domingo, 7 de septiembre de 2014

¿Qué está pasando en la economía cubana?



cuba-economia

 Por: Ariel Terrero                                                                        


¿Qué le está pasando a la economía cubana? La inquietud es inevitable ante el 0,6 por ciento ganado por el producto interno bruto (PIB) en el primer semestre. En lugar de crecimiento, saldo tan esmirriado refleja estancamiento. 

 El Ministerio de Economía y Planificación confía en una leve mejoría para concluir el año con un avance en torno a 1,4 por ciento. Admite públicamente, de todas maneras, que la desaceleración anual supera la previsión de origen: era 2,2 por ciento, contra un cierre de 2,7 el año pasado.
Con el ajuste, el 2014 se anotaría un avance del PIB similar al del año más gris en década y media: el 2009, que cargó con las secuelas del trío de huracanes que peinó la tierra cubana a fines del 2008, justo cuando estallaba en Wall Street la crisis financiera que conmocionó al resto de mundo.
Para hacer más complicado un análisis hoy, el nuevo frenazo sobreviene cuando los cambios del modelo económico entran en una etapa singular, tensa y más compleja. A tres años y unos meses de iniciada, la reforma económica despliega medidas de mayor profundidad y alcance estructural, pero los beneficios demoran a escala de toda la sociedad. A la par, la crisis global abruma a socios importantes de Cuba y el bloqueo económico de Estados Unidos se ensaña, con puntería artera, contra las conexiones bancarias de nuestro país con el mundo.

En un intento por encontrar luz, Cubaprofunda encuestó a 12 eruditos, de varias instituciones académicas, con renombre cada uno en el estudio de la economía cubana.

De la complejidad del escenario actual hablan las divergencias de percepción y de opiniones de los entrevistados -doctores o doctoras todos en ciencias económicas- ante una pregunta única: ¿cómo interpreta usted el 0,6 por ciento del PIB en el primer semestre y el reajuste o recorte de la previsión anual?
Unos reconocieron que el resultado les tomó por sorpresa, mientras otros declararon que era previsible o lógico. No pocos se mostraron preocupados, pero tampoco faltaron expresiones de tranquilidad por parte de quienes consideran que es muy temprano para cosechar los beneficios de las transformaciones emprendidas en la economía.
Del torbellino de diferencias y honduras académicas, emergen también coincidencias y, sobre todo, pistas para comprender la coyuntura cubana y la reforma llamada Actualización del modelo económico.

Entrevistados.

Después de transcribir, leer y analizar casi tres horas de puntos de vista y percepciones de los doce economistas, Cubaprofunda optó por ofrecerlas en cuatro partes a partir de hoy, ordenados en un cuarteto de temas centrales:
  1. ¿Qué significa el 0,6 por ciento del PIB en el primer semestre?
  2. Obstáculos, frenos, causas del bajo crecimiento 
  3. Conexión con el proceso de Actualización del modelo 
  4. Apreciación sobre el futuro de la economía.
Sirva la lectura de estas opiniones, convertidas en debate por gracia y maña del periodismo, como grano de arena en la construcción del consenso social, imprescindible para el éxito de un proceso de transformaciones que enfrenta, inevitablemente, resistencias disímiles dentro y fuera de la nación.

¿Qué significa el 0,6 por ciento del PIB en el primer semestre?
Aunque varía el tono de alarma entre unos y otros, coinciden en que es una señal de alerta, como muestran estas primeras opiniones
.
Humberto Blanco, CEEC: La noticia nos sorprendió. Creo que nos preocupa a todos. Estamos ante una evidente desaceleración del crecimiento económico. En un contexto tan dinámico, de cambios y reestructuraciones de todo tipo, y en un entorno internacional adverso, es comprensible que el crecimiento económico se sostenga en un nivel discreto, pero que se sostenga. Sin embargo, el 0,6 por ciento, prácticamente no es crecimiento. Y la expectativa de 1,4 por ciento al final del año confirma que hay una desaceleración.

Anicia García, UH: El escaso crecimiento es una mala noticia. Pero nos preocupa no ahora, en este año específicamente, sino desde el 2008, que es cuando la economía se comienza a desacelerar. Llevamos más de 20 años con una situación difícil. Se han acumulado problemas que no tienen solución si no es a partir de un crecimiento económico mucho mayor.

Lázaro Peña Castellanos, CIEI: No es tan sorprendente el comportamiento del PIB. Puedo entender que había un estudio detrás de las previsiones, pero me parece que esos cálculos no se correspondían con la realidad, con el contexto actual de la economía internacional y, sobre todo, con la profunda necesidad de transformaciones de la estructura económica del país.

Hiram Marquetti, CEAP: Creo que para la opinión pública fue una sorpresa que el PIB del primer semestre tan solo llegara al 0,6 por ciento, sobre todo porque había algunos resultados positivos en sectores que desde hace más de 20 años son clave en la economía, como el turismo, que con sus limitaciones logró crecer en el número de visitantes en su etapa alta. No se cumplió el plan en la industria azucarera, pero sin lugar a dudas mejoró la producción. También se están ejecutando inversiones: en los servicios turísticos en Varadero, en el sector electroenergético para respaldar a la industria del níquel, y sigue en marcha el proyecto de desarrollo del Mariel, que sin dudas es una importante inversión. Otras actividades no muestran resultados tan alentadores pero progresan, mientras se expanden nuevas formas de organización empresarial, es decir, las cooperativas no agropecuarias. A esto habría que añadir las inversiones para reparar los daños que dejó el huracán Sandy en Santiago y Holguín y en menor medida en otras provincias.

A pesar de la sorpresa, un grupo de tendencias negativas han impactado en la economía sobre todo después del año 2008, en que Cuba tuvo que aplicar un mecanismo de default, o sea, no pudo honrar el volumen de obligaciones financieras externas acumuladas en ese momento, sobre todo por las pérdidas causadas por los tres ciclones de agosto y septiembre, equivalentes a alrededor del 10 por ciento del PIB. Esta situación se refleja de alguna manera en la dinámica actual de la economía.

Juan Triana, CEEC: Creo que es una señal de estancamiento de la economía cubana, lo cual para nada es bueno. Puede ser en cierta medida comprensible, si atendemos a que Cuba se maneja en medio de restricciones económicas muy fuertes tanto internas como externas. Pero también es una señal evidente de que todo lo que se ha hecho, y se ha hecho mucho, es insuficiente desde el punto de vista del propósito de que el país crezca y se pueda desarrollar.

Jorge Mario Sánchez, CEEC: En términos de cantidad, es un resultado magro, en condiciones difíciles, pero anémico. En cuanto a la calidad, sigue entrampado en viejas deficiencias que no se han resuelto. A cuatro o cinco años de lanzar el proceso de reestructuración más importante en la historia de la sociedad y de la economía durante la Revolución, todavía los resultados no están avalando los objetivos propuestos.

Francisco Borrás, UH: Crecer 0,6 por ciento es casi no crecer. Pero alguna gente recibe esa información con pesimismo y la vincula, injustamente, con la actualización del modelo económico cubano. Sería injusto sacar la siguiente conclusión: el PIB está creciendo poco porque vamos por mal camino o vamos demasiado lentos. Recuerda aquella idea de Raúl de que no debemos improvisar como otras veces. Tenemos que estudiar bien cada paso.

2- Obstáculos, frenos, causas del bajo crecimiento
La rigidez de la planificación asoma entre diferencias y coincidencias de los encuestados al opinar sobre trabas principales que arrastra todavía la economía cubana
¿Por qué la economía cubana no logra romper el ciclo de bajo crecimiento de los últimos años, agravado en 2014 como evidencian el 0,6 por ciento de incremento del PIB en el primer semestre y el 1,4 por ciento previsto para el año?

José Luis Rodríguez, CIEM: Los resultados del primer semestre de este año y las previsiones del año están reflejando factores externos, yo diría que con mucho peso, y también dificultades que arrastra la economía cubana en la gestión económica. La zafra dejó de producir un 12 por ciento del plan pero por suerte los precios se mantienen aproximadamente igual en el mercado internacional. Otra exportación importante, la producción de níquel, también está muy afectada, aunque los precios han subido. Y el turismo, que no aumentó prácticamente el año pasado, se planteó una meta muy fuerte este año: crecer más del 10 por ciento en el número de visitantes, pero solo está obteniendo un 5 por ciento. A la par, nos golpean alzas de precios de importaciones como el petróleo. En los alimentos, han subido casi todos, como los frijoles y el arroz, mientras la leche en polvo se mantiene muy alta. La factura de los alimentos va a ser mayor de lo previsto.
Este año, además, se ha incrementado la presión del bloqueo norteamericano, especialmente en lo referido a la penalización de instituciones financieras que hagan negocios con Cuba.
Todos estos factores, unido a problemas internos en la gestión económica y en la terminación de inversiones, son los que han dado este resultado

Aleida González-Cueto, CEEC: Estamos lentos. La actividad inversionista es lo que está atrasando el crecimiento.

Ricardo Torres Pérez, CEEC: Ciertamente, concurren factores que no estaban presentes antes: una crisis económica internacional con impacto en Cuba, que es una economía muy abierta y lo va a seguir siendo. Pero creo que esos resultados se deben mayormente a nuestras propias insuficiencias, a las debilidades estructurales que ha acumulado la economía cubana durante muchísimo tiempo.
Es un mal que responde a causas profundas, de difícil modificación, que requieren en muchos casos, y es lo que defendemos, de medidas más audaces, más coherentes, de mayor alcance. Por supuesto, la maduración de esas medidas tomará también un tiempo, antes de que puedan impactar positivamente en esa dinámica de crecimiento.

Oscar Fernández Estrada, UH: En estos momentos uno de los principales obstáculos para el crecimiento de la economía cubana son los mecanismos tan verticales y administrativos de asignación de recursos. ¿Por qué no crece la agricultura, por ejemplo, si se le destinan recursos? El problema es de oportunidad. El insumo tiene que llegar oportunamente, si no, no sirve de nada. Al final del año, qué tienes: gastaste en importaciones, pero no impactan en el crecimiento.
Las previsiones que se hacen son planes muy rígidos, que suponen comportamientos que no se controlan del todo, ni por el Ministerio de Economía, ni por las grandes empresas. Al proponernos metas muy estrictas, sin variantes ni alternativas, cualquier pequeña variación, o si algo no se comporta como previmos, cosa normal, entonces se traban muchas cosas y los planes no se cumplen.
Con las nuevas resoluciones asociadas a las directivas del Plan 2014, hay una categoría, el encargo estatal, que es lo que la empresa se compromete a producir por solicitud del Estado. Pero implica casi el 100 por ciento de la capacidad productiva de la entidad. Si no avanzamos resueltamente para reducir el encargo estatal para permitir que la empresa destine una mayor parte de la capacidad productiva a ventas por acuerdo, en función de la oferta y la demanda, va a seguir siendo un mecanismo de decisión vertical. Hay que reducirlo para dejar que la empresa organice su canasta de insumos, sin mediar una asignación central, y que venda sus producciones, sin necesidad de que pasen también por un mecanismo central predeterminado.
 Lo que se conoce en Cuba como planificación, más que un mecanismo eficaz o eficiente de asignación de recursos, es en estos momentos uno de los principales obstáculos al crecimiento.
 
Anicia García, UH: Es muy difícil crecer y que una economía sea sostenible a largo plazo con una tasa de inversión tan baja como la que tiene Cuba: apenas un 10 por ciento del producto interno bruto. La inversión es la que nos permitiría mantener lo que tenemos, crecer, modernizarnos, generar exportaciones, penetrar nuevos mercados, desarrollarnos.
También es importante que el PIB crezca para aliviar tensiones en el nivel de consumo, que se ha resentido mucho en los últimos años.

Hiram Marquetti, CEAP: La economía cubana ha persistido desde hace un tiempo en aplicar medidas procíclicas, es decir, de restricción del gasto. Hemos insistido en reducir sobre todo el gasto de importaciones, que tiene un límite cuando no hay respuesta del sector productivo nacional: que se encuentra descapitalizado en un porcentaje significativo y acumula grandes deudas desde el punto de vista de inversiones. Y esto, lógicamente, se refleja en los resultados. La restricción de los gastos también ha sido fuerte en las inversiones.
A mi modo de ver, estas políticas restrictivas se manifiestan con mucha fuerza en la planificación, en la asignación de recursos. Con el plan se han aplicado medidas homogeneizadoras, que no respaldan de manera efectiva u oportuna aquellas actividades que son realmente dinamizadoras de la actividad económica.

Omar Everleny Pérez, CEEC: Mientras el obrero siga ganando un salario que no le garantiza la adquisición de bienes y servicios necesarios, ni hay motivación por el trabajo ni la productividad puede ser óptima. Eso se arrastra en todas las esferas de la economía y explica un poco el 0,6 por ciento del primer semestre.
Otra limitante del crecimiento económico en Cuba está en la demanda interna, el consumo interno. El desarrollo necesita de un mercado interno. Y no tenemos ese soporte. Primero, porque no hay capacidad adquisitiva, y segundo, porque no tenemos productos, ni calidad en la producción. Casi todo es importado y ocurren desabastecimientos de bienes importantes. Por consiguiente, el comercio minorista, que también contribuye al crecimiento, disminuye
.
Jorge Mario Sánchez, CEEC: Aunque han comenzado profundos cambios en el marco legal, en la parte normativa, en la institucional y se ha iniciado un proceso, tímido aún, pero importante, estratégico, de descentralización, todavía no se expresa en un cambio de la calidad del crecimiento, ni en alcanzar ritmos que sean realmente sostenibles. Sigue siendo un avance sobre la base del endeudamiento. Por un 1 por ciento que crece la economía cubana, la deuda tiende a crecer de 2 a 3 veces, fundamentalmente la de tipo comercial. Si no cambiamos los fundamentos del crecimiento, la calidad de ese indicador mantiene un síntoma de deformación crónica que no acaba de ser resuelta.
Reducimos las normativas para las empresas a siete indicadores; excelente. Pero reproducen viejas prácticas de la planificación centralizada con otro lenguaje, con otros instrumentos. Seguimos entrampados en los factores inerciales. El cambio de mentalidad, el cambio de instrumentos, es precisamente cómo hacer las cosas de una manera diferente para no replicar mecanismos y hábitos que ya fracasaron.

Lázaro Peña Castellanos, CIEI: No se trata solamente del diseño y ejecución de las políticas económicas, sino también de cómo se controlan, con la participación del pueblo y de los trabajadores. Creo que las estructuras del Estado y del gobierno necesitan una modificación que tenga en cuenta estas cuestiones. Es una necesidad del proceso y de la dinámica misma del desarrollo. Son problemas que todavía perduran y deben ser vencidos para lograr no solo diseño de políticas, sino capacidad para que esas políticas se conviertan en realidad.

3- Conexión con la Actualización del modelo económico
No todos los encuestados catan de igual manera los cambios de la economía cubana, pero coinciden en que lo más importante aún no ha llegado.

Ricardo Torres, CEEC: Las cifras macroeconómicas del 2014 no se pueden ver aisladas, sino como continuación de una tendencia sostenida durante por lo menos los últimos seis años, que se inserta a su vez dentro de un ciclo aún mayor de crecimiento insatisfactorio del PIB. Pero las más recientes, a partir del momento en que empiezan los cambios con el gobierno de Raúl, indican que las medidas implementadas no han sido suficientes para cambiar la dinámica de crecimiento y el pobre desempeño económico del país.
Algunos factores comienzan a ser modificados con la Actualización del modelo económico. Uno evidente es la Ley de Inversión Extranjera, que trata de cambiar este ciclo perverso de bajas tasas de inversión de los últimos 25 años. Ninguna economía que aspire a un crecimiento alto de manera sostenida en el tiempo, puede mantener los niveles de inversión que tiene Cuba en la actualidad, de alrededor del 10 por ciento del PIB anualmente. Otro paso es el avance hacia un esquema cambiario y monetario que permita identificar cuáles son las ventajas competitivas de la nación, mejorar la asignación de recursos y hacer más transparente las transacciones económicas. Va a ser una contribución sin dudas extraordinaria, clave para avanzar más rápido.

Anicia García, UH: Al proceso de actualización le ha estado faltando un componente fundamental, la reforma de la empresa estatal socialista. Hemos hablado sistemáticamente de que es el eslabón fundamental de la economía, pero para que pueda serlo hay que repensar el sistema de gestión de la empresa estatal y quitarle trabas administrativas y burocráticas que lo entorpecen. Esa reforma comienza ahora, a tres años de aprobación de los Lineamientos. Se ha retrasado mucho. Yo comprendo que hay peligros, riesgos, pero hay que asumirlos. Porque más peligro y más riesgos tiene la acumulación de problemas sin solución y acumular tres o más años de escaso crecimiento económico.
En el sector agropecuario se han hecho muchas cosas, pero faltan medidas decisivas para ver resultados. Por ejemplo, la apertura de un mercado de insumos. Los mercados de distribución, como los tenemos diseñados hasta ahora, lejos de fomentar competencia y mayor producción, están haciendo todo lo contrario. Y eso también es un problema importante.

Humberto Blanco, CEEC: El proceso de implementación de los lineamientos ha tenido logros y crecimiento en algunos sectores, pero todavía la solución está lejos. Asistimos a un decrecimiento de la industria manufacturera, con excepción de la biotecnología y la industria farmacéutica. Eso nos está enviando señales claras de que, a pesar de los avances y de todas las medidas en curso, probablemente tengamos que pensar en medidas nuevas, adicionales, en otras direcciones, para desatar de veras los nudos que mantienen atadas las fuerzas productivas y que ha sido una de las claves del proceso, como ha dicho públicamente la dirección del país: liberar las fuerzas productivas. Estamos hablando de riquezas, de producción material, de servicios, que están deprimidos, en un contexto internacional relativamente desfavorable que no va a cambiar.
 Son procesos complejos. Pero hay un factor, el tiempo, que debemos considerar muy en serio.
 
Omar Everleny Pérez, CEEC: Cada una de las medidas que se han ido tomando mantiene la men
talidad centralista. La mitad de las cooperativas aprobadas no está funcionando todavía. ¿Por qué? Porque han tenido problemas en su mundo como lo tiene la empresa estatal. Entonces, no es un problema del tamaño ni de la forma de propiedad, es un problema de cómo está estructurado el sistema. En la agricultura se han tomado decenas de medidas y todavía no hay producción.
Hay voluntad de cambio, pero a la hora de los hechos, las instituciones no ven al sector no estatal como un componente verdadero del desarrollo.
Ya llevamos tres años y unos meses implementando Lineamientos y al final de la cadena, el cliente, el trabajador, no ve resultados.

Oscar Fernández Estrada, UH: Mi impresión es que las medidas que hemos tomado no están dirigidas todavía a potenciar, a destrabar, las fuerzas productivas y a potenciar, por tanto, el crecimiento de la economía. Todo lo hecho hasta el momento ha tenido que ver con un cambio en las reglas de juego, un cambio en la forma de organizarse y funcionar los agentes de la economía, pero todavía no está consolidado ni siquiera ese nuevo paradigma de reglas del juego.

Francisco Borrás, UH: Hasta ahora las medidas han estado enfocadas fundamentalmente hacia las nuevas formas de gestión: el cuentapropismo y, de manera muy incipiente, el desarrollo de cooperativas. Al sector empresarial estatal, que es el que tendrá impacto realmente en el crecimiento del PIB y sobre el desarrollo próspero y sostenible, no se le pueden pedir frutos todavía porque acaban de salir ahora las normativas que apuntan a su transformación.
Tampoco está implementada aún, por ejemplo, la unificación monetaria y cambiaria. No va a resolver el problema, pero es un factor que puede coadyuvar a que las empresas sientan el peso de la ineficiencia e ineficacia, o se estimulen verdaderamente cuando son eficientes y eficaces.

Aleida González Cueto, CEEC: La Actualización del modelo económico es un proceso muy complicado. Es una realidad. Estamos ante una acumulación de errores, sistematizados y durante mucho tiempo repetidos. Hace mucho que todo el mundo sabe dónde están los problemas, pero si eliminas uno, caes en otro y caes en otro. Ocurre con pasos como la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria. Cuando planificas y vas a ejecutar uno, te das cuenta de que hay problemas que no permiten hacerlo en el momento en que se quiere. Eso lo atrasa y a la vez se van atrasando los demás pasos.

Juan Triana, CEEC: Sería necesario repensar la reforma empresarial que recién comienza, porque lejos de promover una mayor descentralización, puede generar una nueva centralización de decisiones fundamentales: las está moviendo de las unidades donde se realiza la producción y los servicios hacia entidades, las OSDEs (Organización Superior de Dirección Empresarial), que tienen una función administrativa y de control. Estamos repitiendo esquemas e instituciones que conocimos en Cuba hace prácticamente 40 años y fracasaron.
Habría que expandir también el marco institucional y legal de los pequeños negocios privados y de las nuevas cooperativas. Son procesos todavía sumamente discrecionales en el caso de las cooperativas; inducidos muchas veces. La dinámica del sector de los trabajadores por cuenta propia ha demostrado hasta ahora que pueden ser funcionales a los propósitos de la economía socialista. Si se les dieran un mayor espacio, sobre todo en actividades productivas, y no de servicios única y exclusivamente, podrían contribuir a expandir el empleo y al crecimiento económico y, quizás, podrían ser una contribución más a las exportaciones y a la sustitución de importaciones.
No solo es un problema de desatar nudos, sino de crear nuevas oportunidades en función del crecimiento económico y el desarrollo del país.

4- Miradas al futuro de la economía cubana
Los entrevistados observan lentitud en los cambios, pero reconocen el inicio reciente de medidas que pueden tener mayor impacto sobre la economía.

José Luis Rodríguez, CIEM: Es necesario avanzar más rápidamente en la solución de una serie de problemas de descapitalización que tiene la economía y, particularmente, la agricultura.

Jorge Mario Sánchez, CEEC: Avanzamos desde una sociedad muy homogénea y vertical, con una visión cultural -tanto institucional como a nivel de toda la sociedad- de que el Estado es el único actor que debe y puede acaparar funciones, hacia una sociedad donde tienen cada vez más importancia los elementos complementarios, que apoyan y en algunos casos sustituyen al Estado.

El sector cooperativo y el privado asumen un rol creciente y es muy importante romper con estereotipos de que privado es antagonista del Estado o una negación del carácter socialista. El sector privado cubano se inserta en un contexto socialista para satisfacer objetivos de la sociedad. No niega los beneficios, la propiedad privada, pero los pone en función de la sociedad. Lo mismo es aplicable a la cooperativa como forma intermedia de propiedad.
Con el sector cooperativo y privado marchamos hacia un cambio de concepción acerca de la estructura de la sociedad. Por tanto, deben cambiar las visiones e instrumentos para normar la actividad de estos sectores. Menos reglas, más autonomía y más centrado en los principios, con un entorno flexible.

Juan Triana, CEEC: Este proceso, que ha sido paso a paso, y ha permitido ampliar los horizontes de la economía nacional en términos de actores, está necesitado de políticas más contundentes que promuevan el crecimiento económico.

Una parte importante de esas políticas, al menos tres, acaban de comenzar. Una es la aprobación de una política para la inversión extranjera directa, que incluye la Zona Especial de Desarrollo Mariel. La otra, el inicio de un proceso de reestructuración de la empresa estatal cubana, que en definitiva es el grueso, quizás el 85 por ciento, de la economía nacional. Y la tercera, anunciada desde finales del año pasado, es el programa de unificación monetaria. Esas tres medidas tienen un carácter estructural profundo, y deben tener impactos importantes en los resultados futuros de la economía nacional.

Pero si el país quiere, si nosotros queremos, si el gobierno quiere, caminar hacia un desarrollo y una sociedad socialista, sustentable y próspera, tendremos que pensar profundamente en implementar nuevas medidas que permitan crear nuevas oportunidades y expandir las capacidades productivas del país.

Ricardo Torres, CEEC: Cuba ha dado pasos importantes para desatar las fuerzas productivas desde el punto de vista de las formas de propiedad. Se le han abierto espacios al sector privado, al sector cooperativo, pero todavía con muchas limitaciones para crecer, desarrollarse, ganar en eficiencia y en productividad. Están confinados a actividades muy básicas, de bajo valor agregado. Y es una contradicción porque no aprovecha el activo más importante que tiene Cuba para su desarrollo, y que tendrá durante muchos años: la calificación de su fuerza de trabajo.

Hiram Marquetti, CEAP: Yo creo que el proceso va a dar resultados. Estamos en un momento complejo. En el próximo congreso del Partido se hará un balance del despliegue de los Lineamientos, y la etapa crítica del proceso comenzará entonces porque ya habrá madurado un grupo de medidas y se habrán ejecutado transformaciones funcionales y algunas de tipo estructural de peso, pero en el orden social lo más complicado es construir consensos hoy con factores que la gente no ve todavía.

Aleida González Cueto, CEEC: A mí lo que me da un poco de optimismo es que se han encontrado los hilos de la madeja, es decir, por dónde empezar. El proceso va bien, pero la realidad pone trabas que lo han ido atrasando más de lo planificado y, por supuesto, mucho más de lo que uno desea.
  Se tendrán impacto en el corto y mediano plazos. En vías de implementación están medidas principales, desde la unificación monetaria hasta el cambio en la concepción del precio. Una de las que más puede dinamizar la economía es el cambio en el paradigma de los precios. Hoy están anclados a los costos. Mientras mayor el costo, más alto el precio. Con la unificación monetaria y las nuevas estrategias de precios, el costo va a ser una variable del precio y las empresas empezarán a preocuparse más por ser eficientes, competitivas, que hoy no lo tienen como prioridades.

Es como un avión que está calentando los motores ahora, cogiendo pista. No le vas a medir que no coge altura; no, por supuesto, está calentando los motores. Pero cuando la Actualización del modelo despegue, pienso que lo hará como los aviones, con fuerza, hacia arriba. Soy optimista.


(Tomado del blog de Ariel Terrero y Dixie Edith, Cuba Profunda)

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