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sábado, 24 de marzo de 2012
Mientras el Papa llega, algo de Matanzas.
A 100 kms de La Habana, Canímar Abajo: campismo, cementerio y tesoro arqueológico
Por Giselle Rodríguez Martínez (estudiante de Periodismo)
Canímar Abajo es mucho más que un campismo. Es uno de esos lugares donde confluyen historia y naturaleza con belleza, pasión y misterios, en aparente casualidad.
Un hermoso valle fluvial con pendientes abruptas, flora y fauna de río y mar, brisas, protección y seguridad…No es casual que estuviera habitado desde hace más de setenta siglos.
Leyó bien: 7 mil años, y hasta más. Así empieza la historia de lo que debe haber sido, el mayor capital de un lugar que parece tenerlo todo.
Además de sus valores naturales que le valen la condición de área protegida, Canímar fue declarado Monumento Nacional en 2010. En las márgenes del Río han encontrado evidencias arqueológicas que demuestran la presencia de distintos grupos aborígenes en el área.
Ceramistas hacia la desembocadura, guerreros que enfrentaron al conquistador, el amor del cacique Canimao…inspiradores de hipótesis y leyendas. El sitio atrae la atención de escritores, poetas, espeleólogos, exploradores y turistas. Y según el Doctor Ercilio Vento Canosa, historiador de nuestra ciudad, sorprende lo mucho que aún puede encontrarse en Canímar.
No obstante, el hallazgo más significativo comprende un enorme cementerio al aire libre de apenas 2,5 por 30 metros.
Para aprovechar los favores del paraje y pensando que la arqueología no tenía más que buscar, la base de campismo fue inaugurada hace treinta años, para beneplácito de los matanceros, sin sospechar que estaba literalmente sentada sobre dos centenares de esqueletos aborígenes.
Sus trabajadores lo descubrieron por accidente, y así despertó el interés de varias instituciones que han trabajado en el sitio durante las últimas décadas. El Doctor Roberto Rodríguez Suárez, investigador auxiliar del Museo Montané de la Facultad de Bilogía de la Universidad de La Habana, lidera el proyecto Aportes a la Arqueología y la Antropología en Cuba y las Antillas: Sitio arqueológico Canímar Abajo, premiado por la Academia de Ciencias en 2009.
Además, participa la Oficina del Historiador de la Ciudad, la dirección provincial de Patrimonio, el Instituto Cubano de Antropología del CITMA, la Sociedad Espeleológica de Cuba, el Museo Nacional de Historia Natural, y el Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museología, y otras.
Las pruebas practicadas a los huesos por el método del carbono 14 arrojaron una antigüedad de hasta 7mil 600 años. De esta manera, se perfiló como el asentamiento más antiguo de la Isla, y algunos estudios sugieren que pueda serlo incluso en todas las Antillas Mayores.
En cualquier caso, resulta muy significativa la interpretación que del hallazgo puede hacerse. El Dr. Vento recalca que es esta la vertiente más valiosa de la Arqueología: la que permite reconstruir las formas de vida, a través del objeto encontrado, tenga o no valor museable.
En ese sentido, cuentan asombrosos descubrimientos que vinieron a contradecir conjeturas extendidas entre los científicos. Por ejemplo, teniendo en cuenta la riqueza del ecosistema fluvial, pensaban que este constituía el principal sustento; sin embargo, un estudio paleopatológico demostró la inesperada razón de que esos aborígenes cultivaban grandes cantidades de vegetales, incluyendo el maíz.
Asimismo, el Doctor Carlos Arredondo Antúnez informa que habitantes de otras localidades fueron trasladados al área para su enterramiento, aunque se desconocen las connotaciones que este hecho puede tener.
El Dr. Vento Canosa, que es también médico legista y presidente de la Cátedra de Paleopatología de nuestra Universidad de Ciencias Médicas, señala evidencias de sífilis precolombina, muy frecuente entre la población autóctona, para rectificar la creencia de que fueron los españoles quienes trajeron la enfermedad al Nuevo Mundo.
Esa información y otras serán ampliadas en esre mes de marzo, con la apertura de la primera sala cubana de paleopatología, en el Morrillo.
Las instituciones con intereses y presupuesto para atender la zona no deben descuidar la visión de lo que viene a ser su principal atractivo cultural y hasta turístico, yendo más allá de su vertiente gastronómica y meramente recreativa.
De todos modos, la aventura continúa: todavía se excava en Canímar sin coartar la sorpresa. La Historia tiene mucho futuro por conquistar
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