Por: José Miguel Vázquez.
Ayer domingo desde temprano encendi la tv, me sentí como si fuera un delegado más a las XIII Cumbre del ALBA-TCP, presencié la llegada de cada uno de los dignatarios invitados a este evento conmemorativo, y vi el recibimiento que tanto Raúl como nuestro canciller hicieron a los mismos en el Palacio de la Revolución.
Sentado en la sala de mi casa, escuché con detenimiento el discurso inaugural del compañero Raúl Castro en su condición de presidente anfitrión, así como la de todos los presidentes, primeros ministros, y otros invitados, discursos que se salían del esquema protocolar y los sentí como si fuera una reunión familiar donde cada integrante emitía sus puntos de vista con absoluta sinceridad y transparencia.
Como siempre las palabras de Maduro, de Evo, y en especial del primer ministro de Granada, país que se incorpora al ALBA, me parecieron formidables, aunque en sentido general todos hicieron aportes significativos de lo que ha significado este mecanismo integrador creado por Chávez y por Fidel en este nuevo aniversario.
Extrané eso sí, la ausencia del Presidente ecuatoriano Rafael Correa, que hubiera sido el complemento perfecto para esta cita, y aunque ignoro las causas de su ausencia, estuvo bien representado por el vicepresidente y el canciller.
Luego por la tarde no me perdí la gala en honor al ALBA-TCP que reunió a una representación de lo mejor de nuestro talento artístico, y hago punto y aparte en las actuaciones del joven estudiante de piano que me hizo recordar a Frank Fernández, Pancho Amat, Raúlito Torres y sus artistas acompañantes, a la Orquesta Miguel Failde, la Orquesta de Cámara de Cienfuegos, y el Ballet de Camaguey, aunque todos reitero estuvieron brillantes.
No paso por alto desde luego cómo se recordó el primer abrazo de Chávez y Fidel hace 20 años en la Habana y la magnitud histórica de este encuentro, que cambió las vidas de nuestros pueblos, por ser ellos justamente los arquitectos de una revolució,n martiana y bolivariana que ha tocado los corazones de millones de latinoamericanos.
Me imagino lo emocionado que debe haberse sentido nuestro querido Fidel viendo por la televisión esta cita presidencial.
En fin como les dije al principio y gracias a la magia de la televisión, me sentí parte de esta XIII Cumbre de la Alianza Bolivariana y estoy seguro que millones de cubanos así también pudieron sentirlo..
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