viernes, 12 de diciembre de 2014

Otro capítulo de la subversión contra Cuba


Nuevamente la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) se vio involucrada en un proyecto encubierto para de­sestabilizar a Cuba. Esta vez intentó infiltrar al movimiento musical hip-hop y promover protestas juveniles contra el Gobierno de la Isla.

La idea era usar a los músicos cubanos para “romper con el bloqueo informativo” y crear una red de jóvenes que buscaran un “cambio social”, según muestran los documentos de la investigación realizada por la agencia informativa estadounidense The Associated Press (AP).

Este proyecto, como otras operaciones estadounidenses en Cuba, fue implementado por simples aficionados y fracasó estruendosamente, dice el cable y añade que “documentos muestran que USAID puso en peligro a cubanos inocentes y a sus propios contratistas”, afirma AP.

¿Cómo comenzó? Según relata la agencia informativa, a principios del 2009 un contratista de Creative Associates International —una entidad federal de Estados Unidos— envió a Cuba al serbio Rajko Bozic, en carácter de promotor musical, con la orden de reclutar a uno de los raperos más conocidos de La Habana, Aldo Rodríguez del grupo Los Aldeanos
.
La operación funcionó de manera simultánea con otros dos programas de USAID revelados por la AP previamente este año. Primero, el lanzamiento de una especie de “Twitter cubano” llamado ZunZuneo y, segundo, el envío a la isla de jóvenes latinoamericanos a provocar disensión.

En torno a estos programas subversivos también se organizó una fachada y un exótico entramado financiero para ocultar la participación norteamericana.

En el caso que nos ocupa, los contratistas de Creative contratarían a Aldo y a otros músicos cubanos para proyectos que aparentemente eran iniciativas culturales, pero que en realidad estaban dirigidos a impulsar su visibilidad y estimular a sus fans para “retar al Gobierno cubano”. “El truco era hacerlo sin que los arrestaran”, dice AP.

Sostiene además que el proyecto de Bozic se inspiró en conciertos de protesta del movimiento estudiantil que ayudó a derrocar al entonces presidente serbio Slobodan Milo­sevic, en el año 2000.
Afirma que Bozic había estudiado el entorno hip-hop cubano y llegó a la conclusión de que por ser una “fuente de disenso”, ofrecía una oportunidad poco común y con un potencial para desarrollar la misión de “promoción de la democracia” de USAID.

La AP relata que durante su estancia en Cuba el contratista serbio notó que los músicos estaban abiertos a recibir ayuda del extranjero, pero se mostraban recelosos de Estados Uni­dos. Así que le dijo a Aldo que trabajaba en medios alternativos y mercadotecnia.

“Para los abrumados raperos, la propuesta de Bozic de financiar un proyecto televisivo que mostrara el trabajo de estos jóvenes músicos, sonaba sincero. La música se distribuiría en el entorno underground cubano en DVD y unidades de memoria. Era una propuesta atrac­tiva y Aldo aceptó, informó Bozic a Creative”, apunta la agencia.

Cuando Bozic le hizo su propuesta al artista Aldo Rodríguez del grupo Los Aldeanos, no le mencionó sus verdaderas intenciones ni que estaba trabajando para la USAID. “Todo giraba en torno a una estrategia de manipulación sutil”, según AP.

En una entrevista en Belgrado, Bojan Bos­kovic, quien trabaja con Bozic, dijo que los conciertos de protesta estudiantiles comenzaron como algo puramente cultural pero gradualmente comenzaron a incluir mensajes políticos.

Boskovic declinó comentar sobre su trabajo en Cuba pero los documentos dejan en claro que la visión de Creative era a largo plazo. “Cu­ba estaba muy lejos de tener la situación política que había existido en Serbia”, dice AP.

Para ocultar el dinero que se entregaba al serbio, Creative creó una compañía pantalla en Panamá llamada Salida, dirigida por un abogado en Liechtenstein. Bozic no aparecía por nombre, pero sí tenía un poder notarial, según pudo probar la AP.

IMPLICACIONES INDESEADAS

La agencia estadounidense sostiene en su reporte que durante el concierto de Paz sin fronteras realizado en La Habana en el año 2009, Bozic intentó implicar al cantante colombiano Juanes y otros artistas cubanos de renombre en su proyecto.

Como parte del proyecto subversivo, el equipo de Creative también trató de infiltrar algunos festivales de música —como por ejemplo el Festival Rotilla— y para ello destinaron 15 000 dólares. La misión verdadera era sembrar “nuevas ideas en la mente de los organizadores” y persuadirlos de enviar “mensajes de alto impacto” a la audiencia, decía un informe citado por AP.

Luego de un arresto de Aldo en el 2009, el serbio Bozic tuvo que salir de Cuba y en su lugar asumió las riendas del proyecto Adrián Monzón, un productor y presentador cubano de videos que era el “contacto de mayor confianza” en la isla, según muestran los documentos desclasificados por AP.
Monzón viajó por la isla en busca de artistas e identificó a unos 200 “jóvenes con conciencia social” y los conectó con una red llamada Talen­toCubano.net. Los gerentes de Creative esperaban que el “mapa”, como lo llamaban, pudiera crear un “movimiento social”, afirma AP.

Sin embargo, para enero del 2010 Monzón ya sentía la presión de la Seguridad del Estado cubana. Fue entonces que viajó por avión con un grupo de músicos jóvenes de su proyecto TalentoCubano para una “capacitación de liderazgo” en Europa, cuando en realidad era para preparar activistas.
Los jóvenes músicos, que no sabían del verdadero objetivo del proyecto, pasaron un mes en Amsterdam y Madrid estudiando temas como encuestas y mercadotecnia guerrillera, y les enseñaron cómo realizar campañas de      pintas de grafitos que destacaran sensibles temas políticos.
En el 2010, un contratista de Creative advirtió que las autoridades cubanas sabían que Bozic y sus colegas “estaban recibiendo dinero de USAID” y que trataban de socavar al Go­bierno como hicieron con Milosevic en el 2000.

Aldo, quien ahora tiene 31 años, se mudó a Tampa, Florida, donde todavía canta. Declinó discutir por qué lo vincularon al proyecto. “Tengo la conciencia tranquila”, le dijo a la AP.
Adrián Monzón se mudó a Miami, donde trabaja en un Papa John’s.

Bozic, el serbio, continuó trabajando en pro­yectos en Túnez, Ucrania, Líbano y Zim­babwe. Declinó comentar sobre su operación en Cuba.

Xavier Utset, el organizador de los proyectos del “Twitter cubano” y la penetración del entorno del hip-hop en la isla, declinó comentar. Dejó su empleo en Creative por un empleo federal. Ahora se fue a trabajar con USAID.

En una declaración escrita, USAID dijo que estos programas eran parte de un contrato de cuatro años que terminó en el 2012 y negó que fueran clandestinos.

“Cualquier afirmación de que nuestro trabajo es secreto o encubierto simplemente es falso”, dijo USAID en un comunicado el miérco­les. Creative Associates se abstuvo de hacer comentarios, según la propia AP.

El escándalo destapado por las revelaciones de AP corrobora la alerta que hiciera recientemente el General de Ejército Raúl Castro, Presidente de los Consejos de Estado y de Minis­tros sobre los métodos de la Guerra no Convencional recogidos por la Circular de Entrenamiento 18-01 del Ejército de Estados Unidos.

En referencia a lo acontecido durante los últimos meses en países como Ucrania y Vene­zuela, Raúl afirmó en la clausura del Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba: “Estos hechos confirman que dondequiera que haya un gobierno que no con­venga a los intereses de los círculos del poder en Estados Unidos y algunos de sus aliados europeos, se convierte en blanco de las campañas subversivas”.

Las formas de actuar hoy son más sutiles, de ahí que debemos estar cada vez más alertas ante manos que se tienden “generosas” a ofrecer recursos de los cuales no se conoce su procedencia.  No es ver ahora fantasmas contra todas las sombras, pero si tener en cuenta que la guerra contra Cuba, a pesar de nuevos ca­muflajes, no

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