Por: José Miguel Vázquez.
Susana Pérez comenzó a ser realmente conocida en Cuba con la famosa " Martín perdida en el bosque" de Rosas a Créditos, a partir de ahi surgió como flor de un bello jardín en Sol de Batey, Teresa Rakin, El año que viene, las Impuras, Las huerfanas de la Obrapía y el Balcón de los Helechos por solo citar algunas de sus novelas más logradas.
Susana pérez, actriz, presentadora, y hasta locutora, se ganó el reconocimiento y cariño de nuestro pueblo por su fino y exquisito arte, y un talento natural que le surgía por los poros
Estuvo en la radio, y además de la televisión hizo cine en que también demostró su extraordinario arte.
De Susana pudieramos estar hablando largo rato y decir muchas cosas, personalmente nunca tuve tratos con ella, aunque en cierta ocasión la vi en una calle del Vedado, y dije para mi " Es asombrosamente bella".
Tanto caló en el gusto y la preferencia del público que como resultado de su trayectoria artística se hizo merecedora de los siguientes reconocimientos:
Distinción por la Cultura Nacional. Sello como trabajadora laureada de la Cultura. Seis Girasoles Opina de la Popularidad. Premio Caricato en teatro por El Duelo. Premio Caricato en televisión por su actuación las Huérfanas de la Obrapía. Premio Caricato en televisión por el Teatro Clase Magistral. Premio especial Caracol en tgelevisión por la locución en Hurón Azul. Premio Caracol en Guión por el Gris posado en la mirilla. Mención Caracol por el cuento Sofía y el Angel. Mención especial Caracol por su actuación en cine en la película " Clandestinos" Premio Cine Plaza por el Gris Posado en la Mejilla. Premio Cine Plaza por su actuación en Clase Magistral
Sin embargo un buen día prefirió darle las espaldas a todo ese dorado Curriculum alcanzado en su carrera para irse a refugiar en el sórdido mundo de Miami.
Lo demás lo pueden cumplimentar con " Miami no cree en Lágrimas".
Un día Susana Pérez dijo haber querido tener algunas de las cosas que caracterizaban a María de los Angeles Santana, Rosita Fornés,Maritza Rosales,Aurora Pita, Margarita Balboa,Candita Quintana y Gina Cabrera a quienes tuvo como patrones. Las anteriores personas mencionadas, viven en el corazón de los cubanos , Susana Pérez en cambio, se lamenta y llora en silenció por haber abandonado su patria, sus compañeros de labor, y a su pueblo que mucho la quiso, pero que ya la va olvidando.
Miami tampoco cree en lágrimas
Edmundo García*
Era algo que conocía pero no había comentado por pudor; sin embargo, la periodista Rouslyn Navia Jordán lo hizo público el pasado miércoles 29 de febrero en un artículo para el periódico matancero Girón, titulado “Susana Pérez en los Estados Unidos
¿Una historia de sueños logrados?”. La periodista se refiere a la amarga entrevista que la actriz
cubana ofreció a la mal llamada emisora Radio Martí a comienzos de año. No me voy a extender sobre su contenido pues lo ha resumido de forma inmejorable.
Solamente quiero recordar que Susana Pérez dice que extraña a su público cubano en la isla, su
presencia en la Televisión Cubana y el teatro de buena calidad, donde no hay que decir palabrotas o desnudarse por capricho del mercado sino por exigencias del arte.
Pero Susana Pérez no es la única figura de primera línea de la cultura cubana que se ve obligada a trabajar fuera de su especialidad artística en Miami; o dentro de la misma, pero en niveles
inferiores a los que merece, tanto por trayectoria como por nivel de competencia. Si es que en Miami puede hablarse siquiera de una competencia capitalista según estándares norteamericanos nacionales.
Susana Pérez declara a dicha emisora que estaba administrando una clínica de belleza. Cualquiera puede verla además fuera de horarios de programación regular recomendando cirugías e implantes para mantener un rostro hermoso y otras vanidades. Administrar y anunciar no tiene nada de malo; lo peligroso es, como le dijo Manolín a Carlos Manuel cuando este abrió una discoteca (que al final cerró casi de inmediato), que los artistas no nacieron para eso, ni vinieron al mundo, y se supone que tampoco a Miami, para que solo ocasionalmente se ocuparan de su arte.
Excepto un caso que conozco bien, el del actor Reinaldo Miravalles y su esposa, que llegaron a
Miami en busca de calor familiar porque aquí reside su único hijo, el resto se quedó fuera de Cuba
confiando en que alcanzarían la cima del “star sistem” de los EE.UU. Esa es la verdad. Una verdad que más temprano que tarde se les convierte en una pesadilla difícil de reconocer y aceptar.
La misma Susana Pérez confiesa que en sus años en Miami ha trabajado en una sola obra que le interesó artísticamente. Se refiere a “Conversación en la casa Stein sobre el ausente señor von Goethe”, que ya había hecho en Cuba siempre a teatro lleno y que a pesar de la buena voluntad de producirla en Miami, tampoco encontró en esta ciudad un público preparado para apreciarla en su justo valor.
En Miami, a pesar de las buenas intenciones, acaba imponiéndose el mal gusto y la chapucería.
Decenas de valores de la cultura cubana y otros muy conocidos en los medios de difusión, han visto minimizadas sus expectativas profesionales. Entrelas figuras populares y famosas en los medios cubanos que han llegado a Miami y conocido una experiencia como la de Susana se encuentra Mirta Medina, quien tuvo que poner y trabajar un pequeño cabaret restaurante que también cerró. El gran actor Reinaldo Miravalles ha laborado como sereno o CVP en mercados de Miami y la vedette Annia Linares maneja una pequeña peluquería para perros.
Cualquiera podría decir que eso no es ningún problema, que todo trabajo si es honesto es bueno.
Y es verdad, pero sucede que eso solo lo dicen aquí de dientes para afuera. En Miami existe una
discriminación clasista impuesta por la vieja burguesía antipatriótica cubana, que se burla en
cada banquete en el Biltmore y el Big Five de los traspiés de los llegados en los últimos tiempos. No entienden, y de paso se mofan, de la música y el arte que traen los artistas
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