Elecciones en Cuba.
Por: José Miguel Vázquez.
Como matancero y cubano acabo de ejercer mi derecho al voto aquí en mi ciudad, que fue la primera en 1974 en instaurar los órganos de Poder Popular en el país.
Recuerdo aquél memorable día, fue realmente una experiencia inolvidable porque por vez primera el pueblo votaba de manera distinta a como se hacía en Cuba antes del triunfo de la Revolución.
Antes de 1959, recordaba siendo muchacho, como los postes, y paredes allá en mi natal Colón, se inundaban de pasquines electorales, con fotos, lemas y falsas promesas de los politicos de entonces.
Aquellos "colegios electorales" parecían trincheras, llenas de soldados con casco y armas largas
¡Vota por fulanito para alcalde, y verás las calles arregladas, agua las 24 horas del día, y la salud garantizada!, decían mas o menos aquellos letreros. Era realmente asqueante ver aquello, pero acostumbrados al fin a tanta mentira casi nos acostumbramos.
Pero llegó la Revolución en 1959, que barrió con oda aquella podredumbre existente en el país, en el que hasta los muertos votaban, y de golpe y porrazo se acabó el que los sargentos políticos se apropiaran de las cedulas electorales, y que terminaran las amenazas de los políticos que te advertían que si no votabas por ellos quedarías cesante como empleado público.
A propósito en más de una ocasión tanto mi Papá como mi mamá, quedaron cesantes en sus puestos de empleados en salud y en el correos del pueblo, tan solo porque a determinado político le convenía poner en su lugar a gente que le eran incondicionales..
Estas cosas hay que recordarlas, para saber a ciencia cierta la desverguenza humana que rodeaba la política de aquél entonces.
Pero aquél año 1974, todo fue distinto, el pueblo votó por vez primera por su delegado a la Asamblea Municipal de Gobierno, candidato surgido no por la decisión de algún partido, sino por la sabia elección del pueblo que depositaba en sus más laboriosos y capaces ciudadanos toda su confianza.
Desde entonces y hasta nuestros días, siempre ha sido así. Nuestras elecciones son limpias, transparentes, donde nuestros candidatos solo los avala su trayectoria, su capacidad y su honestidad. Donde solo sus biografías le dan a los electores los elementos de juicio necesarios para saber cuál es el mejor y el más capaz.
Contrariamente a casi todos los países del mundo, donde los candidatos son personas ricas, adineradas y de grandes recursos económicos, aquí en Cuba los candidatos son gente pobre, humilde, cuya riqueza solamente emana de su conducta ciudadana y su prestigio laboral o profesional.
Que nadie se llame a engaño, así son las elecciones en Cuba, totalmente distintas a otros lugares.en que solo el dinero, el poder y las influencias determinan los que ocupan los cargos públicos.
Acaso alguna vez ¿alguien ha resultado elegido alcalde, representante, senador o presidente en Estados Unidos que no sea millonario ? Eso está por ver y creo que nunca lo veremos.
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