domingo, 7 de noviembre de 2010

Sorprendente Información en The New York Times.













Por: Osvaldo Alvarez Torres.
Master en Filosofía del Derecho.

Hace meses que la cuestión de un indulto presidencial por parte del gobierno de Estados Unidos a favor de los Cinco es tópico habitual en los despachos de las agencias internacionales de prensa así como de la prensa en general.
Este interés de la prensa no está basado en el requerimiento de que se haga justicia, sino fundamentalmente como elemento necesario para darle solución al adverso estado de las relaciones entre ambos países.
Inclusive esta opción se liga íntimamente a la solución del caso del ciudadano estadounidense Alan Gross detenido en Cuba por el gobierno cubano el cual mantiene que Gross cometió espionaje, aunque hasta ahora no se han formalmente presentado cargos en su contra.
Como también se menciona ligado al caso de la decisión del gobierno cubano de indultar a los restantes 52 individuos que se mantenían en prisión de los llamados 75 presos del 2003, y a otros, todos cubanos. En el caso de los 75 presos del 2003 éstos fueron condenados por los tribunales cubanos por fuerza de contundentes pruebas de estar a las órdenes y a la paga de un gobierno extranjero –en este caso el de Estados Unidos.
En el caso de Gross, el gobierno cubano, al permitirle a su esposa durante
el verano pasado visitarlo en prisión, no solamente hizo lo correcto –moral
y legalmente- sino que de manera aguda puso al desnudo la cruel decisión del gobierno de Estados Unidos de no permitir –por más de 12 años- que Adriana Pérez y Olga Salanueva, esposas de Gerardo y René, respectivamente, puedan visitar a sus esposos.
En una sorprendente información dada por el diario The New York Times en un artículo sobre estas cuestiones publicado con fecha de 25 de octubre pasado, éste mantiene que Adriana la esposa de Gerardo en meses recientes fue permitida por el gobierno de Estados Unidos a visitar a su esposo por primera vez en más de 12 años.
Ninguna otra información hecha pública por las partes interesadas, incluyendo a los abogados de los Cinco, ni por los gobiernos de Cuba y de Estados Unidos, confirman esa información mantenida por el afamado diario de Nueva York.
Quizás sea el deseo de todas las personas de buena voluntad en este país y alrededor del mundo la fuente de ese tan deseado encuentro, así como sería el de Olga con René, en que se basa la revelación en cuestión.
Ojalá, esa misma fuente, que es el reclamo mundial a que se liberen a nuestros Cinco hermanos, inspire a los que deben en este caso hacer justicia.

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