Fidel se adelantó al 17 de diciembre de 2014
“Sueñan
los teóricos y agoreros de la política imperial que la Revolución, que
no pudo ser destruida con tan pérfidos y criminales procedimientos,
podría serlo mediante métodos seductores como el que han dado en
bautizar como “política de contactos pueblo a pueblo”.
Pues bien:
estamos dispuestos a aceptar el reto, pero jueguen limpio, cesen en sus
condicionamientos, eliminen la Ley asesina de Ajuste Cubano, la Ley
Torricelli, la Ley Helms-Burton, las decenas de enmiendas legales aunque
inmorales, injertadas oportunistamente en su legislación;
pongan fin por completo al bloqueo genocida y la guerra económica;
respeten el derecho constitucional de sus estudiantes, trabajadores,
intelectuales, hombres de negocio y ciudadanos en general a visitar
nuestro país, hacer negocios, comerciar e invertir, si lo desean, sin
limitaciones ni miedos ridículos, del mismo modo que nosotros permitimos
a nuestros ciudadanos viajar libremente e incluso residir en Estados
Unidos, y veremos si por esas vías pueden destruir la Revolución cubana,
que es en definitiva el objetivo que se proponen.
“Sin ánimos de perturbar los dulces
sueños de los que esto último piensan, cumplo el cortés deber de
advertirles que la Revolución cubana no podrá ser destruida ni por la
fuerza ni por la seducción.
“Martí dijo que trincheras de ideas
valen más que trincheras de piedra, y compartimos con él ese
pensamiento, pero nunca dijo que aquellas fuesen innecesarias. Cuba está
hoy defendida por una doble trinchera de piedra y de ideas: una contra
la fuerza bruta, constituida por la disposición de un pueblo a luchar
hasta las últimas consecuencias, de forma que de nada valdrían las
llamadas armas inteligentes ni los más sofisticados medios que emergen
de los avanzados centros productores de instrumentos de muerte que
poseen nuestros potenciales agresores.
Pero lo está también por una
gigantesca trinchera de sentimientos e ideas contra la cual se
estrellará todo el arsenal de mentiras, demagogia e hipocresía con las
que el imperialismo pretende engañar al mundo. Con ideas verdaderamente
justas y una sólida cultura general y política, nuestro pueblo puede
igualmente defender su identidad y protegerse de las seudoculturas que
emanan de las sociedades de consumo deshumanizadas, egoístas e
irresponsables. En esa lid también podemos vencer y venceremos.
“La historia está igualmente de
nuestro lado, porque el orden económico y político injusto y globalizado
impuesto al mundo es insostenible, y más temprano que tarde se
derrumbará. La naturaleza no podrá resistir la agresión a que están
sometidos los recursos naturales y el medio ambiente. Los miles de
millones de pobres que en número creciente habitan este planeta se harán
ingobernables. No habrá leyes de inmigración ni líneas amuralladas que
puedan contenerlos. La propia civilización estará amenazada. Los
políticos, por soberbios e incapaces que sean, tendrán que comprender
que en nuestra época y en nuestro planeta la paz y la cooperación
estrecha entre los pueblos es la única alternativa posible.”
(Palabras de Fidel Castro el 26 de julio del año 2000, en un discurso en la ciudad de Santa Clara)
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