignidad.
Al final de la visita, antes de subir al automóvil, Raúl Castro
comentó a un pequeño grupo de periodistas: «Estoy muy contento. He
venido a agradecer lo que ha hecho para empezar a resolver los problemas
de Estados Unidos y Cuba». Dijo también que le había transmitido el
afecto del pueblo cubano, que espera con gran ilusión su visita del
próximo mes de septiembre, precisamente de camino hacia Estados Unidos.
(Con información de agencias, El País y El Mundo)
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