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jueves, 27 de noviembre de 2014
Editorialista de The New York Times visita el periódico Granma.
Londoño visita el Granma (+Fotos)
El
editorialista del New York Times Ernesto Londoño intercambió con
personal periodístico del Granma durante la tarde del lunes 24
Ernesto Londoño(a la
izquierda) en la Redacción Nacional de Granma junto a los periodistas
Lissy Rodríguez(a la izquierda), Karina Marrón, Sergio Gómez(al fondo) y
el Director del Periódico, Pelayo Terry.Foto:Juvenal Balán
Confieso que, con el ajetreo diario, había pensado no
escribir sobre la visita de Ernesto Londoño, editorialista del New York
Times (NYT), al periódico Granma. Pensé dejarle esa misión de contar
acerca de los intercambios con este redactor quizás a otro de los que
seguramente conversarán con él durante su visita a Cuba. Sin embargo,
tanta gente ha preguntado después de ver su twitter (@londoe), que
decidí aventurarme a resumir los principales temas sobre los cuales
compartimos criterios por espacio de dos horas.
Fue un diálogo diáfano, aunque se sabe que entre periodistas las
conversaciones siempre están acompañadas de esa especie de termómetros
personales o instintos, como quieran llamarles, con los que
constantemente estamos evaluando a nuestro interlocutor. Al menos es así
para mí. Uno está atento a las preguntas, la introducción de estas, el
tono… en fin, todas esas otras variables que intervienen en una
conversación y que sobrepasan las palabras. Londoño se me reveló
entonces como un entrevistador sagaz, un periodista al que admiré y del
que sin dudas aprendí esa tarde, por ser justamente la entrevista el
género que más “respeto”.
No tengo que decir que es una persona inteligente, de eso habla su
currículo y su juventud, pero sí creo que decirles de su cordialidad y
su serenidad, pueden traducirles un poco la imagen del periodista con el
que tuve la posibilidad de conversar, junto a otros cinco colegas del
Granma, entre los cuales estaba el director
.
Lo primero que nos preguntó fue sobre la encuesta que recientemente
se publicó en las páginas de nuestro diario y el modo en que los
resultados de esta pudieran incidir en las transformaciones del
periódico. Fue esa una oportunidad para explicarle los pasos que se han
ido dando para cambiar a nuestro querido “Yate” —como la nueva página
web, la apertura de los comentarios en ella y el trabajo en las redes
sociales— y también la decisión de continuar haciéndolo en el diseño de
la publicación impresa, los formatos de salida de la información y sobre
todo en los contenidos.
La encuesta es el momento final de un estudio de lectoría que resulta
vital para poder replantearnos las cosas sin hacerlo a ciegas: quiénes
nos leen, qué buscan, qué quisieran leer… En fin, pistas para no solo
imaginar sobre lo bueno o lo malo que estamos haciendo, sino tener una
idea más clara y cercana a la realidad.
Londoño indagó entonces por el modo en que nos reta hoy la pluralidad
de voces que existen en la red, incluso a pesar de la baja penetración
que tiene Internet en nuestra sociedad. Diversidad de sitios web y
publicaciones digitales, blogs e incluso las cuentas de twiter y
facebook, entre otras redes sociales, forman parte de ese pintoresco
panorama en el que la información ha dejado de ser un patrimonio
exclusivo de los medios.
Sobre ello dialogamos y compartimos experiencias de ocasiones en las
que las redes nos han servido como fuente primaria de información, o las
veces en que ha sido un blog quien ha destapado un asunto, en fin, la
competencia e interacción que naturalmente se va produciendo.
Darle mayor participación a la gente a partir de la publicación de
las cartas en las páginas de viernes, abrir el espacio a los comentarios
en la web, la realización de entrevistas online y su traslado luego al
impreso para que llegue la información a quienes están desconectados y
secciones como En twitter, han sido formas de convivir con el mundo
virtual; un camino en el que falta aún mucho por recorrer.
Y por supuesto, hablamos sobre el modelo de prensa cubano y sus
diferencias con el norteamericano, que al final es en el cual él ha
ejercido la profesión.
En lo personal dije al respecto que quien quisiera conocer las fallas
de nuestro modelo de prensa o del periodismo que hacemos en Cuba solo
tenía que leer las actas o resúmenes de los congresos de la Unión
Nacional de Periodistas de Cuba para saberlos. Más recientemente y con
un basamento científico sin lugar a dudas, está incluso la publicación
del libro del profesor Julio García Luis, el cual hace una disección de
la prensa cubana y los beneficios y perjuicios que han tenido para
nosotros las circunstancias internacionales, como la guerra mediática
que existe contra el país, y las internas, como las relaciones con el
Partido, las diferentes instancias del Estado y las fuentes
informativas.
Más allá de esto, las distancias siempre van a existir, pues en
primer lugar, se trata de la misión social en función de la sociedad a
la que se debe, y que es lo que hace que aquí pueda ser un motivo de
preocupación y reflexión en la prensa la música que escuchan los
jóvenes, mientras en otro lado meterse en esos asuntos puede verse como
una intromisión en las libertades de las personas.
Leyendo un ejemplar de Granma del viernes 21 de noviembre de 2014.Foto: Juvenal Balán
El diálogo fluyó en torno a los intereses del capital y su impacto
sobre las agendas de los medios en un modelo de prensa y el ejercicio de
la crítica y la investigación en el otro. Un momento en el que
compartimos puntos de vista y también mostramos que a pesar de las
lagunas profesionales, las ausencias y esa permanente carrera por
alcanzar desde la agenda mediática esa agenda pública cubana tan
diversa, polémica y profunda (no olvidar el nivel de instrucción del
pueblo cubano), nuestros medios no son tan mansos como nos presentan.
De los editoriales de NYT Londoño no dijo más de lo que ya ha
mencionado en otras entrevistas. Él es parte de una junta editorial que
cuenta con 19 miembros, se reúnen tres veces en la semana, proponen los
temas, debaten, se hacen preguntas… Este viaje a Cuba es parte de ese
trabajo de preparación necesario y conllevará encuentros con actores de
la sociedad tan disímiles como intelectuales, funcionarios
gubernamentales y blogueros.
Tomamos café mientras hablábamos, recorrimos nuestras modestísimas
redacciones y locales de trabajo, y hasta se llevó consigo un libro: De
la confrontación a los intentos de ‘normalización’. La política de los
Estados Unidos hacia Cuba, de los historiadores cubanos Elier Ramírez
Cañedo y Esteban Morales Domínguez.
La semana próxima pudiera haber una saga de esta historia, pero para entonces, prometo no esperar y escribir.
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