Se dicen cubanos, pero quieren amo.
Llegan a la ridiculez de votar simbólicamente por un presidente para
Estados Unidos sin el menor pudor, sin una hojita de parra para sus
cacareadas intenciones de patriotismo. Eso volvió a suceder en la noche
de este 6 de noviembre. Ridículo mundial. Triste papel que les asignan
sus pagadores.
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