Mal comienzo para una nueva etapa
Escrito por Arthur González
La secretaria de Comercio de Estados Unidos, Penny Pritzker,
anunció que planea visitar Cuba en una fecha próxima y de acuerdo con
algunas informaciones divulgadas, aseguró que: “la ampliación del
compromiso económico entre el pueblo cubano y la comunidad empresarial
estadounidense será “un poderoso catalizador que fortalecerán los
derechos humanos y el Estado de Derecho en la isla”.
Si fueron ciertas sus palabras, resulta un mal comienzo para una nueva etapa de las relaciones entre los dos países.
Cuba no se ha propuesto cambiar la vida y economía estadounidense en
sus relaciones y mucho menos fortalecer los derechos humanos de los
negros norteamericanos y de los inmigrantes latinoamericanos explotados y
ultrajados por las autoridades de ese país.
Si Estados Unidos desea realmente establecer una diplomacia comercial
para cambiar la vida de los cubanos, su primer paso deberá ser la
eliminación del Bloqueo económico, comercial y financiero, impuesto
desde 1962 y repudiado anualmente por la comunidad internacional en la
Asamblea General de la ONU.
Como se plasma en sus documentos desclasificados, esa Guerra Económica persigue “evitar la satisfacción de las necesidades del pueblo por parte del gobierno revolucionario”, a fin de demostrar la ineficacia del sistema socialista para que no pueda ser un ejemplo a seguir por otros países.
Hasta la fecha las declaraciones de la Casa Blanca sobre el comercio
con la isla van dirigidas solo al sector privado, algo que no tiene
ningún peso en la economía, al tener unos pocos miles de trabajadores,
casi totalmente en los servicios.
Un país no se desarrolla con pequeños restaurantes, cafeterías,
artículos artesanales y el alquiler de habitaciones en casas
particulares. Para la industria pesada y ligera, la minería, el turismo y
la biotecnología no hay apertura.
Lamentablemente la Sra. Pritzker y su familia no podrán invertir en
la creciente industria turística cubana, a pesar de ser hija de los
cofundadores de la cadena hotelera Hyatt, algo que le impedirá estar
presente en un mercado que le traería grandes dividendos económicos, en
lugares paradisiacos como los existentes en la cayería norte de la isla
que poseen magníficas playas vírgenes y aguas con bellos fondos
marinos.
Sus empresas PSP Capital Partners y Pritzker Realty Group, tampoco estarán presentes en la economía cubana, pues la citada Guerra Económica, recogida formalmente en la Ley del Embargo a Cuba, se lo prohíbe.
No obstante, al estar considerada una de las 100 mujeres más
poderosas del mundo y entre las 300 personas más ricas de Estados
Unidos, con una fortuna estimada en mil 850 millones de dólares, es
probable que al pisar suelo cubano y observar personalmente las
posibilidades potenciales de hacer buenos negocios, regrese a Washington
con una visión real y objetiva, lo que le permitirá trasladar a su
Presidente cuan engañados han estado durante 56 años.
En eso también contribuirá la Coalición Agrícola de Estados Unidos
para Cuba (USACC), integrada por los más poderosos empresarios agrícolas
de esa nación, la cual desea impulsar de inmediato las ventas a Cuba.
Aun es prematura cualquier predicción; lo importante es que se rompió
el hielo y a partir de ahora todo será descubrimiento para empresarios
norteamericanos que como la Sra. Pritzker, nacieron cuando ya la
arcaica política contra Cuba había echado a andar.
Por tanto hay que darle tiempo al tiempo
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