En Cuba, las causas de la migración, con excepción de la primera oleada de emigrantes comprometida con el régimen de Batista y los intereses del gobierno de Estados Unidos, son las mismas que impulsan la movilidad transfronteriza de millones de personas en todo el mundo.
Están asociadas a los enormes desafíos que enfrenta la humanidad, derivados de la polarización de la riqueza que ha profundizado la brecha entre los países del llamado Sur geopolítico y aquellos que concentran los mayores recursos, el acceso privilegiado a la información, el conocimiento y la tecnología, como resultado del saqueo sistemático y acumulativo de las riquezas naturales y humanas de los países que hoy son los principales emisores de migración internacional. Esas causas, en el mundo globalizado de hoy, no respetan fronteras.
Como en la mayoría de los países emisores de nuestra región, los cubanos emigran por causas económicas, razones familiares y otras motivaciones personales, asociadas a factores histórico-culturales, vinculados a la tradición migratoria cubana que está en la raíz misma de la conformación de nuestra nación.
La migración cubana está distribuida por todos los continentes y se inserta en las principales tendencias migratorias internacionales.
La mayoría de los cubanos radicados en más de 150 países mantienen vínculos normales con sus familiares en Cuba y tienen posiciones de acercamiento y respeto a su patria.
Aumentan a cifras récord sus visitas al país y la duración de su estancia en el exterior depende cada vez más de los niveles de satisfacción de las expectativas que alcanzan en las sociedades receptoras y del logro de una situación migratoria que les permita la movilidad.
La distribución de la migración internacional cubana está relacionada con la vecindad geográfica, la proximidad cultural y lingüística con los países receptores, la tradición migratoria y los rasgos que históricamente han conformado los más antiguos asentamientos de cubanos en el mundo.
Se relaciona también con las características de las relaciones oficiales, el volumen y la naturaleza de la presencia cubana en el extranjero, los contactos e intercambio de viajeros.
Sin embargo, la política migratoria implementada por Estados Unidos para Cuba ha alterado la composición, fluidez e intensidad de la migración cubana y ha modificado su distribución geográfica, pues las redes criminales que manejan el tráfico ilícito de migrantes han provocado el tránsito de cubanos por terceros países, que se ubican en una posición estratégica en los caminos de la migración hacia Estados Unidos.
Hoy, cerca del 85,7 % de los cubanos radicados en el exterior viven en Estados Unidos. El 77 % de ellos se concentra en el sur del país, y más de dos tercios —el 68 %— están radicados en la Florida, donde representan el 6,5 % de la población total del Estado y constituyen el mayor grupo de origen hispano.
Los programas de inmigración que mantiene Estados Unidos le permiten seleccionar las características de los migrantes cubanos de acuerdo con sus intereses durante el proceso de otorgamiento de visados.
Así por ejemplo, condiciona y favorece el otorgamiento de visas por el Programa de los Estados Unidos para Refugiados (United States Refugee Program) a aquellos cubanos que muestren suficientes "méritos" en su actividad contrarrevolucionaria como elemento para estimular su labor de desestabilización interna.
De igual forma, privilegia la emigración de las personas más calificadas, de modo que más de la mitad del millón de cubanos que llegaron a la Florida después de 1990 poseen indicadores de instrucción superiores a otros grupos hispanos.
Un ejemplo de ello es el Programa de Profesionales Cubanos de la Medicina Bajo Palabra (Cuban Medical Professional Parole Program), que fue creado durante la presidencia de George W. Bush en agosto del 2006, para promover la emigración de personal médico cubano, desde terceros países y que ha continuado bajo el gobierno de Obama.
Con fines meramente políticos, el Programa se propone desacreditar y entorpecer la colaboración médica cubana con países amigos y profundizar la afectación que ya produce el bloqueo económico sobre un sector estratégico para el país. Pretende utilizar en su juego político a profesionales de reconocida calidad científica y humanismo, que desempeñan una labor de alta sensibilidad y valor para la población, a los que luego de ser atraídos por la propaganda, se les obstaculiza continuar su práctica profesional.
Así, el fenómeno, sustentado nuevamente en la Ley de Ajuste Cubano, es un caso clásico de robo de cerebros, que ha sido calificado por sus efectos como "flujo fatal" y denunciado por otros países afectados y organismos internacionales, como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La concepción del desarrollo en la Cuba revolucionaria ha estado fundamentada en la integración de lo económico y lo social, sobre la base de la educación y la formación de capital humano.
El lugar que ocupa el tema migratorio en la política de hostilidad de Estados Unidos hacia Cuba, su uso como instrumento para manipular sentimientos y aspiraciones humanas en función de sus intereses y objetivos, obliga al Estado revolucionario a protegerse y encontrar formas para preservar los recursos humanos calificados, imprescindibles para el desarrollo del país.
Evaluado así, el tema mantiene una significación humana, cultural-identitaria, pero también socioeconómica, política y de defensa para Cuba.
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